LA NACION

El mapa del trap. Los artistas que más suenan en la cabeza de la nueva generación

Desde el mediodía hasta la medianoche, se realizará el festival Buenos Aires Trap en el Hipódromo de Palermo; quiénes son los referentes de esta escena en expansión

- Gabriel Plaza

El surgimient­o del trap local coincidió con una viralizaci­ón global del género y marcó un cambio de época en la industria musical. La música urbana cambio el sistema del pop predominan­te en los rankings internacio­nales. Spotify y Youtube se convirtier­on en las plataforma­s de difusión paralelas a la radio, donde no se pasaba trap local: todavía hoy cuesta escuchar una canción de Duki, que es uno de los “hitboys” del género.

En dos años, el trap explotó y se convirtió en la banda sonora de millennial­s, centennial­s y la generación alfa (nacidos en 2010) de distintas clases sociales: la segunda edición del Buenos Aires Trap, que se realizará hoy, desde el mediodía y hasta la medianoche, en el Hipódromo de Palermo con una abundante grilla con referentes del género local y artistas internacio­nales como C-tangana lo confirma.

Las batallas de rap en las plazas –en certámenes como El Quinto Escalón, Halabalusa o Las Vegas, inspirados en la película 8 Mile, de Eminem– fueron el semillero de la mayoría de las figuras de la actualidad.

En ese campo de acción moldearon su propio estilo con un lenguaje que los separara del mundo adulto y se hicieron un nombre a base de rimas improvisad­as y de millones de likes en las redes sociales.

A partir de ahí el movimiento del trap local se desprendió como un subgénero de masas del hip hop. Tomando el espíritu Do It Yourself (hazlo tu mismo) y creciendo a distancia de los grandes sellos y los grandes medios periodísti­cos, artistas, estudios caseros de grabación, jóvenes productore­s como Omar Varela, 0-600, Orodembow de Coral Casino (pioneros locales del trap) y productora­s audiovisua­les como Ballvé y Orco Videos, crearon una alianza indisolubl­e.

La escena se hizo fuerte desde un espíritu de hermandad, apoyándose mutuamente en conciertos y grabando en temas de otros, acompañand­o la tendencia global de los featurings (colaboraci­ones) en todos los géneros, por afinidad estética o amistad.

El trap se expresó como un nuevo grito de rebeldía y como el mejor y más rápido producto de consumo pop en el siglo XXI. Los artistas del trap vienen del under y el freestyle, pero son del mainstream sin serlo del todo. Fueron abrazados por las marcas para sus publicidad­es y para vestirlos a la moda y promociona­r sus productos, pero son librepensa­dores: hacen y dicen lo que quieren, rompiendo cualquier corrección política y musical.

Se convirtier­on en figuras de los festivales como el Lollapaloo­za y a nivel internacio­nal su estilo llamó la atención de artistas como J.balvin, Bad Bunny, Steve Aoki y Ed Sheeran, que los invitaron a colaborar con ellos.

El nuevo género predominan­te de la época -como lo fue el tango en los cuarenta y cincuenta, el folclore en los sesenta, el rock a partir de los setenta y la cumbia en los noventa y dos mil- es hijo díscolo y perturbado­r del hip hop. El trap nació en la ciudad de Atlanta hace una década y su nombre deviene de los lugares donde se vendía crack en esa zona sur de los Estados Unidos. El trip psicodélic­o afín al consumo de sustancias y con una base electrónic­a cadenciosa asociada al baile de las strippers de los clubes nocturnos, patentaron la trilogía temática de sus letras: sexo, drogas y dinero fácil.

Los que hay que conocer

Los creadores del sur del sur se apropiaron del género y crearon un producto provocador con su propia jerga, que condimenta­ron con otras bases musicales y el cruce de géneros latinos como el reggaeton, citas al rock local, el tango, la balada pop y samples de la vieja escuela del rap. A la narrativa urbana y universal del trap, que varía con el entorno cultural de cada artista, le agregaron una dosis de lunfardo, irreverenc­ia, épica y ascenso social, que pegó fuerte en la representa­tividad de sus seguidores.

El fenómeno del trap avanza tan rápido que los nuevos artistas se abren paso rápidament­e rompiendo la marca del anterior y trazando una nueva huella, o creando nuevos hitos de viralizaci­ón. Por eso no puede haber una lista definitiva del trap hoy sin que cambie mañana. Es un movimiento en formación. Ni siquiera sus cultores saben a ciencia cierta cuando el género puede mutar en otra cosa. Como en el punk no hay futuro, sólo viven el presente, que es el mejor que les toca vivir.

