LA NACION

Vacaciones ajustadas. Los turistas salen a la caza de descuentos

En Uruguay y la costa argentina, buscan alternativ­as para gastar menos

- Nathalie Kantt

Se lanzan a la ruta con el baúl lleno de cosas compradas con anticipaci­ón, hacen cálculos para saber cuánto les reintegrar­án del IVA, deciden con lupa dónde conviene pagar en efectivo y dónde con tarjeta, piensan muy bien cuáles son los mejores días para salir a comer afuera. Son vacaciones, sí, pero ajustadas. Tanto en Uruguay como en la costa argentina, los turistas recurren a las ofertas de los bancos y acomodan el ritmo de su descanso a las promocione­s de las distintas tarjetas de crédito y débito.

“Si usamos los descuentos de todos los rubros, podemos ahorrar hasta 17.000 pesos”, cuenta una pareja de bonaerense­s recién llegada a Mar del Plata. Por cada cuenta, ellos suman descuentos en alojamient­o, gastronomí­a y entretenim­iento.

PUNTA DEL ESTE.– El cartel en la histórica juguetería Stickers de la calle Gorlero sintetiza el espíritu de la temporada esteña: “Un argentino: un hermano. 1 ARG=0,50. 1 DÓLAR=40URU”.

Si bien la temporada ya se proyectaba incierta tras el año de vaivenes económicos y la mayor depreciaci­ón del peso argentino respecto al dólar, la decisión del nuevo gobierno argentino de cobrar un impuesto del 30% sobre los gastos en moneda extranjera cayó como un balde de agua fría de este lado del charco.

Los comerciant­es del balneario esteño se ajustan el cinturón e intentan seducir a los turistas argentinos. Las estrategia­s de último minuto son de todo tipo: un cambio más favorable para el turista, descuentos, congelamie­nto de precios respecto al año pasado, ofertas.

Los argentinos que ya están en el balneario, por su parte, cuentan que este año llegaron de Argentina con el auto más lleno de compras que de costumbre, se cuidan a la hora de salir a comer afuera, hacen cálculos para saber si les conviene pagar con tarjeta o en efectivo, se quejan de los precios, y piden descuentos.

“Se nos vino un tsunami encima. Estamos haciendo enormes esfuerzos. Bajamos los márgenes pero igual está complicado porque para los argentinos está inviable, hacen los números y encuentran todo muy caro. Como estrategia, estamos tomando el peso y el dólar a mayor valor. Acá nadie tocó un peso respecto a precios del año pasado. Igual siguen comprando, siempre con tarjeta, pero se quejan, lo piensan y selecciona­n un juguete en vez de tres”, cuenta el fundador de Stickers, Marcelo Milat.

Viene de tapa

“Los que estamos instalados desde hace años achicamos la rentabilid­ad. El objetivo es que este año pase lo más ligero posible y llegar al verano que viene. Hoy somos consciente­s de que, si matamos con los precios, no ganamos nada”, agrega Milat.

Con él concuerda Alfredo Lages, a cargo de Baazar, un emprendimi­ento familiar de hace 30 años ubicado en la principal de La Barra y que vende objetos de cocina de marcas internacio­nales como Oxo, Brabantia y Alessi. “Lo que queremos transmitir­le a los turistas es que Punta del Este a lo largo de los años se ha convertido en un balneario serio en cuanto a lo comercial. No se usa eso de que, porque la temporada es buena, se suben los precios. De hecho, hicimos el esfuerzo de no modificar los precios en pesos uruguayos del año pasado. Y, como el dólar acá pasó de 31 a 37, eso significa un ahorro del 20% para turistas. Además tenemos ofertas puntuales porque hicimos acuerdos con importador­es. Y, cuando la compra supera cierto monto, les hacemos una atención, incluso pagando con tarjeta”, detalla Lages.

Victoria Argonz no sabe si vuelve a fines de febrero. Administra­tiva en un consultori­o, esta rosarina suele venir en diciembre y a fines de febrero con su marido Tomás, comerciant­e, y sus tres hijos. Así disfrutan de un departamen­to familiar y evitan la temporada alta de enero. Pero, tras la nueva medida del impuesto del 30%, ese ritual familiar está en duda.

“La verdad es que está carísimo. Lo que más se siente es nafta, super y comer afuera, aunque en esto último la devolución del IVA te compensa. Vinimos en auto desde Rosario y me traje bastantes cosas que otros años no traía: bebidas, galletitas, productos de limpieza, leche larga vida, pan lactal, cosas de desayuno y merienda. Todo lo que se puede pasar lo metí en el auto. Hacemos vida de playa y este año nos cuidamos más: comemos en el departamen­to y tratamos de gastar menos”, cuenta Victoria. Parada en el stand de Crêpas, en La Barra, acaba de abonar 873 pesos uruguayos (23,5 dólares según el cambio actual) por tres crêpes, una limonada y un jugo, ya descontand­o la devolución de IVA y un 25% de descuento que hace la tarjeta argentina del banco Galicia.

“Ahora zafamos, vinimos justo. Pero en febrero no sé cómo haremos con esto del 30%. No usaremos la tarjeta y nos traeremos más cosas”, reflexiona la rosarina. “No sé si vamos a venir”, agrega Tomás. “Con 1000 pesos en Rosario o Buenos Aires comes bárbaro, con vino. Acá no. Pero como turista no me quejo de Uruguay. Me quejo de que nuestra moneda no vale. Venís con pesos argentinos y no valen nada. Tenés que venir con dólares. Y ahí estas un poco atado”.

Los servicios de gastronomí­a (restaurant­es, bares y catering) en Punta del Este estimulan el consumo con una devolución del 18% de IVA al pagar con tarjetas de crédito extranjera­s, aunque ese beneficio queda desdibujad­o para el turismo argentino tras el nuevo impuesto, salvo en los pocos lugares donde además hay descuentos del 20 o 30% con tarjetas.

Es el caso de la hamburgues­ería Chill Out, sobre la principal de La Barra, donde a la devolución del IVA se agrega un descuento con tarjetas American Express internacio­nales (25% con las black y platinum y 15% con las otras). “Hoy el argentino tiene todas las tarjetas. Te pregunta con cuál hay descuento y paga con esa. Y como el gobierno uruguayo devuelve el IVA y nosotros tenemos esos descuentos, le ganamos apenitas al 30% del impuesto. Sabemos que el argentino es el mejor público del mundo: sale, gasta, es buena onda y deja propina. No tenemos otro cliente similar”, cuenta su propietari­a María Gracia San Martín. Aquí, donde un chivito y un refresco cuestan 600 pesos uruguayos, también toman el peso argentino y el dólar a un valor más favorable de lo que marca la pizarra.

Misma situación en el parador I’marangatú. Para los que puedan pagar con tarjeta, hay descuentos del 25 o 30% con las del banco Santander de Argentina, además de la devolución del 18%. “Y para aquellos que no quieran pagar con tarjeta por el recargo argentino, tomamos el dólar un 15% más alto. Si está a 36,5, lo tomamos a 42 pesos uruguayos, así les resulta más económico”, explica la dueña, Analía Suárez.

A esto también se suma la reciente iniciativa uruguaya de ofrecer tarjetas prepagas para evitar el 30% del “dólar turista”. El turista llega con pesos argentinos, compra una tarjeta con una cotización que se ajusta lo más posible para que sea útil para el extranjero, y luego la usa para pagar, recibir las bonificaci­ones del plan uruguayo de inclusión financiera, y para turismo interno. No aplican a esas tarjetas locales los beneficios para extranjero­s de devolución total del impuesto, y así usan una tarjeta sin que les apliquen en la Argentina el impuesto al dólar.

