El dólar paralelo ya condiciona los precios
Una encuesta privada indica que la brecha mete presión desde los costos
Dos rasgos diferencian, entre otros, a la Argentina de 2003 y la de 2020. Uno es la memoria inflacionaria: entonces, la convertibilidad la había diluido y la inercia no existía. La otra es el bimonetarismo, que hoy renace ante el alza de precios durante años. Esa dinámica en el contexto de un cepo cambiario que podría volverse más restrictivo con la llegada de un nuevo gobierno y un deterioro de las condiciones comienza a afectar a las empresas y a los consumidores.
El dólar alternativo volverá a ser una referencia. Una encuesta privada entre más de 300 pymes industriales indicó que cuatro de cada 10 afirman que el dólar blue ya incide en sus costos y, por lo tanto, un porcentaje similar de las empresas lo trasladan a precios.
Como es habitual, los economistas privados no concuerdan sobre qué pasará en las próximas semanas. Pero el comportamiento del dólar blue, que subió en el transcurso de la semana, pero ayer bajó a $69,25, comenzó a recalentar el debate sobre cómo ese mercado paralelo afectará las decisiones del sector privado en los próximos meses.
Algunos consideran que un control del precio del dólar comercial –para importaciones y exportaciones– limitará el impacto, sobre todo si Alberto Fernández y su equipo avanzan hacia un esquema de desdoblamiento cambiario. Otros indican que el llamado pass through desde las cotizaciones alternativas está condicionado por el impacto de la recesión y la baja rentabilidad empresarial. Esta última visión no es la que los argentinos habían experimentado con el cepo cambiario hasta 2015.
Sin embargo, una cosa suelen ser los libros de economía y otra, la Argentina. Hay quienes aseguran que el impacto en las empresas será indirecto. “Cobertura por expectativas”, llaman a ese fenómeno. Serán expectativas de más inflación y, por ende, de más devaluación. Sin embargo, ese impacto será difícil de medir, explican algunos analistas, ya que los precios comenzaron a moverse por el colchón que las compañías comenzaron a hacer entre el congelamiento electoral de Mauricio Macri y el que –se promete– llegará de la mano de Fernández dentro de un Consejo Económico y Social en unos días.
“La inflación de octubre fue menor a la esperada, pero lo que sería un dato positivo queda opacado por los movimientos de precios observados estos días”, estimó el informe, elaborado por la consultora privada Elypsis y coordinado por el economista Martín Kalos. “Al esperado ajuste de algunos servicios, noviembre suma remarcaciones preventivas frente a un posible congelamiento de precios. En la semana aumentó el blue y, en nuestras encuestas, un tercio de las pymes indica incidencia entre media y alta de esa variable en sus precios, a pesar de que el impacto no sea estadísticamente visible”, dijo.
“Para muchas pymes la evolución del dólar blue no es neutra”, dice el informe, que agrega que un 45,9% considera que hay incidencia de esa variable en sus costos y, por lo tanto, la mayoría (41,7%) también lo traslada a sus precios. Mientras tanto, para el 12,5% de las empresas conque sultadas la incidencia del blue en sus decisiones de precios es media y para el 17,9% es alta. “Así, aunque el impacto del blue no sea macroestadísticamente visible, para las empresas es una variable de incidencia”, dice la consultora.
“Es muy difícil precisar impacto. Yo creo que sería acotado”, afirmó al respecto el director de otra consultora, Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina. “Además, con el cambio de gobierno y el anuncio de que va a haber acuerdo de precios y salarios, hay firmas que remarcan para hacer colchón”, agregó el economista.
“Dependerá de cómo evolucione el cepo”, señaló Gabriel Caamaño Gómez, economista de la consultora Ledesma. “En la medida en que no afecte el acceso a las divisas para las importaciones, no va a ser tan directo el efecto, sino más bien indirecto”, explicó el analista. “En ese sentido, el impacto sería por cobertura por expectativas de una corrección oficial o de endurecimiento del cepo cambiario. La brecha se transforma así en un indicador de eso”, apuntó.
Efectivamente, el tema –como sucedía en 2015– está opinado. “En
2015 había un gran debate y yo escribí entonces que los precios estaban remarcados al dólar oficial y no al paralelo, y hoy creo que mucho más, porque hay una brecha estable”, afirmó el director ejecutivo y economista jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA), Diego Coatz.
“En2015, había más informalidad y la brecha era muy inestable. Ahora, la brecha parece estable. Si se dispara, sí hay menos control y entonces puede aumentar la expectativa de devaluación, pero lo que impacta hoy en los costos es el tipo de cambio comercial”, estimó Coatz.
“Claro que puede ser que haya afectación por expectativa de reposición, pero la rentabilidad está baja. Hay poco margen para trasladar los precios a los costos, y va a haber un traslado menor porque hay un consumo muy deprimido y rentabilidad muy baja”, dijo el economista, que agregó: “Coincido en incide en las expectativas de devaluación, pero los precios actualmente se guían por los costos. Eso es lo que pasa hoy. Adelantarse a lo que va a pasar en este contexto es muy difícil. Actualmente manda el presente y todos corren por atrás de los costos de producción”.
Pero el informe de Elypsis no solo resaltó el golpe que podrían tener esas firmas vinculadas con el tipo de cambio. Según el mismo documento, las pymes están más complicadas para pagar sus deudas. Tanto, que la mora saltó a 6,4% en industria y a 7,9% en comercio, indicaron. “La peor situación ocurre en la construcción, donde la mora con el sistema financiero fue 11,2%, casi 10 puntos arriba de un año atrás. La situación seguirá agravándose si no se recupera la actividad. También en las familias la mora fue alta, 5,1%, aunque levemente menor que agosto”.
Así están las variables sobre las que tendrá que trabajar el equipo económico de Fernández. Nada nuevo: dólar, inflación y la deuda, de la Argentina y las empresas.