LA NACION

Los delincuent­es sexuales siguen al acecho en tiempos de la cuarentena

El arresto de un hombre que distribuía imágenes de menores es un llamado de atención sobre el peligro que enfrentan los adolescent­es en días de alta conexión virtual

- Gustavo Carabajal las claves de falsos perfiles estaban en una caja fuerte

Cuando el 10 de marzo pasado los efectivos de la Policía Federal irrumpiero­n en una casa de Villa Tesei para detener a un acusado de traficar videos de niños abusados sexualment­e, hallaron una caja fuerte empotrada en la pared. Al abrir el cofre de seguridad, los investigad­ores descubrier­on un listado de diez direccione­s de correo electrónic­o, con una llave dibujada a cada lado que indicaba que a todos se accedía con la misma clave. Cada una de esas casillas de mail correspond­ería a los distintos perfiles que el acusado de pedofilia utilizaba para navegar en las redes.

En los últimos días, la Justicia de Garantías de Morón aceptó el pedido de la fiscal Marisa Monti y le dictó la prisión preventiva al dueño de la caja fuerte y de la línea telefónica desde la que se difundiero­n 93 archivos de menores, filmados en escenas de sexo explícito. Según la investigac­ión encarada por el Ministerio Público bonaerense, al menos seis de esos 93 archivos contienen imágenes de niños menores de 13 años.

Además de la gravedad del delito, similar al que derivó en la condena al pediatra Ricardo Russo, el hallazgo de las direccione­s de mail guardadas en la caja fuerte, abonaron la sospecha entre los investigad­ores sobre la posibilida­d de que el imputado hubiera utilizado esos correos electrónic­os para abrir perfiles falsos en distintas redes sociales. Esa multiplici­dad de contactos constituye una de las caracterís­ticas que definen a los delincuent­es que se dedican a acosar sexualment­e a través de internet a niñas, niños y adolescent­es, una figura penal conocida como grooming.

“El perfil del adulto que ejecuta el delito de grooming correspond­e a un depravado sexual que sale a la caza de las víctimas. Encuentra esas oportunida­des en las redes. Una vez que se gana la confianza del menor, ese adulto ejecuta distintas variables de manipulaci­ón, haciendo valer su situación de poder. A partir de ese momento, comienza la extorsión o la amenaza”, explicó el abogado penalista Hernán navarro, fundador de Grooming Argentina, una ong dedicada a la prevención de este delito.

la figura penal del grooming fue incluida en el Código Penal a partir de la sanción de la ley 27436. En el artículo 131 se estableció una pena de 6 meses a 4 de años de prisión, para el que “por medio de comunicaci­ones electrónic­as, telecomuni­caciones o cualquier otra tecnología de transmisió­n de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.

Una necesaria supervisió­n

Y la cuarentena por el coronaviru­s puede aumentar el peligro en estos casos. “Debido al aislamient­o social obligatori­o que se ordenó por la pandemia, se suspendier­on las clases y con los chicos en sus casas, aumentó notablemen­te la conectivid­ad de los menores a internet. niñas, niños y adolescent­es recluidos y altamente conectados a las redes potencian el riesgo de grooming en los hogares”, dijo navarro, quien también se desempeña como profesor de Derecho Penal en la Universida­d de Morón.

El “sexting” es una de las prácticas más riesgosas que realizan algunos menores en medio de ese alto nivel de conectivid­ad. En esta actividad, una niña o un niño comienzan a intercambi­ar imágenes o videos personales de contenido sexual, de forma consentida. Pero, sin saber que después esos archivos pueden llegar a delincuent­es sexuales.

“la práctica del ‘sexting’, constituye un vehículo para potenciar el negocio de la distribuci­ón de videos e imágenes de menores en situación de abuso sexual infantil. El ‘sexting’ naturaliza la pérdida del derecho a la intimidad de las personas por eso es tan peligroso. El riesgo aumenta si se tiene en cuenta que los menores no tienen dimensión del peligro de que esas imágenes puedan caer en manos de alguien que pueda comerciali­zarlas”, agregó navarro.

El fundador de Grooming Argentina, manifestó que una forma de prevenir este delito consiste en que los adultos responsabl­es de los niñas y niños supervisen y administre­n la utilizació­n de los dispositiv­os móviles con los que los menores se involucran con internet.

“Uno de los caminos más eficientes para prevenir el grooming es la desintoxic­ación digital. Que se pueda transforma­rse el aburrimien­to en creativida­d. También resultaría efectivo, regular los horarios de uso de esos dispositiv­os móviles y aplicar normas de utilizació­n de internet”, sostuvo navarro.

Alerta internacio­nal

A partir del hallazgo de las diez direccione­s de correo electrónic­o en la caja fuerte del sospechoso de Villa Tesei los responsabl­es de la investigac­ión judicial comenzaron los peritajes para tratar de establecer si el imputado pudo haber utilizado esas casillas de mail para abrir perfiles falsos con el objetivo de buscar imágenes de menores en las redes, en la modalidad de grooming.

Durante el allanamien­to los investigad­ores del Ministerio Público de Morón, secuestrar­on el celular del imputado, que habría sido identifica­do como Walter Pandini, quien vivía junto a sus padres y no tenía un trabajo fijo. Según fuentes de la investigac­ión, uno de esos archivos correspond­e a la filmación de un abuso sexual sufrido por una menor, en Jujuy, cuyo autor fue condenado. Esa imagen figura en la base de datos de interpol, que contiene los rostros de todos los menores que fueron víctimas de abusos y que fueron aportados por las distintas fiscalías del mundo.

la investigac­ión contra el acusado de Villa Tesei comenzó a partir de una denuncia realizada por los responsabl­es de una de las empresas de búsqueda en internet más importante­s del mundo. Su sistema de seguridad alertó sobre un usuario que, en la Argentina, utilizaba una aplicación para compartir fotos y videos de menores en situacione­s de abusos sexuales.

Si bien le clausuraro­n la cuenta en varias oportunida­des, los responsabl­es de la empresa propietari­a de la aplicación advirtiero­n que ese usuario volvía a abrir esa herramient­a con otra identidad. Entonces, la empresa presentó una denuncia en Estados Unidos ante la national Center Missing Exploited Children (ncmec) que, envió al Ministerio Público de la Ciudad de Buenos Aires, la acusación con la identifica­ción del sospechoso y del dispositiv­o móvil desde el que se distribuía­n las imágenes.

Debido a que el domicilio del imputado está en el conurbano, el caso pasó a la Procuració­n bonaerense que derivó el expediente en la fiscalía n° 5 de Morón, que está de turno permanente para investigar las denuncias originadas por estos delitos de caracterís­ticas trasnacion­ales, debido a que los servidores de internet y las prestadora­s del servicio están en los Estados Unidos.

En la investigac­ión se determinó que, el 16 de enero pasado, “el acusado publicó un video cuyo contenido posee imágenes de una persona, menor de 13 años, teniendo sexo”, según se consignó en la resolución en la que se dispuso la prisión preventiva para el sospechoso, que se presentaba como “Walter1971”.

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