Carlos Núñez. El más clásico de los músicos populares celtas llega al Colón
Anticipó a su concierto sinfónico de pasado mañana, que incluirá desde obras de Beethoven LA NACION hasta el Concierto de Aranjuez y música de películas; también promete “llenar el teatro de gaitas”
Carlos Núñez sorprende al cronista con una imagen que guarda en la galería de fotos de su teléfono celular. Es la reproducción del afiche de un concierto muy poco conocido que se realizó en 1964 en el Luna Park. “La gente en Europa no sabe que el primer festival intercéltico que se hizo en el mundo no ocurrió ni en Francia ni en España. Se hizo en Buenos Aires, porque aquí estaban todos. Los irlandeses, los bretones, los escoceses, los gallegos, los asturianos. Para verlos, yo tuve que viajar a cada una de sus tierras, a esos lugares. Ustedes, en cambio, los pueden encontrar a todos por aquí”.
El gran gaitero nacido en Vigo, un ciudadano musical del mundo y también un habitué de esta ciudad, recurre a esa ilustración para adelantar frente a la nacion lo que será su llegada al Teatro Colón. Pasado mañana, a las 18, sumándose a la programación del Festival Únicos 2020, Núñez presentará
Sinfónico, un concierto cuyo formato también se conoció en distintos escenarios europeos. “Será un símbolo de ese espíritu de hermandad e interceltismo que se creó aquí, en la Argentina, desde muy temprano. Desde estas tierras viajó a muchos otros sitios”, dice Núñez. Más que una charla, cada encuentro con Núñez en este tiempo es una especie de representación oral de alguno de los capítulos de La hermandad
de los celtas, el voluminoso libro al que Núñez dedicó varios años de investigaciones. Con las características de una tesis doctoral, el músico sale en busca de la identidad celta en el mundo y recorre todos los puntos posibles (y hasta imposibles desde la teoría) de conexión entre ese acervo y otras músicas del mundo.
Uno de los descubrimientos más extraordinarios de esa paciente investigación se escuchará en el comienzo del concierto de pasado mañana, lo que Núñez llama “Keltic Beethoven”, en el año de la celebración de los 250 años de su nacimiento. “¿Sabías que durante sus últimos 15 años de vida Beethoven llevó un ritmo de composición de una pieza de música celta por mes? ¡Un total de 200 opus! ¿Por qué lo hizo cuando estaba haciendo sus mejores sinfonías? Lo contactaron desde Londres y se puso a analizar todos esos modos maravillosos que aparecen fuera de la música clásica. Mezcló la sabiduría y la armonía de la música clásica con los ritmos propios de la tradición oral. Y con eso se adelantó cien años al nacimiento del rock and roll, del jazz, del pop y del blues”, describe.
Esas piezas beethovenianas abrirán el concierto en clave camarística, con las flautas de Núñez acompañadas por el piano de Isabel Pérez Dobarro: “Es una pianista excepcional, supervirtuosa, que nació en Santiago de Compostela pero vive en Nueva York. Y con el piano y con la orquesta iremos viajando por esas piezas con distintas escalas que inducen distintos estados de ánimo. Cosas de druidas, más épicas o más trágicas”.
Núñez anticipa que también va a tocar obras de Pablo de Sarasate. “Un adelantado a su tiempo que mucho antes de lo que hoy llamamos world music ya hacía músicas del mundo. Jotas navarras, muñeiras gallegas, caprichos gitanos, zortzikos vascos. Todo desde la música clásica y a fines del siglo XIX”, destaca.
También tiene previsto rendir un homenaje a Carlos Vega, el padre de la musicología argentina. Y a la vez convocará a varios violinistas argentinos, entre ellos Marcos Lombardi. “Tiene 18 años y nos sorprendió a todos en mi última visita. Toca músicas escocesas e irlandesas mejor que muchos europeos”, adelanta.
“Después vamos a abrir el telón y va a aparecer la orquesta”, agrega. Llegará entonces el Adagio del Concierto de Aranjuez. “Es una melodía que está en el punto medio de España. Si la tocas con guitarra suena a flamenco y si lo haces con gaita suena a celta. Me gusta mucho ese punto de unión entre la energía mediterránea y la atlántica”.
Allí se sumarán a Núñez su hermano Xurxo en la percusión, Pancho Álvarez (guitarras y bozouki) y la acordeonista vasca Itsaso Elisagoyen. “Y vamos a llenar los arcos del Colón de gaiteros escoceses, irlandeses, asturianos. Yo mismo tocaré sin amplificación por los pasillos del teatro. Tengo mucha curiosidad por descubrir ese sonido único que dicen que tiene el teatro. El concertino de la orquesta, Elías Gurevich, me contó que en los grabados antiguos de Buenos Aires siempre se veía al Colón más alto que el resto de la ciudad. Ese es un mensaje que empiezo a comprender. Buenos Aires une como ninguna otra ciudad a Europa y América. Si me lo permiten, creo que Buenos Aires es la capital de Europa”.