Hospitales que buscan crear conciencia
no solo de eliminar sorbetes, como se hizo recientemente en la ciudad de Buenos aires, vive la lucha contra el plástico. incluso más voluminoso es un consumo que suele estar oculto, como las compras de las grandes instituciones, en especial los hospitales que por una cuestión de higiene y protección usan mucho plástico (desde guantes hasta blísteres para los medicamentos). Pero esa magnitud se puede reducir si se evita lo evitable: plásticos de un solo uso en las cocinas, el telgopor de los vasos de café y miles de accesorios más.
En ese sentido, hay algunas iniciativas en el país, con dos hospitales que empiezan a ser referencia, el Hospital austral de Pilar y el Hospital regional de Ushuaia, miembros de la red Global de Hospitales Verdes y Saludables de Salud sin Daño. “Descubrimos que se usaban muchos descartables en cocina, así que compramos vajilla y armamos los postres en vasos de vidrio. De a poco, redujimos 45.000 vasos de plástico al año, con un ahorro 2500 dólares, con lo que cierra por todos lados la ecuación. los cubiertos descartables los reemplazamos por cubiertos de abedul y con lo que sobra de la caña de azúcar, unos bioplásticos que son 100% compostables. la consigna es reducir, reutilizar y reciclar”, dice María Marta cozzarin, directora del Hospital regional de Ushuaia. Y enumera: “instamos a que la gente del hospital lleve su botella de agua, no caliente los tuppers, tenga cuidado con los deliverys. Para compras sustentables, lo que hacemos es analizar el packaging de los insumos para saber si los accesorios son de cartón o de plástico, para incluirlos en nuestro programa de reciclado”.
como en todas estas campañas, incluso las prohibiciones tienen un doble sentido: el hecho de generar una buena práctica y a la vez comunicar el daño que genera el plástico por doquier, para generar efecto imitación. El hecho de que mucha gente se preguntara por qué se prohibieron los sorbetes es un índice de que aún falta generar conciencia.