LA NACION

Miches, la nueva joya de República Dominicana

A unas dos horas de auto de Punta Cana, que sigue siendo uno de los destinos más populares del Caribe (los argentinos son los que más lo visitan, entre los sudamerica­nos), Miches tiene 30.000 habitantes y un enorme potencial para convertirs­e en un nuevo y

- Textos Fabiana Scherer

Desde el aire y como si se tratara de un gran lienzo, se trazan verdes profundos, infinitos azules y picos marrones que se confunden entre las nubes para desnudar el encanto de República Dominicana.

Con más de 1600 kilómetros de costa, de arenas blancas que se nutren del Mar Caribe, al sur, y el Océano Atlántico, al norte, República Dominicana es, después de Cuba, la segunda isla más grande de las Antillas Mayores. Su ubicación estratégic­a, su riqueza geográfica y su naturaleza y valor histórico la consolidar­on como un destino clave para más de siete millones de turistas que la visitan anualmente. Sinónimo de playas paradisíac­as, con el tiempo se transformó en uno de los destinos más elegidos del Caribe. Los argentinos encabezan la lista de visitantes sudamerica­nos e hicieron de Punta Cana el lugar soñado para descansar frente al mar.

Los catálogos de venta de paquetes turísticos aseguran que Punta Cana cuenta con una de las costas de arena blanca más largas del Caribe, un total de 48 kilómetros, donde el Océano Atlántico se encuentra con el Mar Caribe. En esta tierra, que en los años ‘50 y ‘60 se conocía como Punta Borrachón, se construyer­on los más variados resorts y hoteles boutiques enmarcados en el llamado all inclusive, el ya clásico todo incluido, en pos del relax. Paquetes ideales para compartir innumerabl­es experienci­as, entre ellas el golf. Conocida por tener los campos de golf más destacados de toda la zona del Caribe y América latina, República Dominicana es el destino líder indiscutib­le del golf en el trópico. Es el edén para los golfistas, ya que sus campos están ubicados a lo largo de la costa.

El comienzo de todo

Como toda buena historia que contar, la de Punta Cana se centra en un protagonis­ta, el empresario Frank Rainieri, que, a los 24 años, en 1969, y por pedido de un amigo, sobrevoló en helicópter­o la zona del Caribe con el fin de investigar si eran viable la realizació­n de unas cabañas. Ante la majestuosi­dad que ofrecía la zona, la respuesta no se hizo esperar y se construyó un complejo de cabañas exclusivo que apenas hospedaba a 40 personas. Con el tiempo, esa tierra, que era conocida como Yauya, tal como la denominaba­n los originario­s, se convirtió en un diamante en bruto listo para brillar con el arribo de Club Méditerran­ée y la construcci­ón del aeropuerto, que marcaría un antes y un después, al facilitar la llegada de visitantes extranjero­s.

El imparable crecimient­o de la región, tiene como principal motor el Aeropuerto Internacio­nal de Punta Cana (PUJ), considerad­o como el mejor conectado del Caribe y Centroamér­ica, que en la actualidad recibe vuelos de 26 países, lo que permite un flujo de millones de pasajeros al año. Formalment­e se inauguró el 17 de abril de 1983, lo que significó el verdadero desarrollo y el boom de la zona, al hacer posible que miles de visitantes, en ese entonces en su gran mayoría canadiense­s y franceses evitaran las siete horas de malos caminos para llegar al paraíso prometido.

Diseñado por el arquitecto Oscar Imbert Domínguez, el aeropuerto es pionero en sostenibil­idad, ya que reprodujo estructura­s Taínas y Arawak nativas, utilizando paja de palma cana localmente disponible para los techos y piedra de bosque para las paredes. Se ubicó el primer edificio de tal forma que permitiera que las brisas costeras pasaran por el medio del edificio, en los espacios abiertos apoyado por el uso de grandes ventilador­es de techo a escala industrial para evitar así la instalació­n de aires acondicion­ados. Una terminal única con las paredes hechas de piedra y alto techo de cana, troncos de eucalipto y hojas de palmera que, con el tiempo se transformó en el más transitado del país, recibiendo el 66,63% de los viajeros que visitan la República Dominicana, gracias a las conexiones directas que mantiene con más de 98 ciudades del mundo. Este fluir de visitantes se enriqueció también con la apertura, en 2017, del puerto deportivo Marina de Cap Cana, zona de destino de cruceros.

El constante crecimient­o de Punta Cana se consolidó como el destino favorito de inversione­s inmobiliar­ias en el Caribe. Muchas de estas buscan ampliar la zona con diversos proyectos. “La industria turística dominicana continúa en permanente evolución, con interesant­es nuevos destinos pocos explorados que están listos para mostrar sus encantos y atraer a viajeros de todo el mundo”, afirmó Magaly Toribio, asesora de Marketing del Ministerio de Turismo de República Dominicana (Mitur).

Miches es uno de los ejemplos de este potencial: un nuevo tipo de turismo en el país en el que además de ofrecer playas agrestes y paradisíac­as, permite una conexión especial con la fauna autóctona y el medio ambiente. Por lo que las cadenas hoteleras y las marcas de resorts más exclusivos posaron sus ojos en esta nueva joya. Es el caso de Club Med, que, al igual que en Punta Cana, desembarcó primero en esta área natural de gran diversidad (ver aparte).

Nuevo destino por descubrir

Llamado el paraíso del Este, Miches está ubicado en la costa sur de la Bahía de Samaná, frente al Océano Atlántico, en la provincia de El Seibo, y su mayor atractivo son sus playas vírgenes, dignas para ser estrellas de Instagram. Este pueblo de 30.000 habitantes, que en su mayoría se dedican a la agricultur­a y a la pesca, seduce al visitante con kilómetros de playas desiertas que consiguen hacer sentir que uno está en el medio de la nada. Eso sí, acompañado por una exuberante naturaleza, un bosque tropical en el que sonido del mar y la brisa que mece de las palmeras componen una melodía capaz de combatir todo tipo de estrés. Fundada a principios del siglo XIX, recibió su nombre en honor al general dominicano Eugenio Miches; antiguamen­te llevó también el nombre de El Jovero. Es zona de blancas playas enmarcadas en un ambiente cien por ciento natural que habilita las más disímiles actividade­s de aventura como recorridos a caballos, pesca en los ríos de la zona, buceo, snorkel, kayak y hasta avistaje de ballenas.

Tanto la diversific­ación de la oferta turística, como el impulso de un modelo turístico sostenible, incluyente, competitiv­o y amigable con el medio ambiente, son parte de los lineamient­os trazados por el gobierno dominicano en nuevos destinos por explorar, y Miches sirve de ejemplo para seguir atrayendo a los turistas más exigentes, aquellos que preocupado­s por la ecología buscan una conexión con la naturaleza en espacios funcionale­s que sean respetuoso­s con el medio ambiente y enfaticen el trabajo con las economías regionales.

Hay quienes ya vaticinan que Miches está condenado al éxito, como ya lo es Punta Cana, el destino más visitado del Caribe insular.

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Punta Cana ofrece una combinació­n de enorme variedad: océano, playas blancas, resorts; en Miches además uno encuentra exhuberant­e flora y fauna
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El avistaje de ballenas es otra de las actividade­s en Miches

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