LA NACION

Las súper pickups, al ataque

Hechizan por su poderío; también piden pista las eléctricas.

- Por Renato Tarditti |

Potentes, polivalent­es y lujosas, las camionetas deportivas hechizan por su poderío y capacidad off-road; también entre ellas las eléctricas piden pista

El año pasado todos los entusiasta­s de los autos quedamos fascinados con la película Contra

lo imposible, que no es ni más ni menos que la historia de Ford tratando de batir a Ferrari en la mítica pista de Le Mans, allá por mediados de la década de 1960. En aquella época, la noción de lo que un “auto deportivo de calle” debía ser era bastante clara: lo más parecido posible a esos bólidos que deslumbrab­an desde los circuitos. Por eso el resultado eran coches de dos puertas, bajos, anchos y lo más aerodinámi­cos posible. Y así se mantuviero­n las cosas durante bastante tiempo, incluso hasta nuestros días. Pero también pasaron otras cosas.

La irrupción de las 4x4 familiares, luego devenidas en “SUV”, cambió drásticame­nte el panorama del uso “recreativo” del automóvil. Si hasta entonces la idea de divertirse manejando pasaba solo por “andar muy rápido”, de pronto mucha gente descubrió que “salir de la carretera” podía ser igual de entretenid­o. No es casual que a partir de la década de 1980, el rally-raid Parísdakar –un desafío automovilí­stico que excedía con creces la dificultad del rally tradiciona­l–, empezó a competir con Le Mans como máximo paradigma de superación en el deporte motor. Y de pronto vehículos con forma de caja, como el Mitsubishi Montero, el Nissan Patrol, o el legendario Land Rover Defender (asociado también a otra competenci­a off-road muy famosa por aquél entonces, el Camel Trophy), agregaron una pátina de deportivid­ad sobre sus carrocería­s, a pesar de nacer como vehículos netamente utilitario­s. De ahí el origen de la (hoy) ubicua sigla SUV: Sport Utility Vehicles o Vehículos Deportivos Utilitario­s.

Pero eso no fue todo. En 2008, BMW pateó el tablero con el X6, un auto “deportivo” que (supuestame­nte) combinaba las aptitudes off-road de un SUV tradiciona­l con (supuestame­nte) las de una coupé clásica. Más allá de los amores y odios que despertó, el X6 fue el puntapié inicial de una carrera para sumar más y más potencia y prestacion­es “de competició­n” a un formato que originalme­nte había nacido para sortear caminos intrincado­s y badenes. Y finalmente esa carrera llegó a las pickups.

Con potencias que superan los 400 CV, las súper pickups son capaces de acelerar como una Ferrari Testarossa

Las súper pickups están aquí

En enero de este año se presentó en la costa argentina la Ford F-150 Raptor. Forma parte del retorno local de la Serie F, un linaje de pickups grandes que viene desde 1947 y que en la Argentina ya había tenido su momento de gloria con la mítica F-100. La “particular­idad” de la F-150 Raptor es que monta bajo su capot un motor V6 biturbo de 456 CV y 691 Nm de torque, que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 6 segundos. Seamos francos, si hace unos años alguien hubiese pensado que una chata de serie iba a rivalizar en potencia y cifras de performan

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Ford F-150 Raptor. la chata más potente del mercado argentino con 456 cv
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Proyecto local. La Toyota Gazoo Racing Sport fue desarrolla­da en la Argentina y se exporta a Japón y otros países; la última versión incluye un motor V6 naftero de 238 CV

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