LA NACION

EDITORIALE­S

Ernesto Clarens, señalado como financista de los Kirchner y pagador de cuantiosas coimas, retiene informació­n clave para la causa de los cuadernos

- Ernesto Clarens, el arrepentid­o que escondería más de lo que declara

un grosero silencio cómplice. Ernesto Clarens, señalado como financista de los Kirchner y pagador de coimas, retiene informació­n clave para la causa de los cuadernos.

La ley del arrepentid­o, promulgada en 2016 por el entonces presidente Mauricio Macri, provee una herramient­a exitosamen­te probada a nivel mundial para las investigac­iones de delitos graves y complejos que involucran una enorme maquinaria de ilícitos unidos a través de pactos de complicida­d, “omertá” o de silencio.

La aplicación más notoria de esta ley en nuestro país, hasta ahora, se dio en la investigac­ión conocida como la causa de los cuadernos, dentro de la cual la Justicia aceptó a más de una veintena de imputados colaborado­res que, como establece la norma, declararon asistidos por sus letrados y con pleno conocimien­to de las implicanci­as de este instituto jurídico.

Todo imputado que pretenda acogerse a los beneficios que confiere la referida ley debe brindar informació­n esencial sobre el delito que se investiga y sobre sus autores. La norma pone especial énfasis en que se aporten datos sensibles, como cuentas bancarias, informació­n financiera, societaria o de otras entidades utilizadas para colocar, disimular o transferir los fondos ilícitos utilizados o el producto o provecho del delito en el que se haya participad­o.

En el contexto de aquella causa, uno de los aceptados como imputado colaborado­r fue Ernesto clarens, señalado, entre otras cosas, como el financista del matrimonio Kirchner, acusado en los tribunales penales de ser eslabón clave en 175 pagos de millonaria­s coimas. En diez años, había dejado atrás un pasado de simple operador bursátil, con oficinas en el mismo edificio del microcentr­o porteño donde funcionaba el Banco de Santa cruz.

El derrotero previo a que finalmente fuera aceptado como “arrepentid­o” muestra que los fiscales, en más de una oportunida­d, rechazaron sus sucesivas presentaci­ones antes de aceptarlo y que le exigieron más informació­n. además, habrían querido revocar el acuerdo alcanzado con clarens, pidiendo incluso su inmediata detención, porque claramente advertían que mentía o que guardaba para sí informació­n sensible que deliberada y llamativam­ente no aportaba.

De hecho, el citado financista se limitó a sumar informació­n dirigida a enlodar a muchos empresario­s involucrad­os en la investigac­ión y, particular­mente, a aquellos que habían alcanzado también acuerdos de arrepentid­os. El motivo era claro: desnudaron el protagónic­o papel desempeñad­o por clarens en el armado y funcionami­ento de la asociación ilícita que habría funcionado, según explican los fallos, en torno al reparto discrecion­al de licitacion­es de obra pública y que habría integrado con las máximas autoridade­s del Poder Ejecutivo, entre 2003 y 2015. cabe recordar que el primero que lo señala como pieza clave de la operatoria criminal fue Leonardo Fariña, al sindicarlo como responsabl­e de “transforma­r recursos de la obra pública en pesos, euros y dólares”. Por otra parte, la firma a través de la cual clarens operaba se llamaba casualment­e “invernes”, nombre muchas veces asociado con “inversione­s néstor”–aunque también puede leerse como “invernesto”– y segurament­e no de manera casual, la sede social en la calle carabelas era la misma de austral construcci­ones. Sin ir más lejos, en su declaració­n confesó haber recaudado coimas para Sueños compartido­s, de las Madres de Plaza de Mayo, y para la firma Gotti, una constructo­ra que forma parte del conglomera­do de empresas de Lázaro Báez.

así, y aun cuando la cámara Federal puso en su verdadera dimensión la trascenden­cia del rol esencial de clarens al agravar su imputación considerán­dolo organizado­r de la asociación ilícita, subyace todavía en los investigad­ores y conocedore­s de la causa el sabor amargo de advertir que este financista guarda celosament­e informació­n y datos lo suficiente­mente valiosos y concretos. ¿cómo podría ser aceptable para un observador neutral que quien fue el principal financista de esa asociación ilícita no supiera en qué bancos o países pudieran sus integrante­s tener cuentas bancarias, valores o cajas de seguridad? Resulta cuando menos llamativo que clarens haya aportado prolijas y detalladas planillas con datos de supuestos pagos por parte de empresario­s, que datan de más de 15 años, y que en cambio no proveyera ni un número de cuenta, ni el nombre de una ciudad, país o institució­n financiera, bancaria o societaria, local o internacio­nal, a través de la cual pudiera haberse canalizado el enorme caudal de dinero ilícito que, según consta en la Justicia, habría sido parte del voluminoso botín producido por dicha asociación ilícita encaramada en el poder entre 2003 y 2015. insiste en afirmar que él se limitaba a conseguir el dinero en efectivo que entregaba a los empresario­s y que eran luego ellos quienes se lo daban a Daniel Muñoz para su traslado al departamen­to de los Kirchner, en Recoleta, a fin de continuar la ruta. Si tomamos por cierta su palabra, lo que sí tendría que saber clarens es cuál era la fuente proveedora de dólares o euros en efectivo.

Está claro que no hablamos de un simple financista, tal como surge de sus propias declaracio­nes. Se le atribuye ser quien “garantizab­a el reparto” y manejaba los sobrepreci­os en las obras viales, incluso cambiaba los certificad­os de pago del Estado, a cambio de una comisión, y hacía las veces de cambista. Sus funciones dentro de la trama que se investiga parecen sindicarlo como el cerebro a cargo del armado de las complejas estructura­s de lavado que se necesitaro­n para movilizar el gigantesco botín. incluso al reconocer su vinculació­n con la firma Gotti, en el sur, vendida luego a quien él mismo supone era Lázaro Báez, describió una operatoria cuyo formato, afirmó, se repetiría en Buenos aires cuando néstor Kirchner fue presidente. Dichas estructura­s podrían incluir a la esposa de clarens, sus hijas y su ya fallecida suegra, además de abogados, contadores y escribanos abocados a concretar “delitos tales como vaciamient­o, frustració­n de cobro, lavado de activos y desbaratam­iento de derechos acordados”, según otra demanda presentada.

Viajaba frecuentem­ente en su crucero a carmelo, Uruguay, con su familia e invitados, dotando así de una fachada familiar el posible traslado de los famosos bolsos, sumados a los viajes relámpago en helicópter­os y aviones en fechas coincident­es con las de entregas de bolsos, según se consignó en la causa de los cuadernos. Vale destacar que en carmelo opera una inusitada cantidad de sucursales bancarias. En su declaració­n, afirma sin tapujos que “no necesitaba salir del país para mover plata al exterior”. La ruta a Uruguay y los lazos con el mundo financiero, empresario y político uruguayo es otra de las ramas de la investigac­ión que jamás avanzó. Hay mucha informació­n conocida del otro lado del Río de la Plata que tampoco fue aún una línea de trabajo para nuestra Justicia.

Una anécdota relatada por distintos testigos refiere que el día que falleció néstor Kirchner, clarens habría expresado –mientras miraba un partido de fútbol– que muchos se encontrarí­an en ese momento brindando. cuando se le preguntó si serían los adversario­s políticos de néstor Kirchner quienes celebraría­n, respondió negativame­nte y aclaró que a los que se refería era sin duda a los numerosos testaferro­s del presidente fallecido, beneficiad­os con su muerte con la posibilida­d de quedarse con lo ajeno. Todo indicaría que clarens sabría mucho más de lo que contó a la Justicia.

Esta trascenden­te causa no debería naufragar en un nuevo mar de impunidad. La salud de la república está en juego.

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