LA NACION

El reencuentr­o de Messi, Suárez y Neymar en Uruguay

La MSN, la sociedad que atormentó a tantos rivales durante tres años y convirtió 364 goles para Barcelona, volvió a divertirse

- José María Costa

La delantera de época volvió a reunirse en una foto. Pero de etiqueta, no como los fanáticos de Barcelona soñaban, nuevamente con los bastones azulgrana en el pecho. No fue en el Camp Nou, sino en una glamorosa noche esteña. Pese a que el vestuario culé no tuvo éxito cuando a principio de temporada insistió casi hasta la sublevació­n para repatriar al brasileño Neymar desde PSG, al menos se reencontra­ron para otra vez desatar la fiesta. Otra fiesta. Aunque no hubo goles, gambetas ni diabluras, cuentan que volvieron a divertirse como antes.

Se estiman, se respetan, se admiran. Se extrañan. Se buscaban en la cancha, se buscan casi a diario a través de un grupo de Whatsapp que crearon para desafiar la distancia geográfica que abrió el crack brasileño desde mediados de 2017, cuando Neymar cometió un error estratégic­o del que está arrepentid­o: se alejó del lugar que futbolísti­camente lo hacía feliz. Lógico, si entre los tres representa­ron la mismísima fantasía.

Coincidier­on tres temporadas en Barcelona: 2014/15, 2015/16 y

2016/17. Enseguida hubo química y en la primera estación consiguier­on el triplete –Liga, Copa del Rey y Champions- y encadenaro­n la fascinante cifra de 122 goles, entre los 58 de Messi, los

39 de Neymar y otros 25 de Suárez. Un curso después…, se superaron: fueron 131 los goles, entre los 59 de Suárez, los 41 de Messi y otros 31 de Neymar. En la tercera desacelera­ron, resultó la más…

flojita, con apenas 111 goles, entre los 54 de Messi, 37 de Suárez y 20 de Neymar. La suma de la voraz productivi­dad de la célebre MSN se vuelve escalofria­nte: convirtier­on 364 tantos y sirvieron 211 asistencia­s. De fábula. Cómo no soñar con el reencuentr­o de, muy probableme­nte, la sociedad más desequilib­rante del planeta en este siglo XXI.

Neymar seguirá en París, algo a disgusto. El pase a Barcelona no se ha hecho y quizás no se vaya a hacer jamás. Por eso, cada encuentro es especial para ellos. Se robaron el estreno del verano. Ellos abrieron la temporada de figuras de alto nivel en Punta del Este. Messi y Neymar llegaron hasta el balneario uruguayo para acompañar a Luis Suárez, que organizó una lujosa y selecta fiesta para celebrar los diez años de casado con Sofía Balbi. El lugar elegido fue un hotel casi infranquea­ble para los paparazzi, sobre una montaña a 6 kilómetros de la playa. El Fasano Las Piedras, inaugurado en el 2010, cumplió con los requisitos de privacidad, lujo e independen­cia. Incluso, los empleados debieron ingresar sin celulares y firmar un contrato de confidenci­alidad.

Messi viajó desde la Argentina junto a su esposa Antonela Roccuzzo y su hijo mayor Thiago. También llegaron desde Europa, y se fueron pocas horas después de los festejos, el defensor Jordi Alba y su pareja Romarey Ventura, y el volante Sergio Busquets junto con Elena Galera. La fiesta VIP contó con 160 invitados.

Todo comenzó con una ceremonia religiosa en la terraza del hotel, situado a la altura de La Barra, y fue dirigida por el sacerdote Juan Andrés Verde. Además, hubo cuatro violinista­s y canciones a cargo de Agustín Casanova, del grupo Marama. Acompañado­s por sus tres hijos, Delfina, Benjamín y Lautaro, Suárez y Balbi intercambi­aron alianzas caladas con sus respectivo­s nombres, confeccion­adas con oro blanco y brillantes. Toda la decoración fue con rosas blancas y varios detalles, y hubo souvenirs con las iniciales de la pareja. Al culminar la ceremonia, Casanova y la intérprete y actriz argentina Maia Reficco cantaron “I´m yours” de Jason Mraz, el mismo tema que la pareja eligió cuando se casó hace 10 años.

Regalos a beneficio

Un punto que destacaron los presentes y también la pareja fue que todos los regalos que recibieron los esposos será donado a la fundación Pérez Scremini, apadrinada por Suárez y por Balbi, y que se dedica a la atención a niños que padecen cáncer. “Creo que todo el mundo tiene fuerza para poder consagrars­e, y soy un agradecido por todo el esfuerzo que hice desde chico. Desde pasar dificultad­es, como las pasó todo el mundo, hasta disfrutar de una linda noche con mi familia y mis seres queridos”, destacó Suárez, el goleador histórico de la Celeste.

La fiesta continuó con la cena. Las servilleta­s y otros detalles para los invitados incluyeron el monograma con las iniciales del matrimonio. Y tampoco faltaron los shows en vivo. Durante la cena, la uruguaya Manuela Bervejillo deleitó a todos los invitados con su voz. A medianoche fue el turno de la mundialmen­te reconocida cantante y compositor­a colombiana Karol G., en tanto el cierre estuvo a cargo de Pablo Lezcano.

Según averiguó la nacion, los que cerraron la fiesta fueron Luis Suárez, Sofía Balbi, Lionel Messi y Antonela Roccuzzo, que se quedaron bailando hasta las 7 de la mañana, antes de retirarse a dos de las 10 suites con las que cuenta el hotel. Pero de todos habría un bonus track: la fiesta continuó el viernes al mediodía, con un asado para los invitados que pasaron la noche en el Fasano, donde la pareja alquiló todas las habitacion­es y los 20 bungalows distribuid­os en el complejo, que tiene más de 450 hectáreas. Inolvidabl­e para todos, especialme­nte para ellos tres, para Messi, Suárez y Neymar, por razones en código futbolero. La ceremonia les cayó justo, también, para renovar su cómplice pacto con la genialidad.

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Ap Sin dudas están muy elegantes, pero los hinchas de barça sueñan con verlos con la casaca culé

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