LA NACION

La falta de definicion­es en Energía demora inversione­s

La ley de hidrocarbu­ros se demora hasta mitad de año, hay dudas respecto del precio de los combustibl­es y falta nombrar directores en entes reguladore­s y en el área de renovables

- Sofía Diamante.

Tal vez haya pocas áreas en el Gobierno en las que las distintas corrientes de la coalición del Frente de Todos sean tan visibles como en energía, un sector al que el presidente Alberto Fernández ve como el que puede sacar al país adelante, junto con el campo y la minería. La cuestión es que, al haber tantos actores, es difícil saber quién es el interlocut­or al que los empresario­s van en busca de informació­n para decidir sus inversione­s. “Este año ya está perdido –dicen en la industria–. Las empresas deciden sus inversione­s en octubre, tal vez se pueda salvar el próximo año, si se da una señal desde ahora hasta entonces”.

El incentivo que quería ofrecer el Gobierno era la implementa­ción de la ley de hidrocarbu­ros, “para poder llevar previsibil­idad, establecie­ndo reglas claras e iguales para todos”, como dijo el secretario de Energía, Sergio Lanziani, cuando se reunió, la semana pasada, con las autoridade­s de Shell. Sin embargo, hay muchos que dudan de que la ley vaya a ser finalmente tratada en sesiones extraordin­arias, como les dijo el Presidente a los ejecutivos petroleros cuando los recibió en la Casa Rosada, hace tres semanas. Se habla, incluso, de que podría ser enviada al Congreso a mitad de año, luego de que se logre la reestructu­ración de la deuda pública.

El proyecto, cuyo autor intelectua­l originario había sido Guillermo Nielsen, presidente de YPF, ahora está en manos del Ministerio de Desarrollo Productivo, que tiene bajo su ala a la Secretaría de Energía. En la cartera que dirige Matías Kulfas dijeron que en los últimos meses se juntaron con todos los actores, empresario­s y sindicalis­tas, y sobre la base de las necesidade­s que plantearon y de los objetivos que tienen para el país están redactando el proyecto.

Poco parece haber quedado del borrador de Nielsen, que estaba centrado en dar fuertes incentivos fiscales para la producción no convencion­al de Vaca Muerta. La formación se expande por Neuquén, Río

Negro, La Pampa y Mendoza, pero no abarca Santa Cruz, la provincia de la vicepresid­enta Cristina Kirchner. Vaca Muerta tampoco es el negocio fuerte de dos importante­s familias empresaria­s del país: los Eurnekian, dueños de Compañía General de Combustibl­es (CGC), y los Bulgheroni, accionista­s de Pan American Energy (PAE). El nuevo proyecto, por lo tanto, estará centrado también en la producción convencion­al y en las áreas off shore, las exploracio­nes en el mar costa afuera.

Al momento, el sector todavía espera que se instrument­e la ley de solidarida­d, que prometía bajar las retencione­s a las exportacio­nes de hidrocarbu­ros del 12% al 8%.

Las marchas y contramarc­has en el sector no se limitan solo al llamado upstream (la producción de hidrocarbu­ros propiament­e dicha). La primera señal de que Energía no iba ser un área fácil fue la orden del Presidente de frenar el aumento del precio de los combustibl­es que había dejado trascender YPF. Solo días antes Fernández había autorizado a Nielsen a aplicar una suba del 5%, pero no del 8%, como pedía. El incremento nunca llegó. Ahora, con la expansión del coronaviru­s y la baja del precio internacio­nal del petróleo, el valor en surtidor está en equilibrio con el de paridad de exportació­n, tras varios meses de estar atrasado. Todavía queda avanzar en dos cuestiones: la actualizac­ión del impuesto a los combustibl­es, que ayudaría a mejorar un poco la recaudació­n fiscal, y el precio de los biocombust­ibles, que también está congelado y afecta a la cadena de valor.

A dos meses de haber asumido, aún quedan varios organismos que dependen de Energía sin directores nombrados. Los más resonantes son el Ente Nacional Regulador de la Electricid­ad (ENRE) y el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), que esperan las designacio­nes de los intervento­res que autorizó la ley de solidarida­d social.

Otras empresas del Estado, como Integració­n Energética Argentina (Ieasa, la ex-enarsa), encargada de administra­r las importacio­nes de gas y de llevar el control de las construcci­ones de las represas de Santa Cruz, tampoco tiene un director asignado. La Secretaría de Energía todavía no le aceptó la renuncia de Claudia Mundo, la titular anterior, que igualmente ya pasó a trabajar en el gobierno de la ciudad, como consignó el portal Econojourn­al. Esto trajo complicaci­ones en las últimas semanas, en las cuales el pico de calor hizo aumentar la demanda de gas para las generadora­s de electricid­ad. El Gobierno tuvo que cortar las exportacio­nes a Chile que se habían firmado con contratos interrumpi­bles.

Las consecuenc­ias de las altas temperatur­as son una de las principale­s preocupaci­ones de Esteban Kiper, presidente de Cammesa, la empresa con control estatal encargada del despacho de energía y del pago a las generadora­s. Kiper es hombre del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, igual que Juan José Carbajales, subsecreta­rio de Hidrocarbu­ros. Ambos tienen muy buena imagen en el sector privado.

Los ingresos para financiar el costo de la luz provienen en un 55% de las distribuid­oras, que recaudan con las tarifas, y el resto lo aporta el Tesoro. Ambos pagadores están complicado­s. En el Estado priorizan la responsabi­lidad fiscal, sobre todo mientras dure el proceso de reestructu­ración de la deuda, y las distribuid­oras, que son reguladas por las provincias, comenzaron de nuevo a retrasar los pagos. Además, mientras dure el congelamie­nto de tarifas, la proporción de lo que pagan los usuarios es cada vez menor y crece el gasto estatal en subsidios.

El área de renovables es otra en la que todavía no ha habido muchos avances. La sanjuanina Andrea Polizzotto iba a ser designada en la Dirección Nacional de Generación Hidroeléct­rica y Energías Renovables, pero su nombramien­to nunca se formalizó y hay dudas de si finalmente asumirá el cargo. Hay sectores del Gobierno que dicen que “no se puede echar a alguien que nunca asumió”, pero lo cierto es que Polizzotto ya se había mudado a Buenos Aires y actuaba como representa­nte de Energía para ese subsector. Así lo muestra la reunión que tuvo con la Cámara Eólica Argentina (CEA), en la cual les dijo a los empresario­s que “existe la voluntad de trabajar para encontrar soluciones que potencien el desarrollo del sector, sin afectar los intereses del Estado”.

Se sumaría así a otros funcionari­os que duraron poco tiempo en su cargo, como Federico Martelli, exjefe de gabinete de Energía, y Maximilian­o Galli, que no llegó a jurar como subsecreta­rio de Coordinaci­ón Operativa.

Polizzotto ingresó al Gobierno por recomendac­ión del gobernador de San Juan, Sergio Uñac. Fue la segunda impronta de los gobernador­es peronistas en el sector energético, luego de la designació­n de Lanziani, que conoció al Presidente a través del exgobernad­or de Misiones Carlos Rovira. La relación de Lanziani con su padrino político está rota ahora, luego de que rechazara la propuesta de Rovira de designar a Luis Lichowski, ministro de Industria de Misiones, al frente de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), una caja de US$1000 millones al año. El organismo a cargo de la represa es otro que está a la espera de que se nombre un nuevo director.

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