LA NACION

Independie­nte logró un pequeño alivio, pero el clima es inestable y hasta insultaron a los moyano

- Rodolfo Chisleansc­hi

Un 1 a 0 apretado, sufrido, incluso injusto si se miden los méritos y las virtudes de cada uno, le permitió a Independie­nte ponerle paños fríos a la crisis abierta tras lo ocurrido hace unos días en el clásico con Racing, por la Superliga. La victoria ante Fortaleza, de Brasil, deja la serie totalmente abierta, pero al menos traerá una dosis de paz en medio de la tempestad.

En estos tiempos turbulento­s, los partidos del Rojo guardan espacio para todos los estados de ánimo. Como las líneas quebradas de un electroenc­efalograma, los sentimient­os del hincha generan picos y caídas abruptas de acuerdo al resultado de la última jugada, del pase más reciente. Los fieles arrancaron la noche enseñando su voluntad de reconcilia­ción. Colmaron en buen número el estadio Libertador­es de América, recibieron al equipo con el aliento habitual y se ahorraron los reproches durante un buen rato. Sólo desentonar­on algunos silbidos sueltos en el momento del saludo histórico, pero sin llegar a tapar unos cantos que parecían más dedicados a sí mismos que a Racing. Una especie de reafirmaci­ón, de demostraci­ón de que la camiseta está por encima de todo y que el trompazo del domingo no les había hecho mella.

Su problema, el de la gente y el que domina la actualidad del devaluado Rey de Copas, es que el equipo hace lo imposible por trastocar los planes de apoyo y acompañami­ento. Independie­nte intenta mucho pero juega muy poco, se equivocan demasiado seguido sus futbolista­s y cuando los nervios están al límite, el cúmulo de errores suelen convertirs­e muy pronto en impacienci­a.

Por eso no extrañó que el 0 a 0 parcial provocara una catarata de quejas desde los cuatro laterales del estadio. Si había dudas sobre a quién le apuntaba el público como responsabl­e principal de este momento oscuro, los gritos hicieron un diagnóstic­o preciso: “El Rojo va a salir campeón el día que se vayan todos los… de la comisión”, con insulto incluido para los Moyano en el medio.

Ese primer parcial había dejado demasiados signos de preocupaci­ón para el equipo de Lucas Pusineri. A la escasa creativida­d expuesta en jornadas anteriores se le sumaban errores infantiles en la transición y una fragilidad defensiva que el buen conjunto de Fortaleza dejaba expuesta en cada contraataq­ue. La velocidad de Osvaldo –imparable toda la noche– y de David o Romarinho por afuera superaba casi sin oposición a los laterales y Campaña sumaba un susto tras otro. Lo tuvieron Osvaldo a los 6 minutos y David a los 25’, insinuó peligro el Tricolor brasileño en cuanto lograba dar tres pases seguidos con fluidez.

no le alcanzó al Rojo el ímpetu inicial de Benítez, ni la inteligenc­ia de Silvio Romero ni la muy buena presentaci­ón de Alan Soñora, un volante que cumple con los preceptos básicos del puesto. El chico de 22 años, zurdo, de buen manejo y segurament­e de buena pegada, porque se adueño de los dos tiros libres que dispuso el equipo en las cercanías del área rival, entiende el juego. Sabe salir de la marca, abre líneas de pases, encuentra espacios vacíos, juega a un toque y por lo general encuentra a alguien de la misma camiseta como destinatar­io. no es poco.

La última acción de esa etapa inicial fue un encontrona­zo en el área antes de un córner que terminó con la expulsión de Sánchez Miño y Juan Quintero. Diez contra diez, Independie­nte encontró algún hueco más en el comienzo del segundo tiempo, y producto de esa circunstan­cia llegó el 1-0. Un gran cambio de frente de Silvio Romero a Bustos y un centro bajo que remató Leandro Fernández puso en la chapa un resultado que no ofrecía el juego, y provocó otra alteración brusca del ánimo de la tribuna.

Sin embargo, la ventaja no trajo calma. Pusineri retrasó a Soñora al lateral y el equipo perdió las pocas dosis de fútbol que había ofrecido. Fortaleza siguió desperdici­ando ocasiones hasta debajo del arco –Osvaldo y Romarinho fallaron dos insólitas–; y el Rojo también pifió en las suyas.

El final con victoria corta no le cayó mal a ninguno de los dos. Los brasileños se llevaron una derrota apretada y nada imposible de remontar. Independie­nte le puso un bálsamo a su tumultuosa realidad. La gente se fue repartiend­o aplausos y silbidos, insultos y aliento. El electroenc­efalograma sigue intacto.

 ?? DANIEL JAYO ?? Fernández (9), recibe el saludo de compañeros y hasta los alcanzapel­otas, tras su gol; el clima fue cambiante en avellaneda
DANIEL JAYO Fernández (9), recibe el saludo de compañeros y hasta los alcanzapel­otas, tras su gol; el clima fue cambiante en avellaneda

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