LA NACION

La fórmula contra las distraccio­nes, aun en casos de urgencia

- Texto Martina Rua Sonido recomendad­o para escuchar esta columna: Learn to fly, Foo Fighters.

En la mañana del 4 de noviembre de 2010, el vuelo Qf32de Qantas Airways partió de Singapur hacia Sídney. Junto al piloto y al capitán, richard de Crespigny, había a bordo 440 pasajeros. El avión despegó perfectame­nte, pero al alcanzar los

7400 pies, cuatro minutos después del despegue, se produjo una fuerte explosión fuera del avión.

El sistema de alarma rojo dentro de la cabina comenzó a sonar y el piloto supo rápidament­e que era algo grave. De Crespigny miró el tablero de la pantalla cubierto de luces rojas: de 22 sistemas en el avión, 21 de ellos fueron afectados, incluidos los motores. El daño fue tan grave que más tarde se describirí­a como uno de los peores desastres mecánicos de aviones en el aire. Nada parecía funcionar, los pasajeros gritaban de pánico. Toda la tripulació­n dentro de la cabina estaba en silencio, mientras la alarma sonaba a un nivel ensordeced­or. Ese fue el momento decisivo. De Crespigny se mantuvo enfocado y evitó las distraccio­nes. Dirigió las ruedas traseras del avión para tocar el suelo, mientras obligaba a las ruedas delanteras a la pista de aterrizaje. Después de 2000 metros de derrape por la pista, el avión no parecía estar disminuyen­do la velocidad. Con solo cien metros restantes, el avión finalmente disminuyó la velocidad y se detuvo. El vuelo

32 de Qantas, el Airbus A380 más dañado, aterrizó sin heridos.

la historia de este vuelo la conocí a través del newsletter de productivi­dad de Mayo oshin (Mayooshin. com), un inglés que estudia el comportami­ento humano y él, a su vez, la descubrió a través del libro Smarter Faster Better: The Secrets of Being

Productive in Life. pero, lo que todos queremos saber ¿Cómo se mantuviero­n enfocados de Crespigny y su tripulació­n? El equipo había sido entrenado en una forma de pensar llamada “conciencia situaciona­l”, es decir, se enseñó a sí mismo a contar historias sobre lo que podría suceder, para preparar su mente para distinguir lo que es importante de lo que no en una situación de emergencia. Antes de los vuelos, De Crespigny impulsaba a su tripulació­n a trabajar con modelos mentales de escenarios de “qué pasaría si” en caso de emergencia: “imagina que hay una falla del motor. ¿Dónde es el primer lugar donde buscarás? “. le dijo a su copiloto: “Si ves a todos mirando hacia abajo, quiero que mires hacia arriba. Si todos miramos hacia arriba, mira hacia abajo. probableme­nte todos cometemos al menos un error en este vuelo. Cada uno de ustedes es responsabl­e de atraparlos”. Durante los períodos de altos niveles de distracció­n y presión, estos modelos mentales pueden ayudarnos a mantenerno­s concentrad­os

En lugar de tratar de averiguar qué hacer a continuaci­ón, el capitán respiró hondo y comenzó a imaginar el avión como otro, un avión monomotor con el que había aprendido a volar por primera vez. Es un avión mucho más pequeño en comparació­n con el Airbus, pero tiene componente­s básicos similares. “Tenemos que dejar de concentrar­nos en lo que está mal y comenzar a prestar atención a lo que todavía funciona”, dijo. la mayoría de nosotros no enfrenta un stress de este calibre, aunque hay muchas profesione­s que están expuestas a las decisiones bajo presión que en muchos casos, definen entre la vida y la muerte. pero aún en los trabajos aparenteme­nte no tan vitales, estamos llenos de distraccio­nes que sortear. Además de agendas hipercarga­das, tenemos que hacer frente a situacione­s que emergen de manera inesperada tanto familiares, de colegas de trabajo o clientes.

Si no tenemos modelos mentales o “historias fuertes” a donde volver, es muy fácil distraerse, dice Mayo oshin. Una maneras de usar modelos mentales para enfocarse es desarrolla­r el hábito de visualizar­nos lidiando con las distraccio­nes antes de que ocurran y luego, cuando aparecen, simplement­e repetir esa historia en la mente a medida que ocurren. Cuando surjan distraccio­nes durante el día, el subconscie­nte trabajará para ayudar a recrear el escenario a partir del modelo mental porque lo ha preparado.

la mayoría de las personas pasamos nuestros días en modo de reacción, respondien­do constantem­ente a las demandas del mundo sin concentrar­nos en las cosas que son importante­s para lograr nuestros objetivos. pero, al igual que De Crespigny, las personas más enfocadas y productiva­s capacitan sus mentes para enfocarse proactivam­ente en lo que es importante e ignorar las distraccio­nes en cualquier escenario dado. Se cuentan historias sobre lo que esperan ver antes y redirigen su atención. Algunas buenas preguntas para estar preparados: ¿qué espero que pase hoy? ¿Qué tipo de distraccio­nes y emergencia­s podrían aparecer y cómo planeo enfrentarl­as?.

La mayoría de las personas actúa en modo reacción, respondien­do a las demandas externas

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