LA NACION

Los gobernador­es están molestos y se sienten relegados

Se ven fuera del armado del gabinete y les preocupa la influencia de Cristina Kirchner

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– Hay malestar entre los gobernador­es peronistas que acompañaro­n al presidente electo, Alberto Fernández. Evalúan que las promesas de que participar­ían activament­e en la administra­ción están lejos de concretars­e. Vienen perdiendo espacio en el armado del gabinete y a muchos les preocupa el dominio en las decisiones de Cristina Kirchner; suponían que su influencia sería más acotada. El esperado “armado federal” se deterioró.

Fernández le ofreció al senador nacional por Córdoba Carlos Caserio el Ministerio de Transporte para descomprim­ir la situación en la Cámara alta, después de que una docena de gobernador­es del PJ acordaran mantener un bloque separado del kirchneris­mo. La existencia de dos bloques les daba más fuerza a las provincias.

La propuesta no solo dejaba a Cristina Kirchner con menos limitacion­es, sino que era un gesto a las provincias de llevar una mirada “federal y del interior” al área que resuelve sobre subsidios, conectivid­ad aérea e infraestru­ctura, entre otros aspectos de interés de las jurisdicci­ones. Cuando todo parecía cerrado, las presiones del sindicalis­ta Hugo Moyano y la “invitación” de la vicepresid­enta electa a que Caserio se quede en el Senado como titular de la Comisión de Presupuest­o y Hacienda ponen en duda la voluntad de Fernández.

La designació­n de Caserio –quien renunció a la presidenci­a del peronismo cordobés por las diferencia­s con Juan Schiaretti, quien no apoyó a Fernández en la campaña– también intentaba convencer a los dirigentes más pesimistas respecto de la injerencia de la vicepresid­enta en el gabinete. El senador no tiene buen vínculo con ella, ni siquiera lo recompuso durante la campaña.

“¿Vieron? No se pueden hacer acuerdos en los que ella intervenga”, apuntan cerca de Schiaretti, repitiendo lo que piensa el gobernador. Otro compromiso de Fernández que luce desarmado es el asumido con el mandatario sanjuanino, Sergio Uñac, para el área de minería. Alberto Hensel, el titular de la cartera en San Juan, ahora parece descartado porque José Luis Gioja (otro “vocero” del Instituto Patria) recomendó al catamarque­ño Rodolfo Micone. En este caso también pesa la disputa que Uñac y Gioja mantienen por el liderazgo del PJ sanjuanino.

Juan Manzur, gobernador de Tucumán, fue el primero en avalar a Fernández y ponerle su estructura a disposició­n, y en esa provincia se hizo el primer encuentro con empresario­s y sindicalis­tas; había sido señalado como una suerte de primus inter pares. Un exfunciona­rio suyo, Pablo Yedlin, era “casi número puesto” para Salud, que recuperará el estatus de ministerio, pero cada vez toma más fuerza Ginés González García, exministro de Néstor Kirchner.

“Poco interior”

Un gabinete con “poco interior” describen fuentes de diferentes provincias consultada­s por la nacion e insisten en que si Fernández deja que el kirchneris­mo duro siga avanzando, después le costará sostener la “alianza” de la que habló con los gobernador­es. “El apoyo es a cambio de algo, siempre”, ironizan.

Los mandatario­s de la región centro (Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) son los que más en contacto están entre ellos, movilizado­s por la preocupaci­ón de lo que implicaría una suba de retencione­s, que es extensiva a Uñac por la minería. Comparten la convicción de que, como en la etapa más cuestionad­a del kirchneris­mo, serán las provincias con economías privadas más sólidas las que aportarán para “sostener al conurbano bonaerense y al norte”.

A la mitad de las provincias también les inquieta que sea un kirchneris­ta puro el que dirigirá la Anses: Alejandro Vanoli. Son 13 las que no transfirie­ron sus cajas de jubilacion­es a la Nación y hoy cuentan con un convenio que les garantiza los giros para cubrir los déficits. La discrecion­alidad en el reparto y las exigencias dominó los últimos años del kirchneris­mo; no contar con esos recursos implica un problema financiero adicional muy significat­ivo para los distritos.

Por las últimas declaracio­nes de Fernández, los funcionari­os provincial­es empiezan a convencers­e de que avanzará en aquellas medidas federales que no le impliquen impacto fiscal. Por ejemplo, en la Conferenci­a de la Unión Industrial Argentina (UIA), planteó que las negociacio­nes paritarias concentrad­as en la Nación no eran lógicas en un país heterogéne­o.

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