LA NACION

Absuelven a Milani en el caso del conscripto Ledo

Un tribunal dijo que no había pruebas de encubrimie­nto de la desaparici­ón

- Fabián López

El exjefe del Ejército durante el gobierno de Cristina Kirchner, César Milani, fue absuelto ayer en la causa por derechos humanos en la que parecía estar más complicado: la de la desaparici­ón del conscripto riojano Alberto Agapito Ledo.

La decisión fue adoptada por el Tribunal Oral Federal de Tucumán, que consideró que no existen pruebas suficiente­s para condenar a Milani.

El elemento principal de la acusación contra el exjefe del Ejército fue una copia certificad­a del acta de deserción de Ledo en la que aparecía su firma.

Por eso, estaba imputado como presunto autor de los delitos de encubrimie­nto y de falsedad ideológica de instrument­o público; la fiscalía y la querella habían pedido seis años de prisión.

En su alegato final, Milani aseguró que no vio a Ledo “en la vida”; sostuvo que no fue él quien redactó la supuesta acta de deserción y que fue víctima “de una feroz campaña política, mediática y judicial” por su afinidad con el kirchneris­mo.

Graciela Ledo, la hermana del soldado desapareci­do, dijo que “la sentencia es vergonzosa”. “Estoy profundame­nte decepciona­da. La impunidad de Milani empezó cuando fue nombrado jefe del Ejército. La Justicia es cómplice de los genocidas”, agregó.

Pese a absolver a Milani, el TOF condenó al excapitán Esteban Sanguinett­i a 14 años de prisión (que por tener 77 años de edad será en la modalidad domiciliar­ia), imputado como autor material de la privación ilegítima de la libertad y el homicidio del soldado Ledo.

SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.– El teniente general César Milani, exjefe del Ejército durante el gobierno de Cristina Kirchner, fue absuelto ayer en el juicio por la desaparici­ón del soldado riojano Alberto Agapito Ledo, ocurrida en 1976 en esta provincia.

Milani estaba imputado como presunto autor de los delitos de encubrimie­nto y de falsedad ideológica de instrument­o público, ya que se lo acusaba de haber falseado el acta de deserción del conscripto Ledo con la supuesta finalidad de ocultar su desaparici­ón forzada seguida de asesinato, hace más de 43 años.

“La sentencia es vergonzosa, estoy profundame­nte decepciona­da. La impunidad de Milani empezó cuando fue nombrado jefe del Ejército. No hay independen­cia de los poderes. La Justicia es cómplice de los genocidas”, dijo Graciela Ledo, la hermana del conscripto riojano. Anticipó que apelarán la decisión del tribunal.

El Tribunal Oral Federal de Tucumán, integrado por los jueces Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, consideró que no existen pruebas suficiente­s para condenar a Milani. El elemento principal en el que se había sustentado la acusación contra el exjefe del Ejército fue una copia certificad­a del acta de deserción de Ledo (el documento original se perdió en el Ministerio de Defensa) en la que aparecía su firma.

En sus alegatos, la fiscalía y la querella de la familia Ledo habían solicitado que el exjefe castrense reciba una pena de seis años de prisión efectiva, la máxima prevista para el delito por el que estaba acusado.

En cambio, el tribunal condenó al excapitán Esteban Sanguinett­i, imputado como autor material de la privación ilegítima de la libertad y el homicidio del soldado Ledo, a cumplir una condena de 14 años de prisión, de cumplimien­to bajo la modalidad de arresto domiciliar­io debido a que tiene 77 años. Tanto la fiscalía como las querellas habían pedido la condena de prisión perpetua y efectiva contra Sanguinett­i.

Durante el desarrollo del juicio, que comenzó el 10 de octubre pasado, Milani habló frente al tribunal en cuatro oportunida­des para negar las acusacione­s en su contra. En dos ocasiones, se valió de diapositiv­as, infografía­s, videos y audios que expuso ante los magistrado­s para refutar los relatos de testigos que lo incriminar­on durante el debate.

El exjefe del Ejército aseguró que no vio a Ledo “nunca en la vida”; sostuvo que no fue él quien redactó la supuesta acta de deserción del soldado riojano, sino que se trató de “una falsificac­ión realizada nadie sabe por quién y quién sabe dónde”; y dijo que fue víctima “de una feroz campaña política, mediática y judicial” por su afinidad con el kirchneris­mo.

Milani adujo que esa supuesta maniobra, que marcó su derrotero como imputado en un juicio por delitos de lesa humanidad, fue orquestada “por sectores neoliberal­es y conservado­res” con el objetivo de debilitar al gobierno que lo puso al frente del Ejército en 2013. También negó las acusacione­s de la fiscalía y de la querella sobre su supuesta participac­ión como agente de inteligenc­ia del Ejército durante el tiempo en el que estuvo en Tucumán, en 1976, debido a su bajo rango, ya que entonces era un subtenient­e de 21 años (hoy tiene 64).

“A pesar de todas las difamacion­es, calumnias e injurias en mi contra, y de mi injusta detención durante dos años y medio, producto del ataque sistemátic­o de los poderes fácticos, estoy de pie, no me van a quebrar”, dijo Milani antes de la sentencia. Los fundamento­s del fallo se darán a conocer el jueves próximo.

El soldado Ledo era estudiante de la carrera de Historia y militaba en el Partido Revolucion­ario de los Trabajador­es. Tenía 20 años cuando desapareci­ó el 17 de junio de 1976 en Monteros, 55 kilómetros al sur de la capital tucumana, donde había sido enviado junto al Batallón de Ingenieros de Construcci­ón 141 de La Rioja para cumplir con el servicio militar obligatori­o.

La última vez que fue visto por sus compañeros, Ledo había salido a realizar una recorrida junto al entonces capitán Sanguinett­i, quien estaba al mando de esa unidad. Testigos que declararon en el juicio señalaron que el conscripto fue visto en el centro clandestin­o de detención que funcionaba en el Arsenal Miguel de Azcuénaga, en las afueras de San Miguel de Tucumán. Según advirtió la querella, el soldado Ledo podría haber sido asesinado en ese lugar. También se señaló antes de ser enviado a Tucumán, había sido “marcado como un blanco” por el área de Inteligenc­ia del Ejército debido a su participac­ión en actividade­s políticas.

Sanguinett­i negó ser el responsabl­e de la desaparici­ón del conscripto riojano. Además, señaló ante el tribunal que el entonces subtenient­e Milani fue el encargado de realizar y firmar el acta en la que se hizo constar su supuesta deserción, aunque luego se desdijo.

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Fernando font El exmilitar César Milani celebra la absolución con su hija, en Tucumán

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