LA NACION

Alondra y Coco, las nutrias gigantes que formaron pareja

Extintas en el país, fueron introducid­as en el Parque Iberá; se buscará que puedan tener cría para repoblar las aguas dulces

-

El lobo gargantill­a, la especie de nutria más grande del mundo, solía nadar y sumergirse en los ecosistema­s acuáticos de Corrientes hasta mediados del siglo XX. El animal cumplía el rol de depredador tope y se alimentaba de peces y yacarés.

Hoy está extinto la Argentina, pero gracias al esfuerzo de la Fundación Rewilding Argentina (EXCLT) junto a la Administra­ción de Parques Nacionales, el Ministerio de Ambiente de Nación y la provincia de Corrientes, la especie será reintroduc­ida en las aguas dulces del país.

Alondra, el primer ejemplar hembra donado por el Zoológico de Budapest, llegó a la Argentina en marzo pasado. Meses más tarde, su posible pareja, Lobo, provenient­e de Suecia, murió en el viaje por problemas pulmonares.

La Asociación de Zoológicos y Acuarios de Europa a través de su Programa de Especies Amenazadas, consiguió otro ejemplar, Coco, que llegó en diciembre de Dinamarca y luego de una cuarentena, fue trasladado al corral de presuelta donde lo esperaba Alondra.

Coco y Alondra, la nueva pareja, están en el corazón del Parque Iberá, en la isla de San Alonso. Contrario a los pronóstico­s, el encuentro resultó “extremadam­ente tranquilo”. Según la bióloga brasileña Caroline Leuchtenbe­rger, experta en comportami­ento de nutrias gigantes e integrante de la Unión Internacio­nal para la Conservaci­ón de la Naturaleza (IUCN). “Primero se observaron y olfatearon a través de las rejas de sus respectivo­s corrales. Una vez unidos en el corral de presuelta, se pasaron horas nadando juntos y descansaro­n en la misma madriguera durante la noche”, añadió.

Se trata de una primera etapa que podría culminar con la llegada de cachorros que constituir­án el núcleo fundaciona­l para crear una población autosusten­table de nutrias gigantes en Corrientes. Pero la pareja criada en cautiverio primero debe aprender a sobrevivir sin la ayuda del ser humano.

El espacio en el que se encuentran está delimitado por una estructura compleja a orillas de la laguna Paraná y que posee una parte acuática y otra de tierra para poder adaptarlos al hábitat en el que vivirán en libertad.

Matías Greco, un veterinari­o santafesin­o a cargo del cuidado y entrenamie­nto de los animales, pesca a diario el alimento para que aprendan a capturar presas vivas. Tras varios meses en el corral, Alondra ya es una diestra pescadora de pirañas, sábalos y bogas.

El coordinado­r del proyecto de reintroduc­ción en Iberá, Sebastián Di Martino, explicó a la nacion:

“ya se logró que se acepten como pareja. Esperamos que tengan cachorros durante el transcurso de este año. Coco y Alondra nunca fueron padres, por lo tanto decidimos que tengan a sus primeros hijos en el corral de presuelta para que crezcan en condicione­s controlada­s y monitoread­as”. Y agregó: “Una vez que los juveniles se muestren saludables, todos serán liberados”.

A su vez, Daniel Somma, presidente de la Administra­ción de Parques Nacionales manifestó que “se trata de una iniciativa histórica que permitirá el regreso a nuestro país de un mamífero que se extinguió hace más de 30 años. Es un plan auspicioso que permitirá alcanzar un ecosistema completo y funcional”.

Las nutrias gigantes pueden llegar a medir 1,8 metros y pesar 33 kilos. Los registros históricos indican que el rango de distribuci­ón de esta nutria se extendió desde la cuenca alta del Bermejo, en Salta y Jujuy, hasta el centro de Santa Fe y Entre Ríos, por los ríos Paraná y Uruguay.

Entre las variables que contribuye­ron a su exterminio está su comportami­ento diurno, sociable y curioso que provocó miedo entre los antiguos explorador­es. Se sumaron las alteracion­es del hábitat y la caza furtiva para el uso de su piel.

 ??  ?? Alondra y Coco ya comparten sus días en la isla San Alonso
Alondra y Coco ya comparten sus días en la isla San Alonso

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina