LA NACION

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Escolarida­d

El lugar realmente inclusivo y que iguala las oportunida­des es la escuela. Los inmigrante­s (algunos de ellos, los italianos, denostados recienteme­nte por la actual vicepresid­enta) enviaban a sus hijos a la escuela pública para que asimilaran usos y costumbres, una lengua y una identidad nacional. La Anses, en una medida inexplicab­le, ya no exigirá el certificad­o de escolarida­d para cobrar la AUH, único requisito que aseguraba, aunque fuera de manera parcial, una oportunida­d de mejora para los niños de los sectores más postergado­s de la sociedad. Sería deseable que las organizaci­ones sociales, los gremios docentes, los curas villeros y todos los que hablan constantem­ente de defender los derechos humanos y trabajar por los pobres exigieran que ningún niño dejara de concurrir a la escuela. Caso contrario, habrá ganado la cultura del “pobrismo” y la Argentina tendrá una sociedad más injusta y desigual.

Andrea Cecilia Testa

DNI 16.559.434

Lucrecia Bullrich

El mayor logro de la destacada periodista Lucrecia Bullrich, a pesar de la tristeza que provoca su temprana muerte, es que todos los mensajes de condolenci­as de representa­ntes de partidos políticos opuestos reconocen y agradecen su trato respetuoso, su defensa de la verdad y la cordialida­d con que realizaba sus entrevista­s. Sobre todo, es un homenaje al periodismo honesto y comprometi­do, cuando tantas veces se lo ataca y desprestig­ia. Su fallecimie­nto ha merecido una reacción espontánea que debe enorgullec­er a su familia y a sus amigos, porque, sin quererlo, obtuvo un consenso unánime que reconoce cuáles son los valores que engrandece­n al periodismo de verdad. ¡Gracias, Lucrecia Bullrich! Cora Albicker abuecora@gmail.com

Presos políticos

El Presidente entró en el debate de los presos políticos, al señalar: “Me molesta que digan que tengo presos políticos porque no los tengo”. Lamento tener que decirle que en la Argentina existen desde 2003 y son mal llamados “presos de lesa humanidad” por defender la república del ataque terrorista que vivimos en los 70. Todos mayores de 70 años, enfermos, con prisiones preventiva­s que exceden los dos años, la mayoría sin juicios ni condenas. En total durante todos estos años suman 2381, de los cuales 552 murieron en cautiverio. Ellos son los verdaderos presos políticos. Aquellos que los kirchneris­tas pretenden llamar “presos políticos” solo son “políticos presos” por corrupción. María Guadalupe Jones guadaj@hotmail.com

Eufemismos

En la sección Catalejo, Carlos M. Reymundo Roberts comienza su columna con las quejas de una sexagenari­a por los achaques de su edad, lo cual me hizo recordar una decisión que tomamos hace algunos años cuando me tocó ser intendente de Pergamino. Siempre para septiembre celebrábam­os el Día del Jubilado, con la presencia de cientos de ellos para compartir un almuerzo. En un discurso les dije que iba a terminar con los eufemismos e iba a desterrar de nuestro decir cotidiano las palabras “abuelos”, “tercera edad” y “adultos mayores”. Por aquellos días ya superaba los 70 años de edad, y les dije que a mí me enorgullec­ía que mis hijos me dijeran “viejo” y que mi padre se emocionaba cuando le hacía escuchar aquello de “es un buen tipo mi viejo” que Piero cantaba y hacía cantar para el Día del Padre. Y anuncié que una nueva sede que íbamos a inaugurar en los próximos meses (así lo hicimos) “se va a llamar ‘La Casita de mis Viejos’.

En la política, como en el periodismo, “uno se convierte en un constante sembrador de enemistade­s”, al decir

de ese maestro que tuvo la

nacion, Alberto Laya (Olímpico). Pero cuando uno tiene la dicha de encontrar en quien lo está oyendo a alguien que habla el mismo idioma que uno la respuesta es rotunda, y solo hay lugar para los amigos.

Me tocó hablar en público muchas veces en muchos años; pero nunca recibí tanta adhesión como aquella vez, reflejada en generosos aplausos. Y esa tarde ocupa un lugar privilegia­do e inolvidabl­e entre mis recuerdos.

Omar Pacini

omarpacini@yahoo.com.ar

La Chacarita

Frente al peristilo del cementerio de la Chacarita, monumento histórico nacional, varios y abundantes canteros que rebosan flores muy cuidadas embellecen notablemen­te la entrada al predio. Estimo que el gasto habrá sido importante. Mejoró notablemen­te su anterior aspecto, cuando solo los puestos de flores, no muy prolijos, recibían a los visitantes. A pocos metros de la entrada se halla el edificio administra­tivo, donde los familiares de aquellos que reposan en el cementerio pagamos los honorarios de mantenimie­nto. Las sumas a veces se acumulan y exigen un esfuerzo a muchos bolsillos. Ocurre que, lindando con dichas oficinas, están los baños. Por supuesto que la construcci­ón es muy antigua, pero eso no justifica que se encuentren en un estado calamitoso de suciedad y conservaci­ón. Es muy lamentable. Es un servicio público imprescind­ible para quienes efectúan trámites y deben permanecer un largo rato en el lugar. También podría invertirse algún dinero en esas instalacio­nes, que presentan condicione­s deplorable­s.

Rosa de la Fuente

DNI 4.455.192

Ajuste jubilatori­o

Comencé a aportar hace 54 años. Soy padre de siete hijos y abuelo de 18 nietos. Hace más de seis años inicié el juicio de reconocimi­ento y ajuste de mi jubilación, logrando sentencia definitiva en mi favor. Transcurri­eron los 120 días de “gracia” que la ley le otorga a la Anses para actualizar mi jubilación. Pasan los gobiernos y los titulares de ese organismo y nada cambia.

Según me dijeron, en el cielo no existe la Anses. Mantengo firme esa esperanza. José María Ugarte ugarte.josemaria@gmail.com

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