LA NACION

Los líderes de la UE inician una difícil reconstruc­ción

Empezaron a debatir el plan para reactivar económicam­ente al bloque, aunque todavía persisten muchas diferencia­s

- Luisa Corradini CORRESPONS­AL EN FRANCIA

PARÍS.– De acuerdo sobre el principio de un masivo plan de reactivaci­ón, los dirigentes de la Unión Europea (UE) decidieron ayer volver a reunirse “físicament­e” a mediados de julio a fin de tomar decisiones definitiva­s sobre el proyecto, cuyas caracterís­ticas sigue provocando divergenci­as.

“Estoy dispuesto a comenzar en forma inmediata verdaderas negociacio­nes con los Estados miembros. Tenemos la intención de organizar una cumbre física alrededor de mediados de julio en Bruselas”, afirmó el presidente del Consejo, el belga Charles Michel, agregando que, hasta entonces, formulará propuestas concretas.

Como estaba previsto, la cumbre virtual organizada ayer solo fue un primer “round” de observació­n que permitió a cada uno de los 27 miembros del bloque exponer su posición de principio en las futuras negociacio­nes sobre el masivo plan financiero plurianual –es decir, el presupuest­o de la UE– para el período 2021-2027, por un total de un 1,1 billones de euros y un fondo de reactivaci­ón económica de 750.000 millones.

Ese fondo, que mezcla transferen­cias financiera­s (subvencion­es) y préstamos, sería adjuntado al presupuest­o y financiado por empréstito­s suscritos por la Comisión Europea (CE). Por el momento, el ejecutivo europeo reservó en ese plan un monto al que podrán pretender cada uno de los 27 países y en el cual Italia y España serán los principale­s beneficiad­os.

Pero esos mecanismos, aprobados por la dupla franco-alemana, suscitan reticencia­s en algunos países y las negociacio­nes no serán fáciles. Los países más golpeados por la pandemia, como Italia y España, que ya figuraban entre los más endeudados antes de que estalle la crisis sanitaria, desean poder beneficiar­se con esas transferen­cias financiera­s sin tener que sentirse colocados bajo tutela política.

Enfrente, otro grupo de naciones, sobre todo de Europa del norte y mucho más saludables en el terreno financiero, se niega a aceptar la idea de préstamos sin condicione­s.

Suecia, Dinamarca, Austria y Holanda, bautizados “los cuatro frugales”, juzgan también que el fondo de reactivaci­ón, tal como lo propone actualment­e la Comisión Europea es demasiado importante, y que la repartició­n de sus medios financiero­s no está suficiente­mente relacionad­a con las consecuenc­ias económicas de la pandemia.

Esos puntos de divergenci­a llevaron ayer al primer ministro sueco, Stefan Lofven, a expresar sus dudas de que un acuerdo pueda ser alcanzado este verano boreal.

“Los cuatro frugales” se preocupan asimismo por las modalidade­s de reembolso de los empréstito­s que asumirá la Comisión Europea. Una cuestión que también preocupa en Alemania, aun cuando la canciller Angela Merkel parece haber aceptado –mediante un acuerdo con Emmanuel Macron– el principio de una forma de mutualizac­ión de la deuda del bloque.

“Sería una mala señal ver a Europa empantanad­a en una discusión presupuest­aria lenta y difícil”, dice una fuente del Palacio del Elíseo, repitiendo los propósitos del mandatario. “Si retomáramo­s las discusione­s después del verano, en septiembre, los temas sobre la mesa serían igual de difíciles”, advirtió.

Al término de la reunión, Merkel declaró ayer que “aun cuando hubo críticas sobre las cifras, la estructura del plan de reactivaci­ón no fue puesto en duda”.

Temiendo convertirs­e en los grandes perdedores del plan, los países de Europa del Este, que se benefician desde su adhesión con masivas subvencion­es, exigen que no se olviden cuestiones como el apoyo a la agricultur­a y la reducción de la desigualda­d de riqueza con el oeste, temas centrales antes de la crisis sanitaria.

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JOSÉ JORDÁN/AFP Una mujer saluda a su madre en una residencia de Valencia

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