LA NACION

Lava Jato: aportan nuevas evidencias sobre las coimas en el soterramie­nto del Sarmiento

La fiscalía acumuló datos de Argentina, España, Andorra y Uruguay sobre la ruta del dinero que recibió el entorno de De Vido

- Hugo Alconada Mon

fiscal federal Franco Picardi dio ayer otro paso para probar cómo fue el circuito financiero internacio­nal que un consorcio de empresas utilizó para pagarle coimas millonaria­s al entorno del entonces ministro de Planificac­ión Federal, Julio de Vido, por el contrato para soterrar el tren Sarmiento.

Picardi determinó que la constructo­ra brasileña Odebrecht, la argentina Iecsa –controlada por Angelo Calcaterra–, la italiana Ghella y la española Comsa urdieron contratos falsos para extraer casi US$4,5 millones de las cuentas del proyecto y triangular ese dinero a través del Principado de Andorra, el Reino de España y varias sociedades offshore, hasta recalar en Uruguay.

El dictamen quedó ahora en manos del juez federal Marcelo Martínez Di Giorgi y suma así nuevas evidencias y datos contra el exministro De Vido, su entonces mano derecha, Roberto Baratta, y el exsecretar­io de Transporte Ricardo Jaime, como así también contra la plana mayor de la unión transitori­a de empresas (UTE) que se quedó, coimas mediante, con el contrato por US$1500 millones que nunca se completó.

A lo largo de 78 carillas, Picardi consideró que el eslabón clave para la operatoria ilícita resultó la firma española Detección de Riesgos Técnicos, Control de Calidad y Supervisió­n de Edificació­n SA, más conocida por sus siglas DSC, que recibió giros por US$4.495.250 en cuentas del Banco Privado de Andorra (BPA), al que Odebrecht recurrió para triangular sobornos a funcionari­os de toda América Latina.

“Los antecedent­es de la ‘Operación Sarmiento’ que surgen de la informació­n remitida por el Principado de Andorra”, explicó Picardi en su dictamen, aportan “elementos que vinculan a la UTE de manera cierta e indubitabl­e con operaciobr­e nes de triangulac­ión de dinero espurio a través de cuentas de la BPA, originados con motivo de la licitación pública en trato”.

Por momentos resultó tan grotesca la operatoria ilícita, remarcó Picardi, que la UTE también invocó que había contratado a una firma local llamada Ingroup, que tras meses de búsqueda en la ciudad de Buenos Aires y Córdoba ni siquiera pudo determinar­se cuál es su domicilio para allanarla. Resultó, en la práctica, inhallable. Pero facturó y cobró millones, cuyo destino final son un misterio.

Apoyado en su propia investigac­ión y material aportado por un equipo técnico de la Procuració­n, por la Dirección General Impositiva (DGI) y autoridade­s de España y Andorra, Picardi dejó muy claro, sin embargo, que su dictamen apenas se concentra en “el segundo tramo de maniobras delictivas” vinculado al pago de coimas por el proyecto para soterrar el Sarmiento. Entre otros motivos, porque falta recibir material probatorio que se encuentra en Brasil, a disposició­n de la Argentina desde junio de 2017, pero que aún no logró destrabars­e por obstáculos en la cooperació­n internacio­nal.

Ese material brasileño, que incluye las “delaciones premiadas” de varios exejecutiv­os de Odebrecht, como su entonces vicepresid­ente para América Latina, Luiz Antonio Mameri, aportaría nuevos datos soEl los receptores y montos de los sobornos que cobraron funcionari­os argentinos por el proyecto para soterrar el Sarmiento, pero también por la extensión de las redes troncales de gasoductos y la construcci­ón de una planta potabiliza­dora de agua para AySA en Paraná de las Palmas, según reveló la nacion durante los últimos años.

Las evidencias brasileñas apuntan, en particular, hacia el entonces número dos de De Vido en el Ministerio, Roberto Baratta, como así también al entonces presidente de la Cámara Argentina de la Construcci­ón, Carlos Enrique Wagner, como el articulado­r de la cartelizac­ión de la obra pública.

Anularon procesamie­ntos

El juez Martínez Di Giorgi deberá ahora evaluar los pasos a seguir en la investigac­ión, que sufrió un duró revés en agosto pasado cuando la Cámara Federal anuló los procesamie­ntos, sobreseimi­entos y faltas de mérito que había dictado el magistrado en abril, al concluir que la pesquisa requería un análisis más profundo.

Di Giorgi había procesado por presuntas dádivas al lugartenie­nte de Calcaterra en Iecsa, Héctor Sánchez Caballero, y al número uno de Comsa, Héctor Castro Sirerol, como así también avanzó contra los entonces funcionari­os del Ministerio Planificac­ión Federal por supuestas negociacio­nes incompatib­les con la función pública. Pero había dictado la falta de mérito de Calcaterra y del lobista Jorge “Corcho” Rodríguez. También había sobreseído a los familiares del testaferro de Jaime, Manuel Vázquez.

Ahora, mientras el fiscal Picardi busca destrabar las confesione­s de los “delatores premiados” y otras evidencias que se encuentran en Brasil –y que apuntan de manera directa contra De Vido, el “Corcho” Rodríguez, Sánchez Caballero, entre otros, según reveló la nacion–, el juez Martínez Di Giorgi deberá determinar los pasos a seguir en la pesquisa local.

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Franco Picardi fiscal federal

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