LA NACION

Cerati, un disco en vivo, la polémica y otros casos históricos

Algunos fans se quejaron del sonido del álbum del último show del ex Soda en México; no es la primera vez que ese aspecto técnico no es lo más importante

- Mauro Apicella

El lanzamient­o del primer concierto del Fuerza Natural Tour (última gira de Gustavo Cerati antes del ACV que lo mantuvo en coma durante casi un lustro, hasta su muerte) hizo un poco de ruido entre sus fans ya que, para algunos, el audio no resultó de la mejor calidad. El registro es del show que dio en Monterrey, México, el 19 de noviembre de 2009. De ahí que para conmemorar la década de aquel show se editó hace dos semanas en CD, DVD, formato digital y se realizaron presentaci­ones en cines. Lo que no se tuvo demasiado en cuenta al momento de las quejas es que eso que ahora es un álbum no había sido pensado originalme­nte como tal. El concierto no se registró con la idea de ser un disco en vivo. Apenas fue la toma de audio de consola, en salida estéreo (es decir, no era una mezcla especial en 64 canales o más) para que aquel show fuera transmitid­o por streaming. Tal vez por eso el audio solo es bueno y no excelente. Ante algunas quejas, el ingeniero de sonido Adrián Taverna (que durante muchos años trabajó con Soda Stereo y luego con Cerati en su carrera solista) aclaró el por qué al sitio especializ­ado Silencio.

“Era el único show que teníamos en audio y video. Es el primer show de la gira de

Fuerza Natural, que tuvo la caracterís­tica de que se contrató para la primera experienci­a de streaming en México. Como era en vivo, no había necesidad de grabarlo en un multitrack para después hacer un disco o algo. Entonces es directamen­te el audio de mi consola, que fue una decisión que tomamos Gustavo y yo”, explicó a silencio.com.

Vale diferencia­r el disco grabado en vivo durante un show y esas grabacione­s que nunca fueron pensadas para ese fin pero el valor testimonia­l del concierto ameritaba su publicació­n. Esta es una breve y caprichosa lista de ese tipo de discos que de todos modos marcaron un momento.

Judas del folk

¿Acaso no fue la copia pirata de uno de esos míticos conciertos la que marcó un hito en la historia del naciente rock? Era 1966 y Bob Dylan transitaba un duro camino del sonido acústico folk a la guitarra eléctrica por el rechazo que esto provocaba en sus fans. Todo aquello quedó sintetizad­o en una sola palabra. “Judas”, le gritó una persona, que estaba entre el público del concierto que dio el 17 de mayo de 1966, en el Free Trade Hall de Manchester. “No te creo”, le respondió desde el escenario, mientras tocaba con furia en una Fender Telecaster negra los primeros acordes de “Like a Rolling

Stone”, y pedía a sus músicos que tocaran lo más fuerte que pudieran.

Varias décadas después esa grabación se publicó como un concierto que había dado en el Royal Albert Hall de Londres, quizás porque eso le podría dar más entidad. Pero en los oídos de especialis­tas y melómanos siguió siendo el concierto de Manchester donde trataron de traidor a Dylan, en medio de una gira en la que había sentido el fuerte rechazo de los fans. Quedó como un concierto histórico apenas por una palabra pronunciad­a por un fan.

dylan y los Rolling, en Buenos aires

La reverencia al público argentino ha llegado de distintas latitudes y de los artistas más diversos, quizás por eso existan registros de muchos conciertos porteños en los DVD que se publican de las giras de grandes bandas del pop y del rock. De King Crimson (B’boom: Live in Argentina es el registro de los conciertos que Robert Fripp y Cía dieron en 1994, en el Teatro Broadway) a los shows de AC/DC en el Estadio de River, es posible armar un buen inventario. En 1998 The Rolling Stones pasaron por Buenos Aires en el marco de la gira del disco Bridges To Babylon, publicado en septiembre del año anterior. Como en cada función de esa gira, hubo registros en vídeo, pero no se hicieron con la intención de convertir aquello en documento de su actuación porteña. Sin embargo, 21 años después se publicó con la calidad de Blue-ray aquel concierto completo. Y sí, también aparece Bob Dylan como invitado, en una atropellad­a versión de “Like a Rolling Stone”, cantada junto a Jagger. Todo un documento para los fans argentinos que pueden disfrutar desde hace un par de semanas.

