LA NACION

Chile: se empantana el diálogo

No hay avances en la comisión que trabaja en un acuerdo político y pocos creen que el conflicto se resolverá pronto; crecen los hechos de violencia

- Víctor García Traducción de Jaime Arrambide

No cede la violencia y Piñera no encuentra la salida.

santiago, Chile.– Hay una sensación general en los chilenos que se repite en cada conversaci­ón, ya sea en un café, en una sala de espera o en un grupo de Whatsapp: que el fin de la crisis está rodeado de incertidum­bre y que no hay razones para creer que el conflicto se resolverá pronto.

Esa suerte de statu quo y pesimismo que envuelven al país en la sexta semana desde que comenzó el estallido social también la experiment­an las institucio­nes chilenas.

Uno de esos focos es la tensión que se ha generado en la comisión que trabaja en la ejecución del acuerdo por la Paz y la Nueva Constituci­ón. Dicha mesa técnica se gestó a partir del histórico pacto político, que incluyó a partidos de todos los sectores y que tiene como gran objetivo la realizació­n en abril de 2020 de un plebiscito de entrada que decidirá si se reemplaza o no la Carta Magna.

sin embargo, los avances de dicho órgano están entrampado­s por las visiones del oficialism­o, representa­do por el bloque Chile Vamos, y la oposición frente a temas como los escaños reservados para los pueblos indígenas, equidad de género y el voto de los chilenos en el exterior para participar en el proceso constituye­nte.

“En el oficialism­o se niegan completame­nte a la posibilida­d de escaños reservados. Nosotros habíamos flexibiliz­ado nuestra posición en varios de los puntos que habíamos puesto sobre la mesa. Esto, sinceramen­te, deja en un punto muerto esa conversaci­ón y me parece que la opción de Chile Vamos es avanzar simplement­e con lo que firmamos el 15 de noviembre”, protestó Fuad Chahín, presidente del Partido Demócrata Cristiano.

“En rigor, es un portazo a las propuestas que hemos realizado para efectos de elevar los estándares de participac­ión en el proceso constituye­nte”, declaró el presidente del Partido socialista, Álvaro Elizalde.

Desde la contrapart­e, el presidente de renovación Nacional, Mario Desbordes, llamó a la calma y expresó que “no hay ningún portazo” y que “están dadas las condicione­s para que se avance en los proyectos de ley necesarios”.

“Con todo, no es esta comisión técnica la que tiene que definir esos detalles de funcionami­ento de la convención, porque también en el texto queda claro que es la convención la que tiene que determinar el detalle de cómo va a funcionar”, señaló Desbordes.

Mientras se espera que durante el fin de semana se logren avances en dicha comisión, el presidente sebastián Piñera dio una potente señal en medio de la crisis y entregó un contundent­e apoyo a la policía chilena. la institució­n está en el ojo de las críticas por el duro informe de Human rights Watch que reveló gravísimas violacione­s de los derechos humanos en sus procedimie­ntos y por las numerosas querellas que ha interpuest­o el instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) por daños físicos contra civiles.

“Carabinero­s de Chile está cumpliendo funciones en un contexto de extrema dificultad y de extrema exigencia. Quiero expresarle­s que tengo la más plena confianza en que vamos a superar esta situación y que Carabinero­s de Chile saldrá fortalecid­a como institució­n de esta experienci­a”, dijo el mandatario en el marco de la graduación de funcionari­os que egresan de la Escuela de Carabinero­s.

sin embargo, y con el tema de la violencia instalado como el gran eje de la agenda por estos días, las protestas continuaro­n en todo el territorio y hubo focos de alta tensión nuevamente en regiones.

En la Plaza italia, además, se repitió la dinámica de las últimas semanas y se realizaron protestas que comenzaron de forma pacífica y que terminaron en duros enfrentami­entos entre grupos de choque y las fuerzas especiales de carabinero­s.

Precisamen­te, la convocator­ia que se realizó en la denominada zona de cero de las manifestac­iones, se gestó como una forma de homenajear a dos de las víctimas más icónicas de las protestas: Gustavo Gatica, el joven de 21 años que perdió la visión completame­nte por un disparo de balines de carabinero­s, y Fabiola Campillay, una trabajador­a de 36 años que también quedó ciega tras recibir una bomba lacrimógen­a mientras esperaba el colectivo en una parada.

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REUTERS Represión con camiones hidrantes en Santiago

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