Los errores del juez Espinoza le cambiaron el rostro a Gimnasia
El reloj marca 14 minutos del primer tiempo. Fernando Espinoza, el árbitro, empieza a equivocarse. Sorprende su poca paciencia: le marca a Nelson Insfrán, debutante arquero de Gimnasia, que debe hacer un tiro libre más lejos. El futbolista accede. Y luego vuelve a cambiar de lugar la pelota. Motivo suficiente para que el árbitro decida amonestarlo.
Minuto 28. Espinoza, protagonista excluyente de un partido que tenía en el banco de suplentes a dos mitos como Diego Armando Maradona y Julio Falcioni, decide cobrar un penal invisible. Juzga que Insfrán (otra vez) toca a Reinaldo lenis dentro de su propia área. lo cierto es que el colombiano de Banfield pisa al arquero del lobo y finge un contacto inexistente. El árbitro compra la zambullida, pero la infracción no existió. Y cierra la faena con la doble amarilla al pobre Insfrán. Gimnasia, que ganaba 1-0 gracias a un golazo tras una pirueta de Erik Ramírez, recibe el gol del empate porque Jesús Dátolo aprovecha el regalo de Espinoza.
El árbitro, que antes le había anulado bien un gol a Arias por off-side, pasa a influir en un partido que los dirigidos por Maradona tenían controlado. luego del empate los visitantes se replegan y juegan al contragolpe. Banfield acumula más gente en ataque. Falcioni saca a Arciero (un lateral) y pone a Fontana (un delantero) para buscar más potencia ofensiva y llevarse el partido. No puede.
El que tampoco puede es Diego, quien en su afán por encarar en la cancha al árbitro para reprocharle el penal inexistente se encuentra con una marea humana que le pide una foto, un saludo, una bendición. Algo del mundo Maradona. En esa procesión se da un encuentro entre los dos entrenadores a puro fútbol, un abrazo a pura risa entre dos potencias que la pasaron mal y rejuvenecieron adentro de una cancha. “¿Quién es más Pelusa de los dos?”, le pregunta Diego a su colega. Risas y más risas. “El fútbol te da vida”, le recuerda el exarquero. Diego asiente. Y recuerda en Fox Sports cómo Falcioni le atajó dos penales jugando para Vélez.
Maradona, por fin, estalla ante las cámaras: “Estoy con una bronca bárbara porque nos cobraron un penal inexistente. ¡Ni lo tocó!”, brama el excapitán del seleccionado argentino. Habla de la jugada que dividió el partido en dos. Diego sabe que hasta ese momento su equipo dominaba las acciones y tenía controlado a su rival. Estaba arriba en el marcador. El penal y, sobre todo, quedarse con uno menos, el haber hecho un cambio (salió Paradela para que entrara Alexis Martín Arias, el habitual arquero titular al que Diego había decidido mandar al banco) condiciona desde ese momento al lobo, que piensa más en el valor del punto de visitante que en ganar el partido.
Esa jugada también desnaturalizó la tarea del árbitro, que desde ese momento tuvo más errores inexplicables en jugadas simples. Y decidió cobrar contactos inexistentes cuando en realidad los atacantes simulaban. Sus ayudantes tampoco lo ayudaron. Espinoza, en definitiva, conspiró contra los dos equipos. contra el espectáculo.