San lorenzo se recostó en el desparpajo de palacios y las manos del histórico Torrico
Un sueño del que Julián Palacios no quiere despertar. El juvenil mediocampista vivió una tarde memorable en el Nuevo Gasómetro: se estrenó como titular en San Lorenzo con un gol y varias jugadas de calidad en el triunfo por 1-0 sobre Vélez. La historia tiene una curiosidad: el goleador es el hermano de Matías, una de las joyas de la cantera de Boedo.
En su tercer partido en la primera del Ciclón, el primero desde el inicio, Julián Palacios (4 de febrero de 1999) marcó su primer gol. De 21 años, siempre peleó desde abajo, a la sombra de su hermano Matías –17 años–, que es uno de los mimados de San Lorenzo y las selecciones juveniles argentinas. Uno de los valores a tener en cuenta y con una cláusula de rescisión que asciende a 20 millones de dólares.
Ayer, Julián corrió más de 50 metros por la derecha y aprovechó que Vélez quedó mal posicionado en el retroceso. Tras un centro de Ángel Romero definió con calidad por encima del arquero Hoyos. Rápidamente, el pampeano salió disparado a abrazar a Monarriz, que le dio su voto de confianza. Un punto a favor del DT: sacó del equipo a Diego Rodríguez y apostó por la dinámica de Palacios. “Es un sueño, hice un gol en mi casa”, lo sintetizó.
¿Quién es este chico que le dio a San Lorenzo la primera victoria del año? Palacios surgió en la Asociación Club Rumbo a Vélez de General Pico, su lugar de origen. Luego se sumó a la CAI de Comodoro Rivadavia, donde llegó a jugar en primera división. Al tiempo, en uno de los viajes para jugar en Buenos Aires, fue observado por San Lorenzo, que lo incorporó en 2015. En Boedo ya se consagró campeón en la sexta división y en reserva.
La familia Palacios está ligada al fútbol en su totalidad. En sus pagos, mamá Patricia despunta el vicio con la pelota. Eduardo, el padre, llegó hasta la reserva de Estudiantes de La Plata. Y Leonardo, el hermano mayor, también jugó al fútbol en ligas regionales. Cuestión genética, le llaman. Además, Julián tuvo un paso por los seleccionados juveniles. Fue sparring de la Argentina en las eliminatorias para Rusia 2018 y se sacó una foto con Messi. “Hasta se acercó a hablar y saludarse”, confesó.
Batallador y atrevido, debutó ante Atlético Tucumán, por la 14ta fecha de la Superliga. “Mi sueño es jugar con mi hermano Matías. Ya estuvimos concentrados y en reserva pudimos compartir la cancha, pero en la primera todavía no”, remarca Julián, que se ganó la aprobación de la gente.
Los aplausos lo acompañaron cuando lo reemplazó Ramon Arias, promediando el segundo tiempo; ahí volvió a abrazarse con Monarriz. Ya había escrito una historia cautivante, la del pibe humilde, que llega a Buenos Aires en busca de sus sueños, que debuta como titular y convierte el gol del triunfo de su equipo.
Pero detrás de Julián Palacios hubo otra estrella: el hombre que resiste frente a Vélez. Porque jugar con el Fortín le sienta bien a Torrico. Así como en 2013 le dio a San Lorenzo el título tras una atajada inolvidable ante Allione, ayer el arquero volvió a convertirse en la figura. Hostigado su equipo tras la expulsión de Coloccini, el equipo se refugió y cuidó su arco. El Ciclón aguantó, se puso el overol, se apoyó en el Cóndor y logró su cometido: ganar por primera vez en 2020. Y lo hizo con justicia.