el disco de Tom Waits Jamás autorizado

Para mediados de la década de setenta el california­no Tom Waits había entrado en el mundo discográfi­co y tenía una intensa actividad de conciertos. Prácticame­nte publicaba un disco por año y hacía giras por los Estados Unidos. Incluso por Europa. En 1976 editó el disco Small Change. Un año después, antes de entrar a grabar el siguiente, Foreign Affairs (siempre por el sello Asylum) salió de gira con una banda muy jazzera que incluyó contrabajo, batería y saxo tenor, además del piano y la voz de Waits. En enero de 1977 dio 12 conciertos en Japón. Pasó por Canadá y regresó a los Estados Unidos. En abril cruzó el Atlántico y entre el 20 de ese mes y el 3 de mayo dio conciertos en Finlandia, Bélgica, Holanda, Inglaterra y Alemania. El 26 de abril se presentó en una sala de la ciudad alemana de Bremen. De esa actuación existe un registro que comenzó a circular como grabación pirata que captó el clima de esa gira: banda de jazz que tocaba blues, noche, la voz cascada de un joven de 27 que aparentaba (por sus cuerdas vocales) no menos de 60 y las canciones de Small Change atravesada­s por un alcoholism­o tratado de manera irónica. Una joyita que desnudaba (y a la vez retrataba) aquellos años de Waits en un concierto de quince canciones. “Invitation To The Blues”, “Depot, Depot”, “The Piano Has Been Drinking, not me (An evening with Pete King)”, “I Can’t Wait to Get Off Work (And See My Baby on Montgomery Avenue)” y “Small Change”, entre otras. En la década del noventa ya aparecía un CD oficial llamado Invitation To The Blues, The Live Experience 1977, aunque nunca fuera autorizado por Waits. Tal vez eso ayudó a que hoy pueda ser considerad­a como una grabación emblemátic­a de su carrera. Cualquier fan que se precie de tal no sólo debe tener la discografí­a oficial completa de su banda favorita, también contar con una buena cantidad de registros piratas, algo quizás difícil de entender hoy, en costumbres tan fragmentad­as, por las breves grabacione­s de los celulares, que en minutos terminan suidas a Youtube.

Queen en live aid

Una vez que terminó el mega festival Live Aid de 1985 en dos escenarios montados en Londres, Inglaterra, y en Filadelfia, Estados Unidos, la crítica especializ­ada coincidió en que el mejor concierto de esa maratónica jornada había sido el de Queen. Incluso, la cosa fue mucho más allá. Para varios era uno de los mejores conciertos de la historia del rock. Esa opinión quizá en algo haya influido para que Queen ofreciera, un año después, y por las suyas, dos grandes conciertos en el Estadio Wembley, el mismo escenario inglés donde se había realizado el festival benéfico. Ese sí terminó publicado como disco en vivo de la banda, varios años después. Todo lo concernien­te a Live Aid fue una campaña de concientiz­ación de la pobreza y un gesto de ayuda humanitari­a para la población más necesitada de Etiopía. Por lo tanto, nada de lo que Live Aid produjo artísticam­ente podía ser utilizado comercialm­ente con otros fines que no fueran los propuestos por el festival. De ahí que, si bien el show de Queen es un verdadero documento, nadie pudo hacer uso por separado. Convertirl­o en un disco en vivo, por ejemplo, que formara parte de la discografí­a oficial de la banda. Obviamente que en redes sociales hoy se puede ver completo. Uno de los “full set” subidos a Youtube tiene un par de millones de vistas.

el concierto del presidio

Así como existe grabacione­s piratas de conciertos que circulan y con los años forman parte de una discografí­a alternativ­a y no oficial (por qué no decir ilegal) de bandas y solistas, existen casos en los que un artista tuvo toda la intención de grabar un show con la idea de publicarlo en un disco, pero su compañía discográfi­ca intentó convencerl­o de lo contrario. Fue el caso de Johnny Cash, quien luego de publicar Folsom Prison

Blues, masticó durante una década la idea de editar un disco en vivo que fuera grabado en esa prisión california­na de alta seguridad, pero su compañía discográfi­ca se opuso. El marketing discográfi­co no nació con el nuevo milenio. Ya en esos años las discográfi­cas tallaban la imagen de sus artistas fichados. Cuenta la leyenda que era una pésima imagen que daría Cash si grababa en una prisión. Sin embargo, su imagen se enalteció, dentro y fuera del mundo carcelario. Johnny convenció a su compañía, Columbia Records, que editó el concierto que dio en Folsom, el 13 de enero de 1968, y lo lanzó ese mismo año.

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NOTIMEX Cerati en vivo, una experienci­a de la que se sigue hablando

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