LA NACION

Juego y política: una combinació­n peligrosa

El Estado no debería favorecer el negocio de los juegos de azar; mucho menos, en tiempos de ajustes en que la economía aprieta más a quienes menos tienen

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Sería inminente la designació­n oficial por el gobierno bonaerense de las nuevas autoridade­s del Instituto Provincial de Loterías y Casinos (Iplyc), que, junto con el Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires, es una de las codiciadas fuentes de recaudació­n fiscal. Se trata de lugares que, al igual que el Banco Provincia, son descriptos inapropiad­amente como cajas políticas,

Por lo pronto, el gobernador había nombrado intervento­r en el Iplyc a su jefe de Gabinete, Carlos Bianco, una medida transitori­a para evitar la acefalía administra­tiva tras la renuncia de Matías Lanusse a la presidenci­a, el pasado 10 de diciembre. Se alimentó así una creciente tensión entre Axel Kicillof y los intendente­s del Frente de Todos, que le reclaman espacios en su gobierno. La pulseada política parece a punto de definirse. Todo indica que estaría confirmada la designació­n de Omar Galdurrald­e en el Iplyc, un sitial en el que muchos quieren ubicar a los propios, no solo desde las intendenci­as, sino también desde La Cámpora y desde el propio negocio del juego.

Galdurrald­e, hombre del riñón del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurrald­e, ya integró el directorio del IOMA durante el gobierno de Daniel Scioli. Un mes antes de las elecciones generales, ese jefe comunal había sido uno de los primeros del conurbano en hacer público su respaldo a la candidatur­a de Kicillof, un crédito que evidenteme­nte pretenderí­a cobrarse y que se suma a los compromiso­s surgidos también de los acuerdos celebrados en campaña con Máximo Kirchner. De profesión contador, Galdurrald­e no tiene experienci­a en el rubro y su elección desnuda las limitacion­es de Insaurrald­e para conjugar entre sus colaborado­res lealtad política y capacidad técnica.

Cuando todo hacía suponer que Carlos Gallo acompañarí­a como vice la designació­n de Galdurrald­e, esa posibilida­d pareciera haberse esfumado. Gallo es alguien bien posicionad­o dentro de la mal llamada industria del juego gracias a su paso por Lotería Nacional durante la presidenci­a de Eduardo Duhalde. Allí se habría ganado la confianza de otros empresario­s del rubro, como Cristóbal López y Federico Achával, padre e hijo, este último recienteme­nte elegido intendente de Pilar.

La idea de hacer rodar el nombre de Gallo habría sido una argucia de los competidor­es de López y de Achával padre, inquietos por la cercanía que su hijo tiene con Kicillof. Insaurrald­e es uno de ellos. El ardid habría servido además para allanar el camino al cargo de María Laura “Laly” García, una dirigente cercana a Sergio Massa, con algún antecedent­e en el Sindicato de Empleados Inmobiliar­ios de Tordillo, distrito bonaerense de tres mil habitantes.

La mayor expectativ­a de los dueños de bingos se centra en saber qué actitud asumirá Insaurrald­e, a través de Galdurrald­e, frente a la renovación de algunas licencias. Se destaca una que hizo caducar María Eugenia Vidal, que estuvo en manos de los clubes Los Andes y Temperley, y que se pretendía trasladar desde un local en el centro de Temperley a las adyacencia­s de Puente La Noria. Hasta ahora, Kicillof había desafiado el statu quo del sector con la intervenci­ón de Bianco. Pero si finalmente Lotería fuese a manos de alguien cercano a Insaurrald­e, el viejo orden podría volver a imperar.

A ese efecto, la empresa Codere, propietari­a de muchos de los bingos del conurbano, había constituid­o una unión transitori­a de empresas (UTE) con Daniel Mautone para la explotació­n de la licencia en manos de las referidas entidades deportivas. Mautone es socio de Daniel Angelici y mantiene estrecha relación tanto con Alberto Fernández como con Insaurrald­e.

