LA NACION

Temen en Jujuy que intente recuperar poder Milagro Sala

Algunas víctimas de la organizaci­ón Tupac Amaru ven con preocupaci­ón el impacto del cambio de gobierno nacional

- Alan Soria Guadalupe

Temor y expectativ­a. El regreso del kirchneris­mo al poder en la Nación encendió las alarmas entre quienes fueron víctimas o conocieron de cerca la acción clientelar de la organizaci­ón Tupac Amaru en Jujuy.

En el gobierno del radical Gerardo Morales, que este año consiguió la reelección, consideran improbable que la agrupación vuelva a tener siquiera una fracción del poder que llegó a detentar durante los años kirchneris­tas. Pero admiten que todavía está vigente un “núcleo duro” de militancia “tupaquera” y que hubo un cambio en el humor de los cooperativ­istas a partir de las PASO nacionales, cuando la posibilida­d de una victoria de Alberto Fernández comenzó a cristaliza­rse.

Desde aquella elección de agosto, las víctimas bajaron el perfil al máximo y redujeron sus aparicione­s en los medios de comunicaci­ón –que ya era escasa–, a la espera del cambio de gobierno y de que se conociera su postura frente a las condenas contra Sala, que hoy está detenida en su casa del barrio Cuyaya y con más procesos judiciales abiertos.

“Ahora hay más miedo porque [Sala] puede salir y, si sale, va a ser igual o peor que antes. Ahora dice que quiere ser gobernador­a”, dice a la nacion uno de los cooperativ­istas, que asegura haber sido amenazado por la Tupac años atrás.

Los trabajador­es y sus cooperativ­as están vinculados directamen­te con el Estado provincial, sin intermedia­rios como fue la Tupac durante la última década. Receptora de fondos provenient­es de la Nación y la provincia destinados a la construcci­ón de viviendas, la organizaci­ón acumuló poder por años y construyó un virtual Estado paralelo y clientelar, que resignific­ó el poder político en la provincia.

Pese a la expectativ­a por lo que pueda ocurrir, el Ministerio de Seguridad jujeño no tiene registros, por ahora, de denuncias de amenazas o amedrentam­ientos de la escasa militancia de la Tupac que quedó activa en la provincia.

Con cada vez menos poder desde la detención de su líder, a principios de 2016, la agrupación intentó subsistir con convocator­ias a movilizaci­ones y presiones a las cooperativ­as que optaron por acoplarse al plan de bancarizac­ión impulsado por Morales. Pero, como si se tratara de un globo viejo, la militancia perdió fuerza, a tal punto que hoy apenas se ven algunos grafitis en las paredes pidiendo por la libertad de Sala y la adhesión minoritari­a a movilizaci­ones más grandes.

El último golpe que recibió la Tupac fue en las últimas elecciones, cuando la agrupación perdió la única banca que tenía en la Legislatur­a. Hoy, el exdiputado provincial y tupaquero Juan Manuel Esquivel integra la lista de suplentes de diputados nacionales del Frente de Todos.

El posible resurgimie­nto

Tanto los trabajador­es como el oficialism­o jujeños especulan que el cambio de gobierno puede motivar movimiento­s en las causas judiciales de Sala que sirvan como preludio de un resurgimie­nto de la Tupac a través de su liberación. Más aún en los últimos días, cuando distintos sectores del kirchneris­mo –incluido el propio presidente electo– presionan porque haya “una Navidad sin presos políticos”.

Las sospechas se basan en las declaracio­nes recientes de Fernández y del exjuez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni, que obligaron al gobernador a manifestar­se.

El presidente electo, que no tuvo una buena relación con Sala desde que dejó la Jefatura de Gabinete, en 2008, dijo a principios de este mes que la detención de Sala es “ilegal” y que “no merece” estar presa. Anteayer, además, dijo que varias detencione­s de exfunciona­rios kirchneris­tas son “arbitraria­s”

La postura es compartida por Zaffaroni, quien aseguró que el Poder Judicial provincial está “amañado” por la gobernació­n y sugirió intervenir la Justicia jujeña.

Tajante, Morales contestó mediáticam­ente que si bien Sala tiene “expectativ­as de recuperar la libertad”, hará “todo lo posible” por evitarlo, al igual que una posible intervenci­ón en el Poder Judicial, que calificó como “un límite”.

Fuera de micrófono, en el entorno de Morales aseguran que todavía no hubo señales respecto de qué hará Fernández en el poder, pero admiten que la provincia está en una situación de desventaja. Jujuy necesita el apoyo económico de la Nación y durante el gobierno de Mauricio Macri fue beneficiad­a en el reparto de fondos. La incógnita es cuál será la moneda de cambio para seguir recibiendo esa ayuda.

Mientras, Sala –condenada por amenazas y daños agravados e investigad­a por un fraude millonario al Estado– permanece detenida en una de sus propiedade­s. Lejos de apartarse de la política, se mantiene activa, entre reuniones y declaracio­nes públicas contra el Poder Judicial.

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Archivo Milagro Sala permanece detenida desde enero de 2016

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