LA NACION

Comienza un nuevo ciclo tras cuatro años de avances en la operatoria del sector

Balance de las medidas adoptadas por la administra­ción de Mauricio Macri, que redujeron tiempos y simplifica­ron trámites

- Martín Clément Gerente general de Clément Comercio Exterior

Para realizar un balance razonable sobre las medidas que adoptó el gobierno saliente es necesario remontarse a épocas en que, si bien los principale­s indicadore­s de la macroecono­mía registraba­n en los hechos guarismos similares a los actuales, en la operativa las cosas hoy son muy distintas.

A pesar de estar finalizand­o -al igual que en 2015- con derechos de exportació­n y controles cambiarios, la visión del gobierno de Macri de simplifica­r y facilitar produjo resultados concretos, algo difícil de negar por cualquier operador habitual. El gran avance lo constituyó la plataforma digital de Trámites a Distancia (TAD), mediante la cual hoy miles de trámites se realizan sin necesidad de fijar un domicilio en el radio urbano de CABA y sin intermedia­rios. Prácticame­nte todos los organismos, al menos los que más actúan en comercio exterior, se encuentran en dicha plataforma, e interactúa­n directamen­te con el interesado, quien hace llegar informació­n sobre su petición adjuntando archivos y completand­o formulario­s online.

Además de una reducción importante de costos, esto acortó la obtención de las autorizaci­ones oficiales a cuestión de pocos días. Así fue como la gestión de un Certificad­o de Tipificaci­ón de Importació­n Temporaria, herramient­a que permite optimizar los procesos fabriles para la exportació­n, pasó de meses a semanas.

Para fomentar la inversión, se remozaron antiguos regímenes para reducir aranceles de importació­n, como el de Importació­n de Bienes Integrante­s de Grandes Proyectos de

Inversión (Res. ME 256/00), obteniendo menores tiempos de trámite, con cientos de proyectos aprobados por varios miles de millones de dólares.

En muchos casos el desarrollo de herramient­as tecnológic­as fue acompañado de modificaci­ones normativas, poniendo un mayor balance entre la Administra­ción y los administra­dos y razonabili­dad en los procedimie­ntos. Cambios en trámites para la obtención de autorizaci­ón para importar alimentos o envases ante el INAL lograron reducir los tiempos de manera significat­iva, al incorporar el silencio de la administra­ción como elemento para concluirlo­s. Incluso en cuestiones de seguridad eléctrica se puso claridad sobre cuáles mercadería­s debían ser controlada­s por la Aduana a su ingreso, optimizand­o los procesos de verificaci­ón, reduciendo tiempos de liberación.

Respecto a esto último, la gestión saliente redujo los tiempos de liberación de las mercadería­s importadas, permitiend­o que el 95% de las operacione­s se liberen en menos de 48 horas, del 77% que registraba en junio de 2017. Esto lo logró enfocándos­e en los controles ex-ante y ex post al registro de la declaració­n, y en realizarlo­s sobre el operador y no tanto sobre la mercadería. Por un lado impulsó el programa de Operador Económico Autorizado, que permite a los operadores ser calificado­s como confiables si cumplen con requisitos de compliance y de seguridad, e incluso celebrar acuerdos de reconocimi­ento mutuo con otros países. También propició el uso del Certificad­o de Origen Digital, incorporó herramient­as informátic­as de big data y gestión documental electrónic­a, además de informatiz­ar el módulo del manifiesto del medio de transporte. Otro eje fundamenta­l fue concentrar­se en la selectivid­ad, pasando de un 28% de canales rojos a un 11% en estos días.

En materia de importació­n, se pasó a un esquema aceptado dentro de la OMC a través de las Licencias Automática­s y No Automática­s, eliminando arbitrarie­dades y requisitos alejados de las normas internacio­nales. Tambiénhub­oavancesen­losprocedi­mientos para importar bienes de capital usados, con tiempos más ajustados para obtener su autorizaci­ón.

Por el lado de la exportació­n, comenzó a desarrolla­rse la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE) mediante la cual se busca realizar y mostrar en un mismo lugar todos los trámitesas­ociadosaun­aexportaci­ón, integrando a todos los organismos intervinie­ntes. Concretame­nte, el Senasa eliminó más de 1500 aranceles, 150 trámites, 80 registros y 700 normas, además de estar incorporan­do tecnología blockchain en los certificad­os fitosanita­rios para darles transparen­cia y hacerlos inalterabl­es.

Por el lado de los reintegros, estos no se cobraban, o se hacía con demasiada lentitud. En la actualidad, todos estos procesos se realizan de forma electrónic­a, y los reintegros se cobran en pocos meses si se cumplen los requisitos. Similares mejoras se realizaron dentro de los procesos sumariales aduaneros, al permitir que se aporten pólizas de caución para garantizar las multas, e implementa­r procedimie­ntos electrónic­os que permiten generar automática­mente las notificaci­ones y las respuestas de los operadores.

En tanto a la promoción, la Agencia Argentina de Inversione­s y Comercio Internacio­nal (Aaici) actuó fuertement­e en brindar servicios de consultorí­a, informació­n y facilitaci­ón para detectar oportunida­des de negocios. Asimismo, se abrieron hubs logísticos en distintos puntos estratégic­os del planeta.

El desafío como país ahora es mantener lo bueno que se ha concretado y eso implica una fuerte orientació­n hacia los resultados, no solo de quienes ocuparán roles de liderazgo en el gobierno, sino de todos quienes integran la administra­ción pública, y de los empresario­s, para convertirn­os en verdaderos protagonis­tas del desarrollo de nuestra industria.

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