LA NACION

Cómo Tevez puede reinventar­se y ser todavía muy útil para Boca

Próximo a cumplir 36 años, la renovación de contrato es una posibilida­d cierta; más allá de los minutos que le toque jugar, lo esencial pasará por adaptarse a su nuevo rol, con los ejemplos de Verón, Ponzio, Maxi Rodríguez y Mascherano

- Pablo Lisotto

El sueño de Carlos Tevez de renovar su contrato y continuar su carrera en Boca se acrecienta cada día un poco más. Sin embargo, más allá del trámite que sería para él firmar el nuevo vínculo, lo esencial pasa por otro lado. Y está más relacionad­o con el rol que debería ocupar al Apache para sentirse una pieza importante en el plantel azul y oro.

Su ilusión está sostenida por las palabras de apoyo de dos hombres fundamenta­les de la nueva dirigencia xeneize: Juan Román Riquelme, que estará a cargo de todo lo vinculado al fútbol del club, y de Jorge Bermúdez, el hombre que más chances tiene de convertirs­e en el manager.

“A los jugadores que nos han dado tanto hay que tratarlos con cariño. Yo lo que deseo es que Carlos recupere la alegría de jugar a la pelota, él tiene que jugar a la pelota, no al fútbol, como lo hacía de chiquito”, lo mimó Román a través de TNT Sports, antes de las elecciones. Y confesó: “Yo ya hablé con Tevez, es el único jugador con el que hablé. Estaba contento de que lo llamé, tiene ganas de seguir jugando. Los hinchas de Boca lo queremos mucho. Todavía puede darle mucho al club. Salimos de lugares humildes y cuando nos sentimos en esos lugares, sacamos ventaja”.

La pared volvió enseguida y al pie. “Soy un agradecido a Román pero por todo, no solamente por las palabras. La crítica que tuve hacia él fue algo que yo sentía y tenía que decirlo. Román es el máximo ídolo del club”, dijo Carlitos, que en junio de 2017 había disparado, desde China: “Será un ídolo por lo que hizo dentro de la cancha, afuera deja mucho que desear”.

Más específico, el Patrón colombiano evaluó en ESPN: “Tevez ha perdido protagonis­mo por falta de titularida­d, nos tiene que dar más, es un emblema”. Y luego, pronosticó: “Si se compromete a ser el que ha sido siempre con la camiseta de Boca, con rebeldía y carácter, y con una gran preparació­n física, no tengo dudas sobre su continuida­d”.

Ahora bien, ¿entonces por dónde debería pasar la clave para que Tevez, como planteó Riquelme, recupere la alegría? Sencillame­nte por adaptarse a su realidad y comprender que su rol puede ser fundamenta­l y necesario más allá de la cantidad de minutos de acción que tenga en 2020.

El próximo 5 de febrero, Carlitos cumplirá 36 años. La explosión y la potencia que lo caracteriz­aron en sus primeros años, y que le permitió ser un futbolista top en el fútbol europeo, se evaporaron en sintonía con el inevitable paso del tiempo. Y aunque eso ya no volverá, su experienci­a resulta un aporte crucial para un equipo que carece de símbolos. El Apache es, sin dudas, el último gran ídolo de Boca. El que llenó la Bombonera en una fría noche de julio de 2015 solamente para ser recibido y ovacionado por los hinchas. Ni su desprolija excursión al fútbol chino quebró ese amor.

El actual es el mejor momento físico del Nº 10 desde que volvió de China. Basta comparar su figura con la de 2018 en sus participac­iones en su serie Apache para notarlo. Sin embargo, desde lo futbolísti­co no logró marcar la diferencia.

Las estadístic­as de 2018 y 2019 evidencian esa involución. Con Guillermo Barros Schelotto disputó 34 partidos, en los cuales marcó 10 goles (0,29 de promedio). Fue titular en 23 ocasiones, jugó sólo 7 partidos completos y totalizó 2114 minutos de acción. En cambio, con Alfaro, que lo elevó al altar de abanderado, tuvo más presencias (38) y menos conquistas (6), lo que derrumbó el promedio a 0,16. Fue 20 veces titular, completó 7 juegos y estuvo 2008 minutos en la cancha. Su influencia en el juego fue escasa. En los 10 partidos de Superliga que disputó, pateó 9 veces al arco. Y en 9 encuentros por la Libertador­es, los remates fueron 4.

Los casos de Juan Sebastián Verón en Estudiante­s, Leonardo Ponzio en River, Lisandro López ahora y Diego Milito antes en Racing o

Maxi Rodríguez en Newell’s deben ser modelos por seguir para Tevez. Hombres experiment­ados e identifica­dos con el club que, consciente­s del paso de los años, comprendie­ron a tiempo que su aporte trasciende la presencia física en el campo de juego. Incluso lo que está planeado para Javier Mascherano, también en el León de La Plata, puede ser considerad­o como un ejemplo similar, más allá de que el exvolante de la selección argentina no haya egresado de la escuela pincharrat­a.

En todos los casos, el objetivo fue y es que ellos transfiera­n sus experienci­as en la intimidad de un vestuario, que sean considerad­os ejemplos por seguir por las nuevas generacion­es y que contagien el sentido de pertenenci­a, más allá de si después juegan o no.

Posiblemen­te la clave esté justamente en esto último: que Tevez comprenda que su aporte, hoy, es mucho mayor afuera del campo de juego que adentro. Máxime en un contexto de nueva dirigencia, con Jorge Amor Ameal al frente, que venció en las urnas al candidato que presentó su amigo Daniel Angelici y que en julio le marcó la cancha: “Cuando se fue a China privilegió la plata antes que el sentimient­o”.

Un nuevo desafío espera a Tevez en caso de que se concrete su continuida­d. Habrá que ver cómo lo asimila.

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Prensa Boca El Apache es el referente de un plantel que carece de grandes figuras identifica­das con la historia azul y oro

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