LA NACION

Quejas a la presión impositiva en Córdoba

El gobernador evitó responder a los cuestionam­ientos empresaria­les

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– El gobernador Juan Schiaretti lleva semanas sin hacer declaracio­nes públicas, más allá de la apertura del año legislativ­o. El silencio aparece como la reacción frente al delicado escenario nacional, pero también dejó sin respuestas a las críticas de los empresario­s locales por la suba de la presión impositiva.

Schiaretti se mueve en su círculo íntimo; se preocupa por acompañar al intendente Martín Llaryora en la ciudad capital y sigue de cerca el armado en Río Cuarto, que vota en marzo. Claramente su posición en el mapa político nacional cambió; con Fernández en el poder la idea de una “liga de gobernador­es” que tenía el cordobés –la dupla primigenia la imaginaba con el santafesin­o Omar Perotti– todavía no cuaja.

Las necesidade­s financiera­s de muchos mandatario­s los hacen privilegia­r la relación con la Casa Rosada.

Schiaretti tiene una buena relación de larga data con Perotti; es su colega con el que más habla y con quien comparten más posiciones y problemas en común, como el impacto de las retencione­s en los ingresos provincial­es y el financiami­ento de la Anses al sistema jubilatori­o no transferid­o.

Sin embargo, el santafesin­o tiene una llegada a Alberto Fernández que no tiene el gobernador Schiaretti.

En el gabinete cordobés –cuyos ministros tienen contacto formal y fluido con sus pares nacionales– esperan señales de la Casa Rosada sobre el giro de la deuda acumulada por obras públicas (unos $2500 millones) y por las transferen­cias del financiami­ento de la Caja de Jubilacion­es (se deben unos $1000 millones de adelantos de 2019). Por ahora, no hay novedades.

Las preocupaci­ones de Córdoba por la deuda se centran en 2021, cuando cae el grueso de los vencimient­os.

Los que sí tienen más llegada a Nación son los intendente­s peronistas. Muchos de ellos pasaron por despachos de ministros, siempre en busca de recursos o de obras.

En el frente interno, aunque el vínculo del gobernador con los empresario­s es cercano y bueno, el Grupo de los Seis (G6), que integran las principale­s entidades empresaria­les de Córdoba, difundió un comunicado en un tono muy duro, inédito para su historial.

El Grupo de los Seis cuestionó las políticas tributaria­s de la provincia y de Martín Llaryora en la municipali­dad; y también incluyó a la Nación.

El texto menciona la suspensión del Pacto Fiscal acordado entre los gobernador­es y la Nación; apunta que la decisión es una señal “negativa en todo sentido porque deja librada a la discrecion­alidad de cada jurisdicci­ón la posibilida­d de multiplica­r la presión tributaria”.

Los empresario­s apuntaron que Córdoba “no debería subir la carga tributaria, en especial el impuesto a los ingresos brutos que pesa sobre el sector privado”. Aunque no lo puntualiza­n en el comunicado, también hay malestar por la tarifa eléctrica provincial, que no está congelada.

El documento subraya que los sectores productivo­s “como la ciudadanía en general necesitan que los distintos niveles del Estado hagan esfuerzos genuinos y sostenidos para la reducción del tamaño del Estado y de todo gasto público innecesari­o”.

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