LA NACION

La Dolfina y otro paso positivo: chocarán sus equipos en la semifinal

La Dolfina Polo Ranch dio un salto de calidad, se consolida como cuarto conjunto y sueña con sorprender al gran campeón

- Agustín Monguillot

Entretiemp­o. Los cuatro polistas de azul llegan al palenque conformes porque el partido está más encaminado de lo pensado. Diego Cavanagh está intratable: lleva 8 goles. Se acerca su entrenador para darles alguna indicación. “Che, vienen muy bien así que no les voy a decir más nada porque la semana que viene nos voltean”, los chicanea David Stirling. Pelón es parte La Dolfina, el mejor cuarteto de la última década del polo mundial, pero también es coach de La Dolfina Polo Ranch. Los dos equipos de la organizaci­ón de Adolfo Cambiaso pugnarán el próximo sábado por un lugar en la final del Abierto de Palermo.

“Nuestro objetivo era llegar a este punto. Se cumplió, pero ahora queremos ganarle la semi”, avisa Cavanagh. Es la tercera temporada en la Triple Corona de la versión B de La Dolfina. Con 32 goles de handicap, se consolidó como el cuarto equipo más poderoso detrás de La Dolfina

(40), Ellerstina (39) y Las Monjitas

(38). Su triunfo sobre La Aguada (32) en el arranque del Abierto lo posicionó como retador. La goleada de ayer ante La Irenita por 16-6 fue una nueva confirmaci­ón. El saldo: tres partidos, tres victorias y +27 en goles.

Los dos equipos conviven juntos prácticame­nte toda la semana en Cañuelas. Cavanagh lo sintetiza:

“Compartimo­s la diaria. Entrenamos juntos y tomamos mate todos los días, hablamos de caballos y comemos asadito a la noche”. ¿Hay apuesta? “Todavía no se habló nada, pero algo vamos a apostar. Eso sí, que pague el ganador”, dice Cavanagh, entre risas.

Es sabido el espíritu innovador de Cambiaso y este segundo equipo es un bloque más para su proyecto. La Dolfina Polo Ranch es una vidriera perfecta para sus caballos y un espacio para que se desarrolle­n nuevos jugadores y profesiona­les. “No es el patrón, es un amigo que nos da una mano. Estamos contentos y es una sensación muy linda que dos equipos que vienen de Cañuelas y de la misma organizaci­ón estén enfrentado­s en la semifinal del torneo más importante del mundo”, dice Guille Terrera, gran amigo de Adolfito.

La Dolfina Polo Ranch es un equipo de experiment­ados con integrante­s que están en la edad justa para explotar sus capacidade­s. Algunos juegan Palermo hace años y otros no tanto. Terrera tiene siete Abiertos sobre el lomo y le sigue Cavanagh, con cuatro. Mientras que Juan Britos y Alejo Taranco están viviendo su segunda experienci­a. Los cuatro juegan 8 goles. No sería de extrañar que escale su valoración para 2020.

Se sabía que La Dolfina Polo Ranch tenía todos los números para quedarse con el triunfo ante La Irenita. Quizá se esperaba un score un poco más apretado. No sucedió. Los de Cañuelas estuvieron aceitados desde el comienzo y llegaron a la segunda parte del cotejo siete goles arriba. “Sacamos una buena ventaja en la primera mitad y la supimos mantener”, valoró Cavanagh, que marcó sus 9 goles (6 de penal y uno de córner) en los primeros cinco chukkers. No sólo fue aplastante por resultado, sino porque no perdió un solo chukker.

No será la primera vez que se verán las caras en Palermo: tuvieron un escenario similar en 2018. La diferencia es que se enfrentaro­n en el segundo partido, mientras que ahora definirán la Zona A. Aquella vez ganó La Dolfina por 15-11 y se dio un encontrona­zo entre Cambiaso y su amigo Terrera. “Me acuerdo de que venía en el Boeing (Nder: uno de los mejores caballos de Cambiaso), había que tratar de pararlo y le entré un poco fuerte. Quedó ahí. No me puteó ni me dijo nada porque nos llevamos bien”, recuerda Terrera, sonriente.

La lógica indicaría una victoria del principal equipo de la organizaci­ón. “Habrá un 95 a 5%”, tira Terrera. “Es muy difícil porque son el mejor equipo y ya, en esta instancia de Palermo, tienen mucho menos margen de error, pero se puede ganar”, dice Cavanagh. ¿Cómo reaccionar­ía Adolfito si sufriera un batacazo en la Catedral? “Yo creo que se pondría feliz”, piensa Terrera. No caben dudas.

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Sergio Llamera El abrazo de Guillermo Terrera y Juan Britos: La Dolfina Polo Ranch en semifinale­s

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