Sol Stancanell­i y su novio Sebastián Manikis cuentan que pasaron unos días por Punta del Este en diciembre porque miraron los precios y había “demasiada diferencia” con enero. “Alquilamos un departamen­to y no un hotel así teníamos cocina y lo que hicimos fue salir a comer día por medio. Trajimos comida de allá: paquete de fideos, latas de atún, y de choclo, para abaratar lo máximo posible. Algunos locales favorecen con el cambio más que otros. Pero se pudo, no es imposible”, dice Sol.

Según los comerciant­es, la devaluació­n del peso argentino golpea sobre todo al turista que visita Punta del Este en el marco de una excursión en ómnibus, ese que viene el fin de semana y se vuelve con llaveros, alfajores y yerba uruguaya. Los locales de artesanos, en consecuenc­ia, son también los más afectados, mientras que en Manantiale­s y José Ignacio, si bien disminuyó la concreción de alquileres, sí se mantiene el nivel de gasto.

“Además de tomar el dólar a 40 pesos uruguayos o más, está creciendo el uso del Tax Free en algunas tiendas. En Vinos del Mundo lo hacemos e incluye a todas las bebidas. Es un trámite sencillo y te devuelven 14,4%, orientado a los locales que no entran en la categoría devolución de IVA”, cuenta el presidente de la Corporació­n Gastronómi­ca de Punta del Este, Gastón Figún.

Donde hubo pocos esfuerzos y se sienten aumentos considerab­les, tanto para argentinos como para uruguayos, es en los grandes supermerca­dos de Punta del Este. Los costos son muy diferentes a ferias y comercios de Maldonado. Y, si bien se hizo un listado de precios congelados, hubo aumentos en todos los productos antes de publicar esa lista, según fuentes oficiales, lo que deja sin efecto el congelamie­nto.

En las últimas semanas, algunos turistas argentinos estuvieron recargando saldo, en línea y desde Argentina, a las tarjetas de los supermerca­dos uruguayos, como la Gift Card de Tienda Inglesa, para poder luego usarlas durante sus vacaciones. Estos gastos a partir de ahora no quedarían exentos del impuesto del 30% dado que los supermerca­dos uruguayos no operan en Argentina.

A diferencia de ello, el hotel Enjoy por ejemplo está ofreciendo abonar en pesos argentinos y cuotas las reservas de habitacion­es y paquetes de vacaciones a través de sus oficinas en Buenos Aires. Y hacen una promoción del 25% off exclusivo para turistas argentinos.

“Acá en Uruguay hace tiempo que el efectivo no existe porque esta todo bancarizad­o, pero las voces de los restaurant­es es que ya hay clientes argentinos pagando en efectivo. Evidenteme­nte el impuesto argentino va a fomentar el consumo en efectivo. Si esto hubiera caído en invierno, nos organizába­mos de otra forma, pero empezó a hablarse del impuesto 10 días antes de Navidad. Igual hay comercios en outlet permanente y hay acciones de los bancos durante todo el verano”, tranquiliz­a Figún.

Impensable otros años, Buquebus lanzó en estos días ofertas con 30% de descuento para cruzar el charco, señal de que los barcos no van llenos y en una época en donde otras veces costaba el doble.

De este lado del charco

En la costa argentina, por otra parte, el panorama de promocione­s y descuentos también está a la orden del día. En Mar del Plata, la agenda y el presupuest­o de las vacaciones toma forma en función de esos porcentaje­s de ahorro que se logran recurriend­o a las promocione­s bancarias y programas de fidelizaci­ón de clientes. “Se elige qué comer, pero antes de decidir el lugar se revisa en qué restaurant­es tenemos algún descuento”, cuentan Patricia y Luis González, de Mendoza, que llegaron a Mar del Plata para pasar la semana de fiestas de Fin de Año y están decididos a armar su ruta de sabores en función de las mejores ofertas que les proponga su tarjeta de crédito internacio­nal.

El inicio de temporada despierta estos programas de las distintas empresas, que alientan el consumo con importante­s reintegros sobre las compras en rubros vinculados de manera directa con el turismo.

El Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro) ha marcado un liderazgo durante los últimos años con las propuestas para sus clientes que decidan veranear en la costa atlántica. El paquete se llama “Con vos todo el verano” y ofrece descuentos del 30% en espectácul­os y recreación, hoteles y campings, pasajes de ómnibus y gastronomí­a.

“Hicimos la cuenta y si utilizamos los reintegros de todos los rubros podemos llegar a ahorrar hasta 17.000 pesos”, cuentan a una pareja la nacion de docentes bonaerense­s, que acaba de llegar a Mar del Plata. Es que por cada cuenta (tarjeta débito y/o crédito) se pueden sumar descuentos de hasta 4000 en alojamient­o y 1500 por cada uno de los otros tres rubros.

Banco Galicia es otro protagonis­ta fuerte de este mercado de beneficios para clientes que veranean en las principale­s playas del país. Ofrece descuentos de hasta 20% en sombra y gastronomí­a en 15 paradores de Cariló, Pinamar, Mar de las Pampas y Mar del Plata. “No solo se está ofreciendo el descuento sino también la posibilida­d de pagar en cuotas”, explica el concesiona­rio Sergio Goransky, responsabl­e de los balnearios La Reina Club, de Playa Grande, y Balneario Mar del Plata. “Al beneficio se suma la multiplici­dad de servicios que incluye el alquiler de una carpa”, explica sobre gimnasio, piscina, recreación y otras actividade­s incluidas.

Quizás sea la gastronomí­a la que más se abrazó a estas alternativ­as para captar clientela. Así se advierte, por ejemplo, en el complejo gastronómi­co del puerto, donde hay más de una decena de restaurant­es que resaltan los descuentos. “En una familia de cuatro personas, si pagan con determinad­a tarjeta de crédito una come gratis”, explica la encargada de una marisquerí­a para reflejar el impacto del 25% del consumo que reintegra un banco. Hay entidades que devuelven hasta el 35% para sus clientes de su cartera de alta gama.

Franco Gasparrini, al frente del restaurant­e Griller de Cariló, que acaba de sumar su espacio Griller Lounge Bar, destaca la presencia de las tarjetas de crédito. Para los usuarios de Visa Signature, por ejemplo, por cada almuerzo o cena superior a 3000 pesos se llevan una botella de vino de regalo.

Tarjetas de fidelizaci­ón como Club La Nación, entre tantas, tienen también su listado de comercios de distintos rubros en los que ofrecen sus beneficios, ya sea por descuentos directos o bien mediante la variante de canje de puntos acumulados.

Las tarjetas de crédito en particular acercan público también a los teatros. A partir de convenios particular­es se logran descuentos en algunas obras. “Siempre funcionan mejor en aquellos lugares donde el interés que despierta el espectácul­o está acompañado de ese beneficio”, explica Carlos Rottemberg, empresario teatral.

Otra modalidad de beneficio está instalada por propios comercios. El rubro de la cervecería artesanal, en el que Mar del Plata hace punta con decenas de marcas propias, ha hecho del “happy hour” uno de los motores de su creciente negocio. De 18 a 20 o 21, según el caso, se pueden disfrutar dos pintas al precio de una o a valor más accesible: lo que el resto de la noche se paga 150/160 pesos, durante un par de horas llega a la mesa a 100/110 por unidad.

La otra opción que encontró excelente demanda durante las últimas temporadas es el mercado de cupones de descuentos a los que se accede desde distintas páginas web. La oferta es más que amplia en destinos, rubros y servicios. También es grande la variedad de beneficios, que pueden llegar hasta un 80% del valor de lista de un producto.

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Natalia ayala “Un argentino, un hermano”: el cartel de la juguetería Stickers, sobre Gorlero, sintetiza el espíritu de los comerciant­es en la temporada esteña
 ?? MAURO V. RIZZI ?? Descuentos y promocione­s en restaurant­es, una postal que se repite en Mar del Plata
MAURO V. RIZZI Descuentos y promocione­s en restaurant­es, una postal que se repite en Mar del Plata
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NATALIA AYALA En Punta del Este, los locales tratan de favorecer a los turistas

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