“Jefe, no lo entretengo más”
La TV Pública sorprendió en la mañana de ayer con un anuncio inusual: “Alberto Fernández habla con periodistas de Radio Nacional de todo el país”. Durante algo menos de dos horas, el Presidente se entregó a un diálogo amable que tuvo sobre el final un simpático bonus track con Héctor Larrea, que lo llevó a temáticas todavía más blandas, especialmente ligadas a la música. Fue el tramo más largo y no ligado a la coyuntura. “Jefe, no lo entretengo más”, le dijo en cierto momento el célebre animador radial. “Entreténgame”, le respondió entre risas el primer mandatario, que hizo gala de sus amplios conocimientos en la materia.
La factoría oficial de medios gubernamentales, comandada por Rosario Lufrano, presentó la propuesta como un intento de “imprimir federalismo” a la comunicación estatal.
El nuevo formato consistió en una videoconferencia, no exenta de algunos problemas de conectividad, de la que participaron, en forma remota, once periodistas que trabajan en distintas filiales de LRA. A Luisa Valmaggia le tocó bastonear la entrevista colectiva, que definió como “única e histórica” y destacó, en tal sentido, “el gran esfuerzo de Rosario Lufrano”, promotora de la idea.
El encuentro se produjo dos días después del áspero intercambio que el presidente Alberto Fernández tuvo en la noche del miércoles con la periodista Cristina Pérez, en momentos en que estaba en el aire Telefe Noticias. Ninguno de los periodistas expresó solidaridad con dicha colega durante la transmisión.
A diferencia de aquel altercado, en el que quedaba de manifiesto su perfil más irritado, en esta ocasión se lo vio al Presidente sumamente cómodo y plácido, en la versión que más le gusta, la de exponer sin interrupciones atrevidas.
Lo ayudó mucho, en ese sentido, que los periodistas participantes se mostraran genéricos y retóricos en sus inquietudes, lo que facilitó a Fernández explayarse en cada respuesta durante largos minutos. Fernández volvió a repetir que el gobierno anterior dejó en default a la Argentina y que buscará el mejor acuerdo posible con los acreedores. Que mandará el proyecto del aborto no bien pase la emergencia por la pandemia y acerca de las causas sobre espionaje dijo que no podía hablar por no conocer las investigaciones en marcha. Aseguró que el tema le da “asco” y que ahora “no hay ningún argentino espiado desde el Estado”.
Desde cómo cambiaron las prioridades de su gestión a partir de la pandemia y el tema de la deuda externa hasta las relaciones internacionales, la situación de las islas Malvinas y el futuro de los jóvenes, el temario propuesto no revistió mayores dificultades para que el entrevistado lo desarrollara a gusto y sin ulteriores objeciones de ninguna especie. Tampoco hubo repreguntas. En cuanto a temas puntuales de las provincias, se habló de la obra de Portezuelo del Viento y de la reactivación de la central de Río Turbio.
Desde la residencia presidencial de olivos, donde la recomendaron resguardarse allí en estos días de la aceleración de contagios del Covid, Fernández se mostró calmo y didáctico en todo el transcurso del coloquio.
Nadie le preguntó sobre el papel que cumple Cristina Kirchner en la gestión de su gobierno ni cómo se viene allanando su complicado frente judicial. No se habló de inflación ni de la disparada del dólar. La única referencia a Vicentin, y muy al paso, provino del propio Alberto Fernández, y el fin de las operaciones de Latam en la Argentina tampoco estuvo incluido en el cuestionario de los colegas. Ausentes también del temario las jubilaciones en baja, la liberación de presos por el coronavirus y la jubilación de vicepresidente que Carlos Zannini ordenó devolver a Amado Boudou.
Casi como si se tratara más de una reunión con amigos, cada uno de los participantes quiso despedirse individualmente. Luisa Valmaggia destacó del Presidente sus “conocimientos de historia, de economía y que la cultura no le es ajena” y le pidió un saludo por el Día del Padre. Todos los participantes resaltaron el “orgullo” de trabajar en medios públicos.