El resurgir de una muestra muy importante
El pase de Detroit a junio abrió las puertas para Los Ángeles
Antes que el CES (Consumer Electronics Show), la gran exhibición de tecnología de Las Vegas, cobrara protagonismo en los últimos años entre las empresas automotrices para presentar allí no solo los sistemas de conectividad o seguridad de sus automóviles, sino mostrar directamente los modelos eléctricos, híbridos y amigables con el medio ambiente, ese rol lo ocupaba en cierta forma el Salón de Los Ángeles, estratégicamente pautado a fines de noviembre, apenas un mes y pico antes que el Salón de Detroit.
Así, entre el CES y Detroit, la coqueta muestra californiana quedó encorsetada. Sin embargo, desde el año próximo la muestra en la Ciudad del Automóvil pasará del gélido invierno de enero a la más benigna primavera de junio. Esto abrió la puerta para fuertes expectativas de un resurgimiento del Salón de Los Ángeles. Que en parte se cumplieron, con la presentación de varios SUV (utilitarios deportivos) 100% eléctricos como los flamantes Ford Mustang Mach E y Audi e-tron Sportback, quizás los mayores representantes de, al parecer, una de las tendencias más concretas que reina entre los fabricantes de todo el globo. Más allá de esto, aunque con stands acotados, porque no se trata de un súper salón en cuanto al espacio, prácticamente no faltó ninguna de las marcas con presencia en el mercado norteamericano, incluyendo a todas las alemanas, japonesas y coreanas, más algunas inglesas y obviamente las locales con base en Detroit, junto con asociados de otras nacionalidades, como en el caso del Grupo FCA. Esto es un claro indicador que el Salón de Los Ángeles tiene una gran importancia para los fabricantes con pretensiones en el enorme mercado de Estados Unidos, quizás más que su más famoso hermano mayor de Detroit. •