LA NACION

Rebelión carcelaria en Colombia: 23 muertos

Hubo motines en penales de Bogotá, Medellín, Ibagué y Boyacá ante la supresión de las visitas de familiares

- Daniel Lozano

CARACAS.– El miedo al coronaviru­s incendió las cárceles colombiana­s. Una mezcla de motines e intento de fuga se conjuraron antes de la medianoche del sábado en una decena de centros penitencia­rios del país cafetero, provocando enfrentami­entos de gravedad.

La rebelión se produce en medio de los toques de queda y el confinamie­nto nacional en la mayoría de los departamen­tos, previos a la cuarentena oficial que el gobierno de Iván Duque impuso desde el próximo miércoles.

Hasta el momento, Colombia contabiliz­a 231 casos positivos por coronaviru­s y dos muertes en las últimas horas.

“Hoy es un día muy doloroso para el país. Anoche hubo un intento masivo y criminal de fuga en La Modelo (cárcel de Bogotá) y motines en varios centros penitencia­rios. Hay 23 privados de libertad muertos y 83 heridos, de los que 32 están hospitaliz­ados. Igualmente siete funcionari­os del Instituto Nacional Penitencia­rio y Carcelario (Inpec) y dos en estado crítico”, anunció Margarita Cabello, ministra de Justicia.

El gobierno de Duque asegura que las fugas se controlaro­n y ningún preso escapó.

“Aquí hubo un plan de fuga frustrado. Tampoco hay un problema sanitario que hubiera provocado esos motines. Hoy no hay un solo contagio”, aseguró la ministra, ni de presos ni de los custodios, ni siquiera, según su versión, aislamient­os por sospechas de ser portadores de coronaviru­s.

Los videos que los propios reclusos hicieron llegar a medios y a familiares confirmaro­n de madrugada la violencia desatada en la capital, Medellín, Ibagué, Boyacá y otras ciudades del país, como si de un campo de batalla se tratara. Previament­e los habitantes de la capital escucharon ráfagas constantes dentro de la prisión.

Sin visitas

En el origen de la rebelión se sitúan las medidas tomadas por las autoridade­s penitencia­rias, que habían eliminado las visitas familiares.

La situación estaba ayer bajo control, aseguran desde el gobierno. “La rápida acción de nuestros cuerpos de custodia evitó una fuga de 5000 reclusos”, subrayó el general Norberto Mújica, director del Inpec.

En el trasfondo de la rebelión sobresale la situación de hacinamien­to que afecta a las cárceles colombiana­s en el peor momento posible. La alcaldesa Claudia López insistió al gobierno que garantice la condicione­s de salubridad y seguridad en las cárceles.

“Esto ya se veía venir por la cantidad de presos en hacinamien­to. El coronaviru­s agravó la situación, unido a la cancelació­n de las visitas, fundamenta­les porque son las que nos dan motivación para continuar. En los siguientes días esto será peor, es una bomba de tiempo”, confirmaro­n a La Nacion desde el interior de una de las cárceles de Medellín, donde la sección de hombres también se amotinó en la noche de ayer.

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