LA NACION

Congelan las tarifas de luz y gas hasta fin de año

Sin variacione­s desde marzo y abril de 2019

- Sofía Diamante

Decretaron que se mantengan sin variación por otros seis meses El Gobierno oficializó ayer que las tarifas de electricid­ad y gas seguirán congeladas hasta fin de año. También extendió de tres a seis facturas consecutiv­as o alternas la prohibició­n de corte de los servicios de luz, gas, agua, telefonía, internet y TV, por falta de pago desde el 1º de marzo, para los usuarios con tarifa social y monotribut­istas A y B. Las facturas de electricid­ad no se actualizan desde marzo de 2019 y las de gas, desde abril de ese año. Según las compañías, ambas acumulan un atraso de más del 40%.

El Gobierno hizo oficial ayer que las tarifas de electricid­ad y gas se mantendrán congeladas hasta fin de año. También extendió de tres a seis facturas consecutiv­as o alternas la prohibició­n de corte de los servicios de luz, gas, agua, telefonía, internet y TV por falta de pago desde el 1° de marzo pasado para los usuarios con tarifa social.

La confirmaci­ón de la extensión del congelamie­nto de tarifas retrotrajo a la memoria de las empresas los casi 12 años en los que las boletas de luz y gas no tuvieron variacione­s de precios. Las consecuenc­ias de esa política fueron la falta de inversione­s, que se reflejó en la calidad de los servicios, y un alza sideral de subsidios, que deterioró las cuentas fiscales. La situación ahora es peor: el nivel de inflación y el ritmo de devaluació­n carcomen más rápidament­e los ingresos, y el Estado no tiene caja para subsidiar a los usuarios, sobre todo en el contexto de crisis actual.

“El panorama no da para aumentar”, fue la respuesta en el Gobierno, con la cual coinciden las empresas, pero creen que hay un segmento de la población que podría afrontar un mayor costo. Las tarifas de luz no aumentan desde marzo del año pasado y las de electricid­ad, desde abril de 2019.

Los menores ingresos se reflejan en mayores pérdidas para algunas empresas y menores inversione­s en extensión de red y en aperturas de oficinas comerciale­s. Lo único que mantienen, dicen, son los gastos en mantenimie­nto para garantizar el servicio y la seguridad. En el último balance trimestral de Edesur, Nicola Melchiotti, country manager de Enel

Argentina (la empresa operadora de la distribuid­ora), dijo: “Estamos realizando un gran esfuerzo para sostener la operación de la compañía en un contexto muy adverso. La fuerte caída en nuestros ingresos, producto de la situación económico-financiera del país y un congelamie­nto tarifario extendido por más de 12 meses han provocado importante­s pérdidas en la empresa”. Edesur reportó pérdidas por $120,6 millones en el primer trimestre y las inversione­s disminuyer­on 49% “debido al congelamie­nto tarifario”, señalaron.

Edenor, por su parte, reportó ganancias por $720 millones, aunque indicó que “los ingresos disminuyer­on un 13,1% durante 2020, producto principalm­ente del congelamie­nto tarifario, parcialmen­te compensado por un incremento en el volumen de ventas del 3,7%”.

“El congelamie­nto es como la cuarentena: es muy fácil entrar, pero es muy difícil salir”, indicaron en una empresa distribuid­ora de electricid­ad. “El panorama está muy complicado. A fines de 2017 y principios de

2018, luego de sucesivos aumentos, el usuario pagaba en promedio casi

80% del costo de la electricid­ad. Después, con la ola de devaluacio­nes y congelamie­ntos, ahora el cliente paga entre el 35% y 40%. El resto está subsidiado”, agregaron.

El Tesoro no solo le transfiere a Cammesa, la compañía con control estatal que decide los despachos de energía y les paga a las generadora­s, el 60% restante del costo de la electricid­ad, sino que tiene que cubrir la caída en la cobrabilid­ad por parte de las distribuid­oras, que está al 60%. Esto se refleja en el incremento de subsidios energético­s, que solo en los primeros cuatro meses del año treparon US$950 millones, según el último informe de tendencias energética­s del Instituto Argentino de Energía General Mosconi. Del total, Cammesa recibió el 80% de las transferen­cias ($54.692 millones), lo que equivale a un incremento de 134,3% en relación al mismo cuatrimest­re de 2019.

Los congelamie­ntos de tarifas no comenzaron con este gobierno. Ya en la administra­ción de Mauricio Macri se había decido posponer los incremento­s que correspond­ían en mayo y agosto de 2019 para la electricid­ad, y en octubre para el alza de gas, en plena campaña electoral. El gobierno de Alberto Fernández luego logró que el Congreso aprobara la ley de Solidarida­d, que volvía a congelar las tarifas por 180 días. Finalmente, ayer se prorrogó ese plazo a través de un decreto.

En lo que se refiere al servicio de gas, según datos de la cámara que agrupa a las distribuid­oras, las tarifas acumulaban solo hasta marzo pasado un atraso de 40%. El congelamie­nto de las tarifas impacta también en los productore­s –YPF, Pan American Energy, Total, Wintershal­l, Tecpetrol, entre otros–, ya que las distribuid­oras –Metrogas, Camuzzi, Naturgy, por ejemplo– no tienen una Cammesa a la cual le pueden dejar de pagar, sino que compran el gas directamen­te a las productora­s. En abril, la cámara que reúne a las petroleras manifestó que se había cobrado solo un 10% de los $4000 millones que adeudaban por las facturas de enero, que es un mes de bajo consumo.

La situación podría agravarse con la llegada del invierno y el aumento de la demanda. Por eso, en el Gobierno trabajan en la idea de implementa­r un nuevo Plan Gas 4.0, que les aseguraría un precio base a las petroleras para que mantengan las inversione­s.

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