Para los analistas, es tiempo del “rediseño”
“Adiós Stiglitz, hola pragmatismo”. Con esas palabras, un economista sintetizó su opinión sobre la extensa prórroga que definió ayer el Gobierno en la negociación de la deuda y que para algunos de sus colegas tiene el objetivo de dar tiempo para rediseñar la oferta original buscando acercar no solo los valores de las propuestas, sino también la ingeniería legal.
La decisión oficial, además, fue interpretada como una buena señal por un motivo fundamental: el Gobierno quiere seguir negociando y evitar una “aceleración” de la deuda, es decir, que todos los acreedores pidan al país que les paguen. Sin embargo, deja por lo menos dos incógnitas: cuánto interferirá ahora la política en la negociación y cuán cerca estaban realmente las partes, más allá de lo que venía anunciando el Ministerio de Economía en estos seis meses de lenta y arenosa negociación con los acreedores.
“Lo único seguro es que se confirma que no estaban tan cerca”, afirmó a la nacion el economista del ieral Jorge Vasconcelos, que avizora un rediseño en la oferta argentina. “La discusión no es solo por el valor presente, sino también por algunas cláusulas legales”, dijo, y agregó: “Además, sabemos que para Alberto no es lo mismo default o no default”.
“Hay que ver si Guzmán corrige el pecado original de la anterior propuesta. Ese pecado es haber inducido el agrupamiento de los bonistas en un frente común”, indicó Vasconcelos. “Cuando diseñaron la propuesta original, posiblemente pensaban que a esta altura ya habría una decena de países en default por efecto de la pandemia. Por eso la hicieron tan agresiva. Ahora comprobaron que la cosa va por otro lado”, señaló el economista.
“Es buena señal”, advirtió Federico Furiase, economista de Ecogo. “Más tiempo para seguir negociando los distintos aspectos del canje, valor presente, prospectos y endulzantes, cuando parece que las puntas están mas cerca. Además la fecha se pone antes de que venza el período de gracia por los vencimientos que no se paguen ahora a fines de junio”.
“Esta extensión es reconocer que hay muchos detalles para negociar aparte del valor de la oferta”, afirmó el exsecretario de Finanzas y director de Econviews Miguel Kiguel.
“Diseñar un cupón atado exportaciones es complejo y seguramente requiere tiempo hacerlo bien. Lo mismo sucede con las diferencias entre los bonos del canje y los bonos globales. Hay temas legales por resolver. A eso se suma el controvertido mecanismo por el que se determinan las mayorías. Esta es una admisión de que la negociación es bastante más compleja de lo que se creía y de que requiere más tiempo”, completó.