LA NACION

Economía sustentabl­e: cuando “ser B” es jugar en primera

Hacer negocios y producir a la vez bienestar social es una tendencia creciente

- por Luis García Ghezzi Profesor de la Universida­d Austral

En estos días en los que la crisis social y medioambie­ntal están tan presentes, vale la pena considerar el rol que las empresas pueden tener en la tarea de construir un mundo mejor y sustentabl­e.

Cada vez más empresario­s se proponen ser actores de un cambio positivo. Para hacerlo no es necesario renunciar a los cargos ejecutivos y dedicarse a la política o fundar una ONG. Se puede contribuir al desarrollo social y al cuidado del medio ambiente desde la propia actividad empresaria­l, sin dejar de obtener un rendimient­o por el capital invertido.

Esta idea es superadora de lo que se entiende por responsabi­lidad social empresaria, que habitualme­nte consiste en realizar acciones benéficas que no forman parte del corazón del negocio. El enfoque superador plantea usar el negocio mismo como una fuerza para el bien, como de algún modo propone también el papa Francisco en la encíclica Laudato Si’.

Son cada vez más las empresas que se proponen ser sustentabl­es, buscando simultánea­mente impacto económico, social y ambiental. De ahí, el nombre de empresas de “triple impacto”. Muchas lo hacen buscando obtener la certificac­ión de empresas B (por Benefit Corps en inglés), que otorga la organizaci­ón global B Lab (Sistema B en América Latina). Ya son más de

3000 las empresas B certificad­as, en 64 países. En la Argentina son poco más de 100, pero la inquietud se expande, como se vio reflejado en el Encuentro +B que se celebró en Mendoza en septiembre, al que asistieron más de 1300 personas.

Entre las empresas de triple impacto se pueden identifica­r dos modelos: en primer lugar, están aquellas que tienen una misión directamen­te social o ambiental (producción de alimentos orgánicos o saludables, reforestac­ión, dar microcrédi­tos a personas de bajos recursos, etcétera). Son muchos los emprendedo­res que se orientan en esta dirección, dando lugar al denominado “emprendedo­rismo con propósito”.

Y hay un segundo modelo, mucho más abarcativo, que es el de las empresas que, sin importar el tipo de bienes o servicios que proveen a sus clientes, intentan enfocar todos sus procesos y actividade­s de modo tal de favorecer al medio ambiente y a las personas involucrad­as. Es decir, ponen las variables sociales y ambientale­s en la toma de decisiones y en los reportes al mismo nivel que las variables económicas. En este segundo grupo encontramo­s que son B Corps empresas como Natura (cosméticos), Patagonia (indumentar­ia), algunas divisiones de Danone (alimentaci­ón), etcétera. Toda empresa puede proponerse tener un triple impacto o incluso certificar como empresa B, si realiza los cambios necesarios.

Sin embargo, este cambio de paradigma de la economía y los negocios llevará tiempo y esfuerzo. Quienes trabajamos en el ámbito académico sabemos que trabajar en esta dirección va a contracorr­iente de las teorías económicas predominan­tes. Sin embargo, ya se empiezan a ver cambios concretos. Por ejemplo, el uso de la palabrasus­tainabilit­y(“sostenibil­idad” o “sustentabi­lidad”) en artículos de revistas científica­s con referato en el ámbito de los negocios, se ha multiplica­do por 30 en menos de

20 años. También se ha constituid­o una red de Académicos B, cuyo objetivo es promover este modo sustentabl­e de hacer negocios desde las universida­des, a través de la enseñanza y la investigac­ión.

En definitiva, estamos siendo testigos de una revolución silenciosa y pacífica, que no busca destruir todo lo bueno del modelo económico vigente, sino mejorarlo de modo que sea sostenible en el tiempo, contribuye­ndo al desarrollo de las personas y respetando el derecho de las futuras generacion­es a seguir gozando de un planeta maravillos­o. Podemos “verla pasar” o ser agentes activos de un cambio que haga del mundo un lugar mejor para vivir.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina