Marchas de costa a costa en un aniversario de la abolición de la esclavitud resignificado
Trump aplazó para mañana un acto en Tulsa para que no coincida con la fecha
WASHINGTON.– El aniversario de la abolición de la esclavitud en Estados Unidos se conmemoró ayer con manifestaciones en todo el país, en una fecha que este año ganó singular relevancia al montarse en la ola de protestas contra el racismo y la brutalidad policial.
Desde que Abraham Lincoln firmó la Proclamación de Emancipación de todos los esclavos, en 1865, las familias afroamericanas celebran el Día de la Libertad (Juneteenth), con comidas, desfiles y festivales comunitarios.
Pero este año, con el coronavirus afectando de modo desproporcionado a los afroamericanos en términos de contagios y de economía, y con la violencia policial en el ojo de la tormenta, se convirtió en un día de protesta. De costa a costa se dieron manifestaciones, oraciones y celebraciones culturales con concurrencias multirraciales, como las que venían inundando las calles en protesta por el asesinato de George Floyd a manos de un policía el 25 de mayo pasado, en la ciudad de Minneapolis.
En Nueva York, uno de los grandes escenarios de protestas en las semanas que siguieron al brutal episodio de Minneapolis, los manifestantes marcharon hacia la alcaldía bajo el lema “Justicia, dignidad e igualdad”. En Chicago se conmemoró la fecha con la Black Lives Matter Block Party, donde lanzaron una campaña de registro de votantes para dejar en el camino en las elecciones de noviembre próximo al presidente Donald Trump, quien mostró una notable falta de empatía y solidaridad desde las primeras marchas contra el racismo policial.
Trump denunció las muertes de Floyd y de Rayshard Brooks, otra víctima de la violencia policial, el fin de semana pasado en la ciudad de Atlanta. Y ayer saludó a la comunidad negra por el Juneteenth al denunciar “la injusticia inimaginable de la esclavitud”.
Pero desde la muerte de Floyd prevaleció su fuerte discurso de “ley y orden”, centrado en supuestos agitadores de izquierda y manifestantes deliberadamente violentos.
En Washington, una multitud convergió en la recién bautizada Black Lives Matter Plaza (Plaza de las Vidas Negras Importan), cerca de la Casa Blanca y escenario de las más encendidas protestas por el caso Floyd. En Nashville, Tennessee, una veintena de hombres negros, muchos vestidos de traje, se pararon tomados de los brazos frente al edificio de los tribunales penales. Detrás de ellos estaba la estatua de Adolpho Birch, el primer presidente negro de la Corte Suprema estatal.
“Si nos sentimos incómodos parados acá vestidos de traje, imaginemos cómo nos sentiríamos con una rodilla sobre el cuello”, decía un organizador en alusión a Floyd, a quien le rindieron homenaje pidiendo justicia.
Este año también se presionó a las autoridades para que declararan feriado nacional. Los estados de Nueva York y Virginia se sumaron a la decisión de Texas de pagar el feriado a los empleados que trabajaban ayer, al igual que cientos de conocidas empresas privadas.
Más de 460 compañías asumieron la movida del feriado pago, según Hellacreative, la agrupación de profesionales de la zona de San Francisco que lanzó la iniciativa. Entre ellas estaban Nike, Twitter, Target, J. C. Penney, Best Buy, la liga de fútbol americano (NFL) y J. P. Morgan Chase.
También se realizaron manifestaciones en Tulsa, Oklahoma, donde los organizadores hicieron un acto con la premisa “Yo también soy Estados Unidos”, en referencia al lema de campaña de Trump, “Haz a Estados Unidos grande otra vez”, un discurso del que muchos se sienten excluidos. Trump generó otra controversia la semana pasada cuando anunció el relanzamiento de su campaña precisamente el Día de la Libertad en Tulsa, donde en 1921 murieron unos 300 afroamericanos asesinados por una turba de blancos. Luego corrió la fecha un día, para la jornada de hoy, no sin antes afirmar en una entrevista que “nadie había oído hablar de eso”, por la masacre en cuestión. Las autoridades de Tulsa declararon un toque de queda parcial desde la noche de ayer, que será levantado durante el acto de Trump y vuelto a instaurar esta noche. El alcalde de la ciudad, G. T. Bynum, quiere estrechar la vigilancia de “individuos que forman parte de grupos organizados, con un pasado violento y destructivo, procedentes de otros estados, que se disponen a viajar a la ciudad”, según indicó la policía local.
Las manifestaciones coincidieron con la presencia del hermano de George Floyd, Philonise, en una reunión sobre racismo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en su sede en Ginebra. “La triste verdad es que este no es un caso único”, dijo sobre el asesinato.
“La forma en que mi hermano fue torturado y asesinado frente a una cámara es la forma en que la policía trata a los negros en Estados Unidos”, agregó Philonise, mientras en Minneapolis y otras ciudades se congregaba la gente coreando justicia por tantos hermanos caídos.