La madre de Fernando Báez Sosa pide que “mucha gente” vaya a la marcha de mañana
“Necesito que me den fuerzas para seguir luchando”, dijo; habrá una misa frente a la discoteca Le Brique
“Quiero que vaya mucha gente a acompañarme porque sin el apoyo no sería nada. Necesito que me den fuerzas para seguir luchando, porque estoy destrozada en vida”. Así, Graciela, la madre de Fernando Báez Sosa, asesinado en Villa Gesell por una patota, convocó a la gente a la marcha que se realizará para pedir justicia, que se realizará frente al Congreso mañana, al cumplirse un mes del conmocionante crimen.
La convocatoria fue realizada por familiares y amigos; afirmaron que será para pedir justicia por Fernando y por todas las víctimas de la violencia.
“No hay religión, clase social, nacionalidad, raza o edad que la frene, por eso queremos decir basta de violencia, con energía y decisión, para que se escuche en cada rincón de la Argentina”, dijo a Radio Mitre Graciela, y agregó que la violencia es un flagelo que arrasa y destruye sin distinción alguna.
También pidió que no haya “nunca más” otro caso como el de Fernando. “Esto que le hicieron no se lo merece nadie, no se lo deseo a nadie. Basta de tanta violencia; yo no voy a recuperar más a mi hijo, pero que se haga justicia y que no exista otro más”, afirmó.
Por su parte, Julieta Rossi, en diálogo con la nacion, contó cuál es su esperanza luego de las marchas. “Espero que la gente cambie un poco su cabeza y que no haya tanta violencia”.
Para el martes ya se gestionó el permiso ante la Ciudad, y Julieta señaló que el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, les dijo que haría gestiones para conseguirles un escenario de modo que el diácono del Colegio Marianista de Caballito –donde terminaron la secundaria ella y Fernando– pueda oficiar una misa y que se pueda exhibir un video sobre otras víctimas de la violencia.
Por último, reclamó: “Se tiene que entender que es la vida de una persona lo que está en juego y que no podemos arrebatarla así como así. Pido concientización y memoria por todas las víctimas. Tenemos que recordar que Fernando no fue el primero, pero sí tiene que ser el último”.
No quiere tener contacto
En tanto, Graciela Sosa señaló que “no hace falta” una comunicación suya con los padres de los acusados porque no tiene “sentimientos hacia ellos”.
“Si se ponen en mi lugar, ¿de qué hablaría? Que no se molesten ni siquiera en llamarme. Me destrozaron la vida, no saben lo triste que es levantarse, mirar la cama de tu hijo y que no esté ahí, que no te pueda dar un abrazo, un beso, o que te diga ‘buen día, mami’, ‘hasta mañana, papi’... Nada, no tengo por qué hablar con ellos”, lamentó.
Mientras se ajustan los preparativos para la marcha en el Congreso, el obispo de la Diócesis de Mar del Plata, Gabriel Mestre, oficiará una misa en el lugar donde mataron a Fernando, frente a la disco Le Brique, de Villa Gesell, en Avenida 3 entre Buenos Aires y Paseo 102. Allí pedirá por “su eterno descanso” y por “justicia”, dijeron voceros del Episcopado a la agencia de noticias Télam.
“En primer lugar, vamos a pedir por el eterno descanso de Fernando, que es un acto de fe tradicional profunda, y pedir por el don del consuelo de su mamá y su papá, su novia, sus amigos y el resto de sus familiares, que también es una obra de misericordia común de la Iglesia”, aseguró Mestre.
A su vez, indicó que se sumarán “desde la fe” al reclamo de justicia, mientras avanza la causa en la que están imputados diez jóvenes, ocho de los cuales se encuentran detenidos en la Unidad Penal Nº 6 de Dolores, procesados con prisión preventiva: Máximo Thomsen, Ciro, Lucas y Luciano Pertossi, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Blas Cinalli , Ayrton Viollaz, Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi.
“El objetivo también es sumar al pedido de justicia, que de manera creyente, no política y ni siquiera técnica, entendemos con claridad que tenemos que acompañar desde la oración y desde la fe”, agregó el obispo marplatense.
Además, Gabriel Mestre destacó la necesidad de “pedir por la paz social en todos los ambientes, porque no solamente es un problema de los jóvenes sino que es una cuestión cultural, de todas las franjas etarias”.
“Tenemos que aprender a cultivar desde las pequeñas cosas para que después no pasen estas situaciones escalofriantes e indignantes, como lo que le pasó a Fernando, sabiendo que él es el símbolo claro donde se conjugan todas las cosas”, finalizó.