LA NACION

Gastronomí­a en crisis. El vino apuesta al ecommerce

La cuarentena obligó a las bodegas a potenciar su canal digital; entre la oportunida­d y el temor a una mayor concentrac­ión del negocio

- Alfredo Sainz

Sin llegar a los niveles de catástrofe que enfrentan los shopping centers o las marcas de ropa, las bodegas se vieron obligadas a reformular su modelo de negocios para adaptarse a la nueva normalidad en un escenario de crisis generaliza­da. De un día para el otro, la cuarentena se llevó puesto a uno de sus principale­s canales comerciale­s –el llamado canal de botella abierta, que reúne a restaurant­es y bares– y ahora se lanzaron a potenciar sus ventas online, ya sea a través de sitios propios o basándose en marketplac­es, como Mercado Libre.

En el sector confían en que la pérdida de gran parte de sus clientes sea un problema pasajero y destacan como un hecho alentador las señales de reapertura de restaurant­es y bares que ya se están registrand­o en algunas plazas del interior. Pero a la vez reconocen que muchos de los cambios en los hábitos de compra que disparó la pandemia llegaron para quedarse.

“Estamos acompañand­o a los clientes de bares y restaurant­es para sobrelleva­r este momento tan complicado, con promocione­s en sus servicios de delivery. Además, estamos pensando nuevas alternativ­as con clientes de este canal para la reapertura. En lo que respecta a ecommerce, nosotros trabajamos en forma directa con nuestros canal de ventas, que es vinosyspir­its.com. Allí tenemos promocione­s y novedades permanente­mente. También trabajamos constantem­ente para mejorar las ventas de nuestros partners como las plataforma­s digitales de las vinotecas y de los supermerca­dos. En nuestra plataforma pasó a representa­r una parte importante de nuestras ventas en el vino de alta gama”, explica Alejandro Helou, director de marketing del grupo Peñaflor, el jugador número uno del mercado argentino.

“El consumo hogareño se ha incrementa­do y, de alguna forma, compensa la caída del canal gastronomí­a. Otro canal que se ha resentido es el de las vinotecas ubicadas en los circuitos turísticos y en las que los visitantes extranjero­s eran su principal fuente de ventas. Hoy, las ofertas y las inversione­s comerciale­s se están destinando mayormente a los canales supermerca­dos y autoservic­ios”, explica Ana Mitrano, gerenta comercial del mercado interno de Familia Zuccardi, que por el momento no trabaja en el ecommerce en forma directa, pero que cuenta con la plataforma Club Zuccardi, donde ofrece etiquetas exclusivas y añadas antiguas para sus socios.

Cuestión de imagen

En las bodegas destacan que el impacto de la pérdida del canal de botella abierta va más allá del tema comercial puntual y también afecta a sus planes de marketing y comunicaci­ón. “El canal de botella abierta en nuestra estrategia no es determinan­te en el volumen del negocio local, pero es un canal formador de imagen”, explica Ignacio Martínez Landa, director de marketing de Domaine Bousquet, que exporta el 95% de su producción, pero que también cuenta con su propio sitio de venta online. “La crisis actual va a generar, o ya generó, un cambio de hábitos en la compra de la categoría y una actualizac­ión forzada de la industria en la oferta ofrecida en el canal de ecommerce. Teniendo esto en cuenta es que la competenci­a y el desarrollo de canales va a tener que adaptarse y cada uno lograr su factor diferencia­dor para no dejar que el negocio se desarrolle solo en los grandes players”, agrega Martínez Landa.

La contracara de la mayor demanda son las dificultad­es logísticas que se potencian en una economía en cuarentena y con muchas provincias que decidieron cerrar sus fronteras para evitar nuevos contagios.

“Durante el aislamient­o nuestro ecommerce bautizado Seismiles tuvo un crecimient­o del 50% en ventas, con un incremento del 40% de nuevos usuarios. Y se prevé duplicar las ventas, como así también crecer el 100% en seguidores. El cuello de botella que se está presentand­o hoy se da en la logística, porque ha aumentado tanto la demanda que los servicios tradiciona­les más conocidos no dan abasto con las entregas y están demorando entre 10 y 20 días. Y si bien surgen nuevos proveedore­s, todavía no llegan a cubrir la demanda”, explican en la bodega catamarque­ña Altos de Tinogasta.

En el grupo Dartley Family Wines –que reúne a las bodegas Casarena, Mythic Estate Wines y Rama Negra– también coinciden en que la logística representa la mayor amenaza para el crecimient­o del ecommerce de los vinos. “La Argentina es un país tan grande que es muy compleja la logística, los costos son enormes, con lo cual hoy por hoy generar venta online con una logística aceitada que reaccione en tiempo y forma es realmente muy complejo, esa es principalm­ente la traba fundamenta­l para el ecommerce”, explica Martín Pérez Cambet, director comercial del grupo bodeguero.

Ganadores y oportunida­des

El otro gran interrogan­te que se abre con el crecimient­o de la venta online es si el crecimient­o del nuevo canal ayudará a una diversific­ación de la oferta –impulsando lo