Trump y los demócratas llegan a un acuerdo
La nueva versión del tratado de libre comercio de América del Norte aún debe ratificarse
El tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), aún pendiente de ratificarse, es el resultado de más de dos años de negociaciones a instancias del presidente estadounidense Donald Trump para remplazar el Tlcan vigente desde 1994.
Desde que Estados Unidos comenzó a reperfilar sus relaciones comerciales, tanto con China como con el resto del mundo, algunas reglas han cambiado. A continuación, la revisión de los principales hitos en el proceso de revisión del pacto:
El nacimiento del Tlcan
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) entró en vigor el 1 de enero de 1994.
El pacto, considerado uno de los acuerdos comerciales más importantes del mundo, eliminó la mayoría de los aranceles a los bienes intercambiados, liberalizó las reglas de inversión y permitió un mayor movimiento de trabajadores entre los tres países.
La modernización del pacto
Trump asumió el cargo de presidente de Estados Unidos en 2017 exigiendo una revisión del “terrible” acuerdo del Tlcan, al que culpó de la pérdida de empleos manufactureros en favor de México. Trump dijo querer reducir el déficit comercial de Estados Unidos con México y abolir el sistema de solución de controversias del Tlcan (Capítulo 19).
Las negociaciones para modernizar el texto comenzaron en agosto de 2017.
La guerra comercial
En mayo de 2018, en medio de un estancamiento en la revisión del
Tlcan, Washington decidió aplicar aranceles al acero y el aluminio de México y Canadá. México y Ottawa presentaron una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El 5 de junio, México publicó una lista de productos estadounidenses sobre los cuales impondría aranceles de represalia, incluyendo carne de cerdo, whisky, queso, manzanas y uvas. El 29 de junio, Canadá también anunció gravámenes a Estados Unidos sobre el acero y el aluminio, el ketchup, el jugo de naranja, los veleros y las cortadoras de césped. Washington protestó por las medidas de represalia en la OMC.
El surgimiento del T-MEC
El 27 de agosto de 2018, Trump anunció un borrador de un nuevo acuerdo comercial con México, que aún no abarcaba a Canadá. Las negociaciones con Canadá finalizaron el 1 de octubre.
El 30 de noviembre, los tres países firmaron el Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), que para entrar en vigor debía ser aprobado por los cuerpos legislativos de cada país.
La oposición sindical
El 23 de abril de 2019, el AFL-CIO, el principal sindicato de Estados Unidos, expresó su oposición a la ratificación del T-MEC, sosteniendo que México no cumpliría con los compromisos de reformar la legislación laboral exigidos por el acuerdo para evitar la competencia desleal.
Hacia la ratificación
El 17 de mayo de 2019, Trump levantó los aranceles al acero y al aluminio de Canadá y México, eliminando un obstáculo importante para la ratificación del T-MEC.
A fines de mayo, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro canadiense, JustinTrud ea u, presentaron a sus respectivos parlamento s un texto para ratificar el acuerdo.
El gobierno estadounidense también inició el proceso de ratificación,pero la oposición demócrata, que control ala Cámara de Representantes, exigió enmiendas.
Trump enfureció a sus socios cuando impuso a partir del 10 de junio aranceles a los productos mexicanos en un intento por obligar al país a detener el flujo de inmigrantes indocumentados y drogas a Estados Unidos. Levantó la medida después del anuncio el 7 de junio de un acuerdo sobre inmigración.
La segunda versión
El 19 de junio de 2019, el Congreso de México ratificó el acuerdo. Canadá dijo que lo haría después de Estados Unidos.
En Washington, la Casa Blanca y los demócratas del Congreso iniciaron conversaciones sobre las enmiendas, en particular para una aplicación más estricta de las normas laborales en México.
El 9 de diciembre surgieron reportes de que los negociadores de Estados Unidos y México habían llegado a un acuerdo para hacer cambios en relación a la aplicación de las normas laborales.
Al día siguiente, la AFL-CIO aprobó los cambios y la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo que el nuevo texto había mejorado mucho con respecto a la primera versión, a pesar de que aún persiste cierta oposición y de que poderosos cabilderos empresariales señalan que aún necesitan estudiar los detalles de la versión más reciente del acuerdo.
La versión final debe ahora ser ratificada por las legislaturas de los tres países.