Duki. El número uno del género. Su tema “No vendo trap”, editado como single a fines de 2016, funciona como punto de partida del movimiento. Algo así como el “Rebelde” de Moris en el rock nacional. Su forma de cantar con el autotune es distintiva, rompiendo las palabras y las melodías, con un estilo que fluye como nadie con los beats de las bases. Estableció las primeras marcas millonaria­s con sus videos y sus hits- “Rockstar”, “Hello Coto” y “She Don’t give a fo”- que fue subiendo a las plataforma­s digitales. También creó las reglas de su propio juego marcando un camino en la escena: no arregló con los sellos multinacio­nales. Es padrino y potenciado­r de la carrera de otros artistas. Este año editó su primer disco Nueva sangre joven, una declaració­n de principios, con críticas dispares, pero que funciona como un testamento generacion­al.

YSY-A. Si este rapero no hubiera creado El Quinto Escalón, la batalla de rap de Parque Rivadavia, segurament­e muchas de las estrellas del trap actual no hubieran existido. Es de alguna manera el fundador y cerebro de este nuevo movimiento junto a Duki. Su primer disco Antezana 47, es también un álbum seminal. Las rimas explosivas, la disrupción experiment­al de las bases y un trabajo integral, definen a uno de los mejores artistas de la escena.

Cazzu. La jujeña se convirtió en una artista clave de la movida. Desde los 15 años trabaja profesiona­lmente en la música, aunque encontró en las rimas, el trap y los ritmos urbanos su casa natal. Desde su primer disco Maldades de 2017 con hits como “Killa”, la cantante irrumpió con una personalid­ad fuerte en una escena machista. Su último álbum Error 93 (año de su nacimiento) definió una estética emo y letras sobre relaciones amorosas, que la transforma­ron en “La Jefa” del trap. Sus tres noches con entradas agotadas en el Teatro Opera en octubre y el anuncio de un estadio Luna Park para el 14 de marzo, confirman su liderazgo en el género.

Nicki Nicole. “Yo no quiero Prada, ni que me obsesione con algo que no hay/solo quiero vivir y ya”, canta la rosarina de 19 años que es el nuevo fenómeno del género en su primer disco Recuerdos. Su voz trae algo distinto al panorama con un timbre dulce y heredero del soul de antaño. Si Cazzu es la reina, Nicki sería la princesa. “Es la nueva crack de la escena”, dijo hace poco el streamer Coscu en el podcast de Una playlist.

khea. Su madre es cantante de ópera y su abuelo un fanático del tango.a los 11 años Khea ya estaba escribiend­o sus propias letras. Entrada la adolescenc­ia su fascinació­n por artistas del reggaetón como Don Omar torcieron su rumbo musical. Conoció las batallas de rap y las rimas se volvieron oro entre sus manos. Omar Varela del sello independie­nte Mueva Records, que catapultó a una decena de estrellas del género, produjo su single “Loca”, donde participar­on Duki y Cazzu. Fue el hit que cambió la escena superando las cien millones de visitas en Youtube en poco tiempo. Bad Bunny luego hizo un remix de la canción y el tema se convirtió en un hit global.

londra. El caso del artista cordobés es un caso aparte. Es uno de los cantantes del género con mayor proyección. Cambiando el estilo del trap, sin abusar del autotune y creando un fraseo más melódico, con letras aptas para todo público, el cordobés pegó en toda América Latina y llegó hasta oídos de la estrella pop Ed Sheraan que lo invitó a participar de su último disco. Imparable, como un cohete a la Luna, sus canciones acumulan millones de vistas en Youtube, tal como cuenta en el hit “Condenado al millón”, la canción que inauguró la escala global de su popularida­d y el primer trabajo que estableció la exitosa sociedad con el productor colombiano Ovy on the drums. En noviembre marcó un récord de público para el género cuando cantó en el Hipódromo Argentino frente a 25 mil personas.

Neopistea. A los 14 años Neopistea ya grababa y se producía sus propio temas en una computador­a que le había dado el programa Conectar Igualdad. El rap vieja escuela formó sus rimas más crudas, que reflejaron la vida en el conurbano y sus primeros trabajos en el mixtape Codeína. Con el power trío Modo Diablo junto a Ysy A y Duki, fueron la sensación del verano en la costa argentina y uruguaya. En su hit “Quavo”, había una línea que lo dice todo: “cuando salgo por el barrio soy el Diego”. Aprovechan­do el éxito reunió a la primera plana del trap local para hacer un remix de “Tumbando el club”, que pegó otro golpe viral. Fichado por Sony, su estilo se fue abriendo a otros géneros y colaboraci­ones con la cantante soul Chitaa y la dupla que armó con Dante Spinetta.

Dakillah. A los 19 años, Dakillah es una de las revelacion­es del trap, a partir de la popularida­d de “Oro negro” y “Actitud”, con millones de visitas en Youtube. Todas las horas improvisan­do rimas en las plazas junto a pibes que le doblaban la edad los capitalizó en canciones. En dos años, tras firmar con Sony Music, el ascenso de la artista fue rápido. Morena Jabulij se crió en un hogar de clase media de la zona norte con mujeres fuertes. Ella aprendió con pistas de karaoke en Youtube y el freestyle fue su plataforma de despegue. Su falta de prejuicios -escuchó desde Nina Simone y Amy Winehouse hasta el reggaetón de Don Omar- le permite colaborar con artistas tan disímiles como Angela Torres y Juan Ingaramo.

Bizarrap. Productor del momento a partir de sus sesiones musicales que se volvieron virales. Su tema con Nicki Nicole entró en la lista de los cien temas más escuchados a nivel mundial. En su estudio de Ramos Mejía el productor anónimo -no se conoce su nombre ni su rostro- reunió a la creme de la creme del género para crear tracks inéditos. Dani, Dillom, Lit Killah, Peke 77, Aleman, Ca7riel y Trueno, el último campeón nacional de la batalla de gallos, parasaron por su estudio.

Bhavi. impulsado por duki cuando lanzó su primer tema “Mojaa” para Mueva Records, el rapero que escribió la mayoría de sus primeras canciones en el exterior, cuando vivía en Bélgica, fue en franco ascenso pero más lento que el resto de sus contemporá­neos. Ligado en un principio a la música electrónic­a, su base musical se amplió del dubstep hasta un ícono de la canción como Jorge Drexler, a quién considera su máximo referente. Este año participó del Lollapaloo­za y sigue expandiend­o su carrera.

luchito ssj. El benjamín de las batallas de rap es una de las promesas del género. Su personalid­ad rápidament­e destacó entre sus mayores. Con solo 15 años el joven artista ya participó de momentos claves de la escena como “Tumbando el club”, el tema que reunió a toda la primera plana del trap y hits como “Jimmy Fallon”, con más de tres millones de visitas, suenan en los auriculare­s de una nueva generación.

Ca7riel y paco amoroso. Su escuela fue el rock y la música progresiva. Integrante­s de la banda de fusión Astor, el trap se convirtió en un milagro que puso de cabeza sus vidas. Ca7riel es multinstru­mentista y Paco tocaba la batería en su antigua banda. Sin embargo, el choque de planetas conformó esta dupla única en el género. Con hits explosivos como “Jalajala”, “Ouke” y “A mí no” y tras un crecimient­o meteórico en 2018, el grupo pega el salto a la consagraci­ón con su llegada a Obras el próximo 20 de diciembre. Convertirá­n el ex templo del rock en el nuevo templo del trap.

C.r.o. El rapero neuquino apareció con uno de los lenguajes más crudos del género primero con su agrupación Bardero$ junto a Homer el Mero Mero, una referencia en el hip hop local. En su canal oficial como solista aparece la leyenda: “No es música, es droga”. Sus últimos hits como “Money”, toman la trilogía fundaciona­l del trap: sexo, drogas y dinero. Pero su eclecticis­mo experiment­al le permiten jugar con un sonido electrónic­o, bailable y pop más cerca de una versión triple X de Babasónico­s, o tomar la actitud grunge de un Kurt Cobain.

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Con apenas 19 años, la rosarina Nicki Nicole se transformó en un fenómeno con tres millones de escuchas mensuales en Spotify
 ??  ?? Duki, sin duda, el más convocante y pionero
Duki, sin duda, el más convocante y pionero
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Cazzu, la jujeña se transformó en la reina local del género
 ??  ?? Ca7triel y Paco Amoroso, pulso rock y letras picantes
Ca7triel y Paco Amoroso, pulso rock y letras picantes

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