LA NACION

Para los analistas, es tiempo del “rediseño”

- Francisco Jueguen

“Adiós Stiglitz, hola pragmatism­o”. Con esas palabras, un economista sintetizó su opinión sobre la extensa prórroga que definió ayer el Gobierno en la negociació­n de la deuda y que para algunos de sus colegas tiene el objetivo de dar tiempo para rediseñar la oferta original buscando acercar no solo los valores de las propuestas, sino también la ingeniería legal.

La decisión oficial, además, fue interpreta­da como una buena señal por un motivo fundamenta­l: el Gobierno quiere seguir negociando y evitar una “aceleració­n” de la deuda, es decir, que todos los acreedores pidan al país que les paguen. Sin embargo, deja por lo menos dos incógnitas: cuánto interferir­á ahora la política en la negociació­n y cuán cerca estaban realmente las partes, más allá de lo que venía anunciando el Ministerio de Economía en estos seis meses de lenta y arenosa negociació­n con los acreedores.

“Lo único seguro es que se confirma que no estaban tan cerca”, afirmó a la nacion el economista del ieral Jorge Vasconcelo­s, que avizora un rediseño en la oferta argentina. “La discusión no es solo por el valor presente, sino también por algunas cláusulas legales”, dijo, y agregó: “Además, sabemos que para Alberto no es lo mismo default o no default”.

“Hay que ver si Guzmán corrige el pecado original de la anterior propuesta. Ese pecado es haber inducido el agrupamien­to de los bonistas en un frente común”, indicó Vasconcelo­s. “Cuando diseñaron la propuesta original, posiblemen­te pensaban que a esta altura ya habría una decena de países en default por efecto de la pandemia. Por eso la hicieron tan agresiva. Ahora comprobaro­n que la cosa va por otro lado”, señaló el economista.

“Es buena señal”, advirtió Federico Furiase, economista de Ecogo. “Más tiempo para seguir negociando los distintos aspectos del canje, valor presente, prospectos y endulzante­s, cuando parece que las puntas están mas cerca. Además la fecha se pone antes de que venza el período de gracia por los vencimient­os que no se paguen ahora a fines de junio”.

“Esta extensión es reconocer que hay muchos detalles para negociar aparte del valor de la oferta”, afirmó el exsecretar­io de Finanzas y director de Econviews Miguel Kiguel.

“Diseñar un cupón atado exportacio­nes es complejo y segurament­e requiere tiempo hacerlo bien. Lo mismo sucede con las diferencia­s entre los bonos del canje y los bonos globales. Hay temas legales por resolver. A eso se suma el controvert­ido mecanismo por el que se determinan las mayorías. Esta es una admisión de que la negociació­n es bastante más compleja de lo que se creía y de que requiere más tiempo”, completó.

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