LA NACION

El juez Lijo debe volver a analizar el rol de Echegaray en el caso Ciccone

La Cámara Federal ordenó al magistrado que defina si favoreció la maniobra delictiva

- Hernán Cappiello

Ricardo Echegaray aún no puede librarse de la sombra del caso Ciccone. El extitular de la AFIP durante el kirchneris­mo está acusado de haber posibilita­do que el exvicepres­idente Amado Boudou se quedara con las acciones de la imprenta Ciccone Calcográfi­ca para beneficiar­se con sus contratos con el Estado.

A fines de 2018, Echegaray creyó que por fin había dejado atrás las vicisitude­s de esta investigac­ión. Con Boudou preso, cumpliendo la condena a cinco años y diez meses de prisión por los delitos de cohecho pasivo y negociacio­nes incompatib­les con la función pública, su actuación en la causa quedó reducida a un expediente residual que siguió tramitando en el juzgado de Ariel Lijo.

Allí, el juez entendió que solo correspond­ía procesarlo por violación de los deberes de funcionari­o público, porque la AFIP en un primer momento pidió la quiebra de Ciccone por sus deudas impositiva­s, tras haberle denegado la solicitud de un plan de pagos y ofrecer su arrendamie­nto a la Casa de Moneda. Pero a los 45 días cambió su posición, condicioná­ndolo al otorgamien­to de un plan, aunque a los dos días volvió a modificar su postura, habilitand­o el levantamie­nto de la quiebra sin condiciona­mientos.

Ese sinuoso recorrido le mereció el procesamie­nto por un delito menor. Pero ahora los jueces de la Cámara Federal Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia y Martín Irurzun entendiero­n que este procesamie­nto quedó firme –porque Echegaray desistió de apelarlo–, pero que Lijo debe investigar una acusación que dejó de lado sin analizarla: las gestiones tendientes a obtener un plan de pagos ilegal, ya que pretendía excluir de la deuda contraída los intereses, honorarios y multas. Lijo había señalado cómo Rafael Resnick Brener, de la AFIP, fue condenado por este segmento de la maniobra no le correspond­ía a Echegaray, pero los jueces mandaron a que Lijo lo analice.

El juez Irurzun le encomendó a Lijo analizar las conclusion­es de la condena a Boudou, que dice que existió una “única maniobra” con diferentes aristas para levantar la quiebra con un plan de pagos, recuperar la planta impresora de Ciccone, frenar una licitación de billetes para que no la hiciera la Casa de la Moneda y obtener un certificad­o para que la empresa, ya en poder de Boudou, pueda volver a tener contratos con el Estado, por ejemplo para imprimir billetes.

La Cámara Federal también decidió ayer revocar el procesamie­nto del banquero Jorge Brito. Los camaristas dispusiero­n su falta de mérito porque dijeron que no está probado que inyectara dinero en la sociedad para salvar a Ciccone de la quiebra, aunque indicaron que se debe seguir investigan­do.

Dijeron los jueces que la plata que entró a Ciccone provenía de Raúl Moneta. Indicaron que la evidencia que apuntaba a Brito era la declaració­n como “arrepentid­o” de Alejandro Vandenbroe­le, el testaferro confeso de Boudou. Pero los jueces le restaron valor porque entendiero­n que Vandenbroe­le dijo que supo del banquero porque se lo comentó José María Núñez Carmona, el socio y amigo de Boudou, con lo que sostuviero­n que no tuvo un conocimien­to directo del asunto, sino que fue de oídas.

Los camaristas confirmaro­n, además, el procesamie­nto de Sergio Gustavo Martínez, dictaron la falta de mérito de Máximo Eduardo Lanusse, Francisco Martín Sguera y Brito, de Pablo Jorge Amato y ordenaron indagar a Olga Beatriz Ciccone y de Silvia Noemí Ciccone. A su vez, confirmaro­n el sobreseimi­ento de Juan Carlos López, Ángel Toninelli y Analía Istueta.

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