El naufragio de una comedia sobre dos amigas
LA GRAN DEPRESIÓN
libro: Félix Sabroso y Dunia Ayaso. elenco: Moria Casán y ★★ Nacha Guevara. escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez. luces: Nacha Guevara. sonido: Gastón Briski. asesor de vestuario: Pablo Battaglia. músico: Lito Vitale. dirección: Nacha Guevara. sala: Multitabarís Comafi.
Las protagonistas de
La gran depresión son dos mujeres de personalidades casi opuestas que se vuelven a encontrar luego de ocho años. Entre Marta y Gloria hubo competencias, afinidades, disputas, frustraciones amorosas y desencuentros. Son –como dice Gloria– dos “remadoras” que, ya grandes y luego de momentos complicados, necesitan saber si son capaces de reconstruirse. En esa instancia, los opuestos devienen en seres esencialmente complementarios.
A priori, estos dos personajes cuajan perfecto con Nacha Guevara y Moria Casán por sus propias trayectorias y por las múltiples resonancias en el imaginario colectivo. En algunos pasajes, esta comedia de tonos melodramáticos basada en el contrapunto entre seres antagónicos –que las actrices aprovechan sumando ciertos latiguillos– logra su efecto en el público. Entre ambas, es Nacha quien maneja una paleta más amplia, quien se entrega más al desbarranco de su personaje, que viene de un intento de suicidio producto de un nuevo fracaso amoroso. A la sucesión de situaciones esta versión le sumó un final.
Claro que, más allá de ciertos momentos acertados de buena química entre ellas, la puesta carece del ritmo necesario para este tipo de comedia con toques almodovarianos que reivindica la amistad entre mujeres. Tal vez en el accidentado proceso de montaje se encuentren las razones de estos desajustes. En un principio, en la dirección de La gran
depresión iba a estar una directora, Corina Fiorillo. Al poco tiempo, dejó el proyecto y se dijo que quien asumiría el trabajo era un director. Finalmente, quedó en manos de Nacha.