Volvió el shopping a Córdoba
Los empleados deben firmar una declaración jurada; se verifica la cantidad de público en los locales
CÓRDOBA.– Con buen caudal de público y las expectativas puestas en las compras para celebrar mañana el Día del Padre, reabrieron ayer en esta ciudad los shoppings con medidas especiales para evitar la propagación del Covid-19. Nadie puede ingresar sin barbijo; los empleados deben firmar una declaración en la que informan cómo viajaron y brindan su contacto; se controla la cantidad de personas dentro de los locales, según la superficie que tengan, y se circula por pasillos sectorizados. Pareciera ser el primer paso, al menos en Córdoba, hacia la nueva normalidad.
CÓRDOBA.– Después de tres meses cerrados, volvieron a abrir los shoppings en toda la provincia de Córdoba. La jornada arrancó ayer, a las 10, con buena presencia de gente, incluso con filas de autos para ingresar a algunos de los centros comerciales de la ciudad capital. El Día del Padre, que se celebra mañana, es un impulsor extra; también había clientes con cambios que tenían demorados desde que empezó la cuarentena. En todos los casos, los controles de la fiebre a la entrada hacen menos fluido el paso. No se puede entrar ni permanecer sin tapaboca.
Los empleados contaron a la nacion que ayer llegaron más de una hora antes de su horario habitual para poder cumplir con el protocolo de seguridad: llenar una declaración jurada (permite la trazabilidad en caso de algún registro de coronavirus) y pasar por la toma de fiebre y la higiene con alcohol en gel. Los clientes no dejan sus datos.
En algunos de los centros comerciales no se permite el ingreso de quienes van a trabajar en transporte público porque acrecienta riesgos; el problema es que no todos los empleadores aceptan –como debieran– hacerse cargo del taxi.
Valeria fue de las primeras en llegar al Nuevocentro Shopping acompañada de su hijo: “Aprovechamos para comprar el regalo para el domingo y dar una vuelta –cuenta a este diario–. Vivimos cerca y es un espacio habitual para nuestros paseos; no tenemos ningún temor en especial. Nos movemos tranquilos”.
Sin temor
“Trabajo en el área de Salud, así que no tengo temor de venir –dice Gisella, también acompañada de su hijo de 12 años–. Tenía que cambiar ropa que compré en marzo y que nunca pude devolver. De paso, busco regalo para el Día del Padre”. “Y algo para mí, que la acompañé”, se anota su hijo. Están en un local de ropa de mujer de una marca nacional. Carla, una de las empleadas, admite: “Un poco de intranquilidad da porque perdimos la costumbre, pero tranquiliza que tenemos todas las medidas de prevención”.
Tanto en el Nuevocentro como en el Patio Olmos hay una pantalla digital en la entrada que hace el conteo automático de ingresos y va marcando el porcentaje de ocupación de los establecimientos que tienen un máximo en función de la superficie. Para el primero es de 3408 personas y para el otro, 1525 personas.
Todos los centros comerciales tienen circuitos de circulación marcados (no se puede ir y volver por el mismo pasillo), señalización para el distanciamiento social y dispensers con alcohol en gel dispuestos cada 50 metros. En la puerta de cada local un cartel indica cuánta gente puede haber, incluyendo los empleados.
María Rosa es dueña de un local de lencería en el Nuevocentro y de uno mayorista en el centro; vino al shopping a ver que su empleada (por la superficie puede trabajar solo una por turno) tenga todos los elementos del protocolo. “Hay buenas expectativas de ventas; han sido meses muy difíciles. El problema es el stock, hay muy poco porque la fábrica está en La Matanza y no está produciendo”, comenta.
“Anda mucha gente dando vueltas y esperamos que sean buenas las ventas –aporta Juan Carlos, empleado de un negocio de indumentaria masculina en el Patio Olmos–. También habrá gente paseando porque está harta”. En los locales de tecnología y telefonía, desde temprano se vieron clientes.
Una inquietud común a los comercios de ropa y calzado pasa por el stock. Algunos recibieron recién anteayer mercadería y estaban acomodando. La mayoría de los fabricantes están en Buenos Aires, donde la actividad parece más alejada de retornar; de hecho, la indumentaria es la que estaba lista para la nueva temporada y no se había alcanzado a entregar en marzo. Cuando el cliente decide probarse, la prenda debe ser rociada con alcohol en aerosol y quedar separada de la venta hasta el día siguiente. La percepción de los empleados de los locales y de quienes realizan los controles de seguridad es que en esta nueva etapa, la gente permanece menos tiempo en el lugar. Entra con un objetivo y se va.
“Parece que hay mucho menos paseo”, grafica Julieta, a cargo de una boutique. En el Córdoba Shopping –el centro comercial con más marcas Premium– es donde se registraron más espacios vacíos. El movimiento de clientes fue regular desde la mañana y para hoy y mañana los encargados creen que podría haber más concurrencia, aunque se mostraron satisfechos de la dinámica del primer día. El Patio Olmos es el único con “turnos”, quienes los hayan tramitado tienen prioridad de ingreso; se sacan por la web.
Gisella clienta
“Tenía que cambiar ropa que compré en marzo y nunca pude devolver”
María rosa dueña de un local
“El problema es el stock, hay poco; la fábrica está en La Matanza y no está produciendo”