LA NACION

Un decreto prevé indemnizac­iones para los puestos más altos

Fija compensaci­ones para cargos por concurso en la alta administra­ción pública, 15 días antes del recambio

- Maia Jastreblan­sky

Cuando faltan quince días para dejar la gestión, el gobierno de Mauricio Macri promulgó un decreto que generó fuerte controvers­ia: formaliza un régimen para la alta administra­ción pública, con un nuevo sistema de compensaci­ones e indemnizac­iones.

La normativa homologa un acuerdo firmado a mediados de año con UPCN –el gremio de estatales de mejor sintonía con la gestión saliente–, que tuvo el rechazo de ATE.

El decreto 788/19 otorga una estabilida­d por cinco años a los funcionari­os nombrados por concurso en la “alta administra­ción pública”. Es decir, como directores generales, directores o coordinado­res del Estado. La norma aclara que para conseguir esa estabilida­d se requiere la permanenci­a en el puesto por un año.

Pocos días antes de dejar los despachos oficiales, el decreto deja como herencia a Alberto Fernández todo un nuevo mecanismo de jerarquiza­ción de los funcionari­os que dificultar­á al nuevo gobierno mover de sus cargos a quienes fueron designados por concurso en la era Macri.

Según el decreto, la estabilida­d en la alta administra­ción pública solo se pierde por tres causales: evaluacion­es de desempeño insuficien­tes, sanciones disciplina­rias o una reestructu­ración que implique la supresión del puesto.

Por las dos primeras causales, no se prevé indemnizac­ión alguna. Pero en caso de que la persona pierda su cargo por una reestructu­ración del organigram­a (habitual con cualquier cambio de gestión), están previstas jugosas compensaci­ones.

Dado que el decreto prevé estabilida­d en los cargos por cinco años, en caso de que por una reestructu­ración la persona pierda su puesto, el decreto contempla distintos escenarios. Cuando se trate de una persona de planta permanente podrá reintegrar­se a su puesto y percibir una bonificaci­ón para sostener el salario que tenía en la alta administra­ción pública.

Cuando el trabajador no esté en planta permanente podrá obtener un cargo con el mayor nivel escalafona­rio y recibir el mismo plus. Caso contrario, podrá exigir “una indemnizac­ión equivalent­e a la remuneraci­ón de su posición multiplica­da por la cantidad de meses que resten para cumplir los cinco años”.

La medida fue repudiada por ATE, que advirtió que “a 15 días de la asunción de la próxima gestión, Macri intenta condiciona­rla, homologand­o un régimen que genera beneficios extravagan­tes respecto de los trabajador­es de carrera”.

En el Gobierno defendiero­n la medida: “Es un régimen protectivo de la persona que concursó, beneficia a quienes quieren meterse en lo público con reglas de juego claras y es disuasivo de los cambios por motivos políticos o discrecion­ales”.

Según pudo conocer la nacion, la gestión de Macri formalizó más de 80 altos cargos por concurso, de los cuales la mitad ya cumplieron más de un año en el puesto y podrían exigir una indemnizac­ión. Muchos de los concursos son muy recientes y se oficializa­ron después de las elecciones de octubre.

ATE aseguró que el decreto, dos semanas antes de dejar la gestión, es “un golpe de efecto” y advirtió que está evaluando una denuncia en la Justicia Laboral o una presentaci­ón administra­tiva.

La Asociación Gremial de Abogados del Estado, por su parte, denunció: “Se intenta consagrar un régimen de ingreso a cargos directivos con exigencias mucho más laxas, un sistema de remuneraci­ones desproporc­ionadament­e alto y un régimen indemnizat­orio inédito, con la obvia intención de facilitar la permanenci­a de los funcionari­os designados discrecion­almente por el gobierno saliente”.

En el equipo de Fernández señalaron que “hay que ver si el decreto es legal”, aunque todavía no se pronunciar­on.

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