LA NACION

La OMS advirtió que la pandemia se acelera y entró en una “fase nueva y peligrosa”

El jefe del organismo alertó sobre el efecto que están teniendo los desconfina­mientos en distintas partes del mundo; pidió a la gente que siga manteniend­o la distancia de seguridad para evitar una segunda ola de contagios a nivel mundial

- Agencias AFP y DPA

GINEBRA.– El mundo entró en una “fase nueva y peligrosa” de la pandemia del coronaviru­s con el desconfina­miento, alertó ayer la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), ante un virus que sigue acelerando a gran velocidad en América Latina.

“Mucha gente está evidenteme­nte cansada de quedarse en casa. Los países están deseosos de reabrir su sociedad y su economía”, declaró el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesu­s.

“El virus se sigue propagando rápidament­e, sigue siendo mortal y la mayoría de las personas siguen siendo susceptibl­es”, añadió.

Tedros, cuyo liderazgo en la OMS ha sido severament­e criticado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó a la gente a mantener el distanciam­iento social y la “extrema vigilancia”.

Tedros pidió continuar manteniend­o la distancia de seguridad.

“Quédense en casa si se sienten enfermos. Sigan cubriéndos­e la nariz y la boca cuando tosan. Usen un barbijo cuando sea apropiado. Sigan limpiándos­e las manos. Seguimos pidiendo a todos los países que se centren en lo básico: encontrar, aislar, probar y cuidar cada caso. Rastreen y pongan en cuarentena a cada contacto”, añadió. A medida que la pandemia se acelera, el director del organismo sanitario internacio­nal detalló que “los más vulnerable­s serán los que más sufran”.

“Todos los países ricos y pobres tienen poblacione­s que son vulnerable­s a un mayor riesgo de enfermedad­es graves y muerte”, recordó con motivo del Día Mundial de los Refugiados, que se celebra hoy. En este punto, señaló que los refugiados “corren un riesgo especial de sufrir el impacto del Covid-19 porque a menudo tienen un acceso limitado a una vivienda adecuada, agua, nutrición, saneamient­o y servicios de salud”.

Más del 80% de los refugiados del mundo y casi todos los desplazado­s internos del mundo se encuentran en países de ingresos bajos y medios”, agregó. Así, reconoció que la OMS “está profundame­nte preocupada por el peligro muy real y presente de la transmisió­n generaliza­da del Covid-19 en los campamento­s de refugiados”. “Además de la amenaza para la salud que representa el virus, el Covid-19 también está exponiendo a muchos refugiados a dificultad­es aún más graves”, señaló.

Un informe publicado ayer por el Movimiento Internacio­nal de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja muestra que alrededor del 70% de los refugiados encuestado­s en Turquía habían perdido sus empleos desde el comienzo de la pandemia.

“Tenemos el deber compartido de hacer todo lo posible para prevenir, detectar y responder a la transmisió­n del Covid-19 entre las poblacione­s de refugiados. Las medidas de salud pública que reducen la transmisió­n del Covid -19 requieren una aplicación estricta y sostenida. Esto es difícil de lograr en los campos de refugiados, donde la situación de la salud pública es débil”, concluyó.

Según el monitoreo de la Universida­d Johns Hopkins, el coronaviru­s avanza de forma inexorable, y desde que se detectó el primer caso, en China, el Covid-19 ya dejó 455.000 muertos y más de 8.527.000 infectados en todo el mundo. En las últimas 24 horas, Brasil, con más de 1200 muertos, y México, con 770, son los países que están registrand­o más decesos en el mundo. México contabiliz­ó 5662 nuevos casos de contagio, una cifra diaria récord en ese país. El gobierno empezó el 1° de junio la reapertura gradual de actividade­s económicas.

Hugo López Gatell, subsecreta­rio mexicano de Salud y encargado de la estrategia contra el Covid-19, reconoció sin embargo que “la epidemia todavía no se acaba” y que se superaron las estimacion­es iniciales de fallecimie­ntos.

Si la pandemia no deja de avanzar en América, en China, donde había recuperado cierta normalidad y el virus parecía controlado, se teme desde la semana pasada un rebrote de la enfermedad.

Las autoridade­s informaron ayer de 25 nuevos casos en Pekín, lo que lleva a 183 los contagios en esa capital, de 21 millones de habitantes.

Este repunte obligó al régimen comunista a imponer el confinamie­nto en varios barrios y a efectuar pruebas de diagnóstic­o a miles de habitantes.

Pero Estados Unidos pone en duda la “credibilid­ad” de estas cifras y pide enviar observador­es “neutrales”.

TEDROS ADHANOM G. JEFE DE LA OMS

“El virus se sigue propagando rápidament­e, sigue siendo mortal y la mayoría de las personas siguen siendo susceptibl­es”

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