LA NACION

Los médicos del Aconcagua, en acción

Desde esta temporada, funciona una guardia médica permanente a 5400 metros; en el equipo hay 20 profesiona­les de la salud que se van rotando

- Pablo Mannino

MENDOZA.– “Son muchos turistas y pocos andinistas. Ante el nuevo tipo de visitante, hacemos lo que el cerro hoy necesita para evitar muertes”, dice Ignacio Rogé, jefe del Servicio Médico del Parque Aconcagua desde hace una década. Ante esta demanda, la atención médica en altura que brinda este equipo de 20 profesiona­les juega un rol cada vez más importante. Desde diciembre, en el campamento Nido de Cóndores, a 5400 metros de altura, funciona un servicio médico permanente. En la foto, el doctor Ricardo González Costa, parte del equipo, asiste a un montañista.

MENDOZA.– El Aconcagua se abrió al mundo y hoy tiene otro perfil. Ahora son montañista­s menos preparados los que intentan hacer cumbre (situada a 6962 metros sobre el nivel del mar), según advierten los especialis­tas que trabajan en el Techo de América. Por eso, ante este escenario, entra en juego una labor clave, acorde con la actual demanda: la atención médica permanente a gran altura.

Se trata de un servicio exclusivo, con médicos entrenados, que esta temporada se puso en marcha cerca de la cumbre para dar respuestas a estos “montañista­s” con poca experienci­a, y evitar así las tragedias. De hecho, la asistencia oficial en general viene mejorando en el último año, con una participac­ión más activa y equipada de la Patrulla de Rescate y de Guardaparq­ues. Desde la temporada pasada no se han registrado decesos, luego de épocas muy críticas.

En cuanto a lo sanitario, desde fines de diciembre de 2019 también funciona allí el “centro de salud más alto del mundo”, a 5400 metros sobre el nivel del mar, en el campamento Nido de Cóndores.

El equipo médico cuenta con unos 20 profesiona­les que se van rotando. En un mismo turno suele haber en la montaña entre tres y cuatro médicos, con la idea de que uno de ellos permanezca en Nido de Cóndores. Tienen un solo objetivo: optimizar los recursos y mejorar cada vez más la prestación, pero sobre todo sostenerla en el tiempo. Para tomar dimensión de la importanci­a de su presencia en el lugar, basta con observar que en lo que va de la temporada, sobre todo durante enero de este año, ya han asistido a más de 200 personas que tuvieron diversos inconvenie­ntes, en las distintas zonas de ascenso. En la temporada pasada ingresaron al Parque Provincial Aconcagua más de 150.000 personas.

En diálogo con la nacion, los médicos cuentan sus vivencias y desafíos diarios, un constante subir y bajar en medio del frío y el viento.

“Ante el nuevo tipo de visitante, hacemos lo que el cerro hoy necesita para evitar muertes. Son muchos turistas y pocos andinistas. Afortunada­mente, todos los días en la cumbre terminamos estando médicos, guardaparq­ues y agentes de la patrulla de rescate. Es un servicio de gran nivel y de acompañami­ento, esperando a que suba el último. Luego bajamos todos y cerramos el cerro, sin dejar que estén deambuland­o. Ojalá sigamos así, trabajando todos juntos: hacemos muchas cosas, con grandes dificultad­es y a pulmón. Y con mucha pasión”, dice Ignacio Rogé, médico de montaña, pediatra y neonatólog­o, jefe del Servicio Médico del Parque Aconcagua desde hace una década.

Todos destacan los avances, aunque esperan mayor apoyo oficial ante semejante aventura, pero sobre todo ante el nuevo perfil de deportista, para que siempre pueda haber al menos un profesiona­l activo y capacitado cerca de la cumbre, más allá de la atención que brindan en los campamento­s de más abajo.

En el día a día se están encontrand­o con todo tipo de situacione­s, frente a personas poco avezadas en la materia. “Hay quienes suben solos y se mandan algunas macanas. De hecho tenemos que actuar, salir a buscarlos y bajarlos, en algunos casos, atados por el cansancio que presentan y con una marcha muy inestable”, dice otro médico del equipo que pidió la reserva de su nombre. Él advierte, además, que en la ruta hacia la cima se corre “gran peligro” de extraviars­e o pasar la noche a la intemperie.

Pasión y riesgo

“Es algo que me apasiona. Es un sueño cumplido complement­ar la medicina y la montaña. Me impacta el trabajo en equipo, todos estamos en escucha permanente y colaborand­o para salir adelante. Lo bueno es que hacemos un buen trabajo preventivo, de aclimataci­ón, lo que disminuye los rescates y los peligros de muerte en altura. Hay muchas personas que suben solas: sin guía, sin experienci­a y no toman en cuenta los riesgos. Nos hacen pasar de ser médicos de consultori­os a ser médicos rescatista­s”, afirma Guillermo Arévalo, otro médico y andinista, que empezó esta temporada. “Lo importante es que estamos entrenados y expuestos a la altura, por lo que reunimos condicione­s físicas y psicológic­as óptimas. De ahí que en el consultori­o más alto del mundo se nos facilita prestar el servicio”, agrega.

De regreso a su país, antes de abordar el avión, Sundaram Karthikeya­n, padre de Kaamya, la chica india de 12 años que hizo cumbre a principios de este mes, después de sortear una fuerte descompost­ura, dio a conocer sus sensacione­s sobre el servicio recibido. “Estar a esa altura y atender a los montañista­s con una sonrisa y paciencia es un verdadero ejemplo. Están haciendo un trabajo excelente. En el caso de mi hija, que se descompuso en el ascenso, había dudas de si seguir, aun cuando todo estaba mejor. Pero ellos tomaron cierto riesgo y nos dejaron subir. Lo más importante es que el médico decidió ascender hasta la cumbre con mi hija, para brindarle más seguridad, lo que animó también al guía a ir por la cima. Y cuando hay confianza, subes con más fuerza”, relató.

A fines de enero, en una entrevista en la revista Cumbres, el reconocido guía ecuatorian­o Oswaldo Freire, que tiene más de 23 expedicion­es a esta montaña, reconoció el trabajo que se hace en el Parque Provincial Aconcagua. “Cuando estuvimos ahí había un doctor y un guardaparq­ue subiendo a la cumbre. Estaban muy pendientes de la gente. Había una chica que me parecía de ascendenci­a hindú que iba muy mal, las botas desatadas… Luego vi al doctor bajando con ella. Me parece increíble que el Parque esté tomando esas precaucion­es”, dijo.

 ?? Servicio Médico Aconcagua ??
Servicio Médico Aconcagua
 ??  ?? El médico Bernabé Abramor revisa a un montañista
El médico Bernabé Abramor revisa a un montañista
 ??  ?? Asistencia en Nido de Cóndores, a 1500 metros de la cima
Asistencia en Nido de Cóndores, a 1500 metros de la cima

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina