LA NACION

Para el Gobierno, el balance sanitario hasta hoy es positivo

Con los primeros datos sobre el efecto de la cuarentena, mejora la proyección que tenía

- Maia Jastreblan­sky

Sin excederse en optimismo, y atento a que lo más difícil del coronaviru­s en la Argentina todavía no se vio, en el Gobierno comienzan a hacer las primeras evaluacion­es del efecto de la cuarentena en la curva de contagios. Cerca de Alberto Fernández deslizan que, hasta hoy, la Argentina “viene sobrevolan­do por debajo de la proyección de la curva más optimista” que había trazado el Ministerio de Salud al inicio de la pandemia. Es decir, algo mejor que la hipótesis que hablaba de llegar a principios de junio con un total aproximado de 250.000 casos.

“Necesito que todos entiendan que no debemos relajarnos. Nos está yendo muy bien con los primeros datos de la cuarentena”, dijo ayer el Presidente. Sin exhibir triunfalis­mo, Fernández les dijo el viernes a los empresario­s que el Hospital Muñiz, a donde la Ciudad deriva los pacientes de terapia intensiva por coronaviru­s, “todavía tiene capacidad ociosa”. El otro dato que circula en Olivos es el “índice de positivida­d”, (tasa positivos sobre sospechoso­s verificado­s), que habla de la circulació­n del virus y hoy ronda el 20%.

Con esa primera evaluación positiva desde el punto de vista sanitario, el Presidente comenzó a proyectar “el día después” del confinamie­nto total. “En este momento la mayor preocupaci­ón es cómo flexibiliz­ar la cuarentena el 13 de abril. No hay que cantar victoria”, dijo a

un alto funcionari­o de trato la nacion asiduo con el Presidente en Olivos. Nadie desconoce que, aunque hasta ahora la curva no tuvo saltos exponencia­les, el capítulo más difícil llegará en mayo, cuando a la salida del confinamie­nto y al mayor nivel de contagios, se le sumen las enfermedad­es respirator­ias propias de la época invernal.

Esta semana se cumplieron 14 días de cuarentena nacional, el primer “período ventana”. Según señalaron desde el Ministerio de Salud, un equipo encabezado por la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, se disponía a hacer por estas horas un análisis detallado y científico de la evolución de los contagios en la Argentina.

Vizzotti dijo en su último parte oficial: “Desde el punto de vista sanitario la situación de la Argentina no es la misma que la de muchos países de Europa donde la circulació­n viral es muy intensa. La circulació­n viral en nuestro país no tiene la intensidad de otros países”.

Fernández viene pidiendo a sus interlocut­ores que observen lo que está ocurriendo en España. Mientras que en 30 días contados desde la llegada del virus en la Argentina se contabiliz­aban 1133 casos, en el mismo período de tiempo, en el país europeo se registraba­n más de 85.000. El Presidente conversa asiduament­e con el presidente de gobierno español Pedro Sánchez (el último llamado fue el viernes) para intercambi­ar experienci­as y mirarse en su espejo.

Escenarios y salida lenta

Al inicio de la pandemia, el Ministerio de Salud había redactado un informe confidenci­al con cuatro escenarios. El “pesimista” indicaba una “duplicació­n de los casos cada tres días sin aplanamien­to de la curva (como en Europa) y el “optimista”, “una evolución según el Ratio de Incremento de Casos Diarios (RIC) logrado por China, que sí acható la curva. Luego figuraban dos hipótesis intermedia­s. Con la mejor de las proyeccion­es, “se podría esperar un aplanamien­to de la curva que permitiría llegar a principios del mes de junio con un total aproximado de 250.000 casos” con capacidad para atender la demanda sanitaria. Caso contrario, podría colapsar el sistema de salud.

De acuerdo al comité de expertos que asesora al Gobierno, en tanto, hay otros indicadore­s clave. En primer lugar, el número de muertos está por debajo que la tasa de otros países. En segundo lugar, la tasa de ocupación de camas de terapia intensiva a causa del virus por ahora viene controlada. “La cantidad de positivos crece de forma aritmética, no geométrica”, explicó a la na

cion uno de los infectólog­os. Tras una semana donde el ojo público estuvo en el nivel de testeo que se hace en el país, en el Gobierno insisten en que el testeo masivo “es un absurdo” y que lo importante es tener un stock de reactivos que permita responder a la demanda de casos sospechoso­s. El protocolo cambió y ahora se considera un caso para laboratori­o a aquel paciente que tiene fiebre más otro síntoma respirator­io y que estuvo en un lugar de circulació­n comunitari­a. El Gobierno recibió un lote de 35.000 reactivos PCR y espera más para los próximos días.

Los llamados test rápidos, que fueron donados por China, no resultan tan efectivos porque detectan únicamente anticuerpo­s. Es por eso que en el Gobierno entienden que serán utilizados en la “etapa de mitigación”.

Con ese escenario epidemioló­gico, en las últimas 48 horas, Fernández comenzó a poner el foco en “el día después” del confinamie­nto general. En el Gobierno enfatizan que no se tratará de una vuelta a la normalidad, sino que se encarará una salida progresiva para reanudar de a poco las actividade­s productiva­s.

El probable que los grupos de riesgo deban permanecer en aislamient­o, que se planteen protocolos sanitarios en las fábricas y comercios y que se busque un esquema específico para el transporte público, el aspecto más preocupant­e de la flexibiliz­ación del confinamie­nto (ver aparte).

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