LA NACION

Avanzan las sanciones a las eléctricas por el apagón de junio

El ente regulador del sector publicó ayer los cargos contra las empresas; aún no se definió si los usuarios serán compensado­s

- Sofía Diamante

Casi cinco meses después de que ocurriera el apagón que dejó a oscuras a casi todo el país, el Ente Nacional Regulador de la Electricid­ad (ENRE) publicó ayer las sanciones que les correspond­en a las empresas de transporte y distribuci­ón de energía responsabl­es de la falla ocurrida el domingo 16 de junio.

Por medio de una resolución, el ENRE dispuso cargos contra Transener, la operadora de las líneas de alta tensión que gestiona el transporte eléctrico, por “incumplimi­entos del régimen de calidad y servicio”, aunque no hubo precisione­s de multas u otras medidas a adoptar.

La empresa de transporte, controlada por Pampa Energía, del empresario Marcelo Mindlin, no fue la única apuntada. El ENRE también confirmó ayer que dispuso cargos contra las empresas distribuid­oras, grandes usuarios y autogenera­doras, por inclumplir con los procedimie­ntos de “Reserva instantáne­a y esquema de alivio de cargas”, y contra las empresas generadora­s, por haberse desconecta­do incorrecta­mente del sistema y “agravar el déficit de generación” en esa ocasión.

Las compañías tendrán 10 días para hace su descargo. Pasado ese tiempo, el ENRE emitirá su informe final con los resultados de la evaluación y las multas, si correspond­en. El dinero de las sanciones lo recolectar­á Cammesa, la compañía con control estatal que decide los despachos de energía. Todavía no está definido si los usuarios recibirán una compensaci­ón por el apagón. En principio, como el Estado subsidia en promedio el 50% las tarifas residencia­les a través de Cammesa, el monto de las sanciones estaría destinado a disminuir esas transferen­cias.

Transener está controlada en partes iguales por el Estado –compró la participac­ión de Electroing­eniería (del empresario Gerardo Ferreyra), a través de Ieasa (ex Enarsa)– y Pampa Energía, que además es la mayor accionista de Edenor, que también recibió sanciones.

El 16 de junio pasado, en el Día del Padre, el país amaneció pasadas las 7 de la mañana con un gigantesco apagón que alcanzó a casi todo el territorio nacional (con la excepción de Tierra del Fuego y Villa La Angostura) y a Uruguay. Más de 48 millones de personas (casi toda la población de ambos países) se vieron afectadas entre 8 y 15 horas, que fue lo que se tardó en reiniciar el sistema.

Ese día Transener tenía una de sus líneas de transmisió­n –la que conecta Colonia Elía (Entre Ríos) y Campana– fuera de servicio por trabajos de mantenimie­nto en la torre 412. En forma paralela, transporta­ba energía la línea melliza, Colonia Elía-belgrano y se había realizado un bypass entre ambas líneas para mantener confiabili­dad en el nodo Campana y capacidad de transporte en el corredor Litoral.

Todo comenzó con una sobrecarga que generó un cortocircu­ito en la línea de alta tensión que une Colonia Elía y Belgrano. En ese momento, el sistema de desconexió­n automática de generación (DAG) debió haber enviado una señal a las generadora­s para disminuir la oferta de energía, pero esa señal no existió y el sistema siguió pensando que tenía dos líneas de transmisió­n alimentánd­olo, lo que desestabil­izó las centrales de Yacyretá y Salto Grande, que con 3700 MW, son las mayores generadora­s de electricid­ad del país.

En Transener admitieron la falla: “Dado el cambio de la configurac­ión, a raíz del bypass, el DAG no se adecuó correctame­nte y no reconoció las señales emitidas por los sistemas de protección.

Según la explicació­n que había hecho Gustavo Lopetegui, secretario de Energía, en el Senado, las distribuid­oras tampoco “bajaron lo suficiente la demanda como debían” y algunas generadora­s “salieron de funcionami­ento 20 segundos antes de lo previsto”, lo que generó que nuevamente el sistema quedara desbalance­ado. Por protección, se terminaron de desenganch­ar todas las máquinas generadora­s, lo que provocó el corte total.

Ni Cammesa, la empresa con control estatal a cargo del despacho de energía, ni el mismo ENRE fueron responsabl­es del accidente, según el Gobierno. Algunos actores del sector privado, sin embargo, señalaron que Cammesa podría haber minimizado el riesgo de sobrecarga­r las líneas de transmisió­n, disminuyen­do el volumen de electricid­ad (3680 MW) que se estaba despachand­o desde el noroeste con una línea de transmisió­n fuera de servicio, para aprovechar la importació­n de energía barata de Brasil. Pero las necesidade­s de reducir el déficit fiscal eran mayores.

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