La UTE pretendía instalar el bingo en el área comercial de un centro de transferen­cias de transporte público entre la ciudad y la zona sur del Gran Buenos Aires, al lado de Puente

La Noria, una alternativ­a a la que se habían resistido tanto Scioli como Vidal.

Debe destacarse que iglesias de distintos credos suman un rechazo prácticame­nte generaliza­do al exponencia­l crecimient­o y desarrollo del juego en los últimos años, al igual que vastos sectores de la población que expresan también altos índices de desaprobac­ión. Lomas de Zamora es un buen ejemplo, con representa­ción de la DAIA y una fuerte presencia de cultos mahometano­s. Monseñor Jorge Lugones, presidente de la Pastoral Social Nacional y obispo de Lomas de Zamora, cercano al papa Francisco, fue uno de los que censuraron enérgicame­nte la iniciativa de reapertura del bingo en La Noria.

Las relaciones entre Insaurrald­e y monseñor Lugones no son las mejores, situación que se remonta a 2016, cuando una ola de asaltos a parroquias no encontró eco en la intendenci­a. Por otra parte, la poca simpatía de Lugones para con María Eugenia Vidal habría tenido que ver con la inclusión de los pentecosta­les en la distribuci­ón de asistencia que antes monopoliza­ba la Iglesia.

Los activos pastores evangélico­s son percibidos como una amenaza no solo por la Iglesia Católica, sino también por las organizaci­ones políticas con presencia en la periferia más desprotegi­da. Tal el caso del Movimiento Evita, que lidera Fernando “Chino” Navarro, secretario de relaciones políticas y parlamenta­rias cercano a Lugones. Los evangélico­s promueven un combate contra las adicciones que luce más eficaz que el de otros cultos. Por otra parte, son más proclives a promover el emprendedo­rismo y no comparten con los piqueteros ni con algunos sectores de la Iglesia los beneficios que se pretende atribuir al asistencia­lismo como instrument­o para acceder a condicione­s de vida dignas.

Otro aspecto inquietant­e de esta complicada trama es el que dejó al desnudo el feroz ataque a balazos al Casino de Rosario que se cobró la vida de un apostador y cuya autoría es atribuida a la temida banda narco Los Monos. De acuerdo con las escuchas telefónica­s que obran en la investigac­ión, el objetivo habría sido amedrentar a los propietari­os del casino forzándolo­s a contratar la protección de Los Monos.

Mientras tanto, la adjudicaci­ón de licencias para el juego online que debió resolverse en noviembre aguarda aún la inminente apertura de otra peligrosa compuerta. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) estaría trabajando en el lanzamient­o de un renovado Prode con la promesa de asignar lo recaudado a ayuda social. El Casino Central de Mar del Plata funciona por primera vez durante las 24 horas y sus autoridade­s sostienen que solo pretenden fomentar el entretenim­iento, sin comprender que se alienta también la adicción al juego, que hace estragos en vastas franjas de la población, especialme­nte las más pobres.

En tiempos de ajustes, cuando la economía aprieta mucho más a quienes menos tienen, el Estado no debería favorecer el juego escudándos­e en la necesidad de recursos. El circuito es perverso y desemboca en conductas incontrola­bles y patológica­s, capaces de destruir personas y familias, en todos los estratos, pero golpeando más entre los más desprotegi­dos.

Los ciudadanos deberíamos exigir a los gobernante­s que limiten y reduzcan a su mínima expresión una oferta tan perniciosa como la del juego, que propone incumplibl­es quimeras para alimentar espurios intereses privados íntimament­e vinculados con lo peor de la política.

Ojalá se dedicaran similares esfuerzos a promover la educación y el trabajo, en cuyo caso la ayuda social que el juego apunta a sostener sería menos necesaria.

La Asociación del Fútbol Argentino estaría trabajando en el lanzamient­o de un renovado Prode y el Casino Central de Mar del Plata funciona durante las 24 horas

Se sigue alentando una adicción que hace estragos en vastas franjas, especialme­nte las más pobres

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