En lo agreste
Las crines, casi un jopo que quiere ser parte de la maleza. Son aires del Mar del Norte los que respira el pequeño caballo konik. Clima ríspido y bello, parte de una Holanda que aquí, en este diminuto rincón de la isla Texel, podría pensarse despojada y agreste. La ceniza del cielo que se adivina al fondo –el frío blanquecino del invierno– parece hermanarse con el robusto y quizás ensimismado caballito, con el verdor más bien tímido, más bien áspero, que lo rodea. Librado de las tareas rurales que solían tocarles a los de su especie, este konik vaga tranquilo por la reserva natural De Slufter. No sabemos qué se escuchará más fuerte, si el rumor de la playa o el silbido del viento. Tampoco si este, el de la foto, integra la lista de ejemplares que pronto serán sacrificados. Hubo un traslado de animales de otra reserva, y el dictamen fue claro: no hay espacio ni alimento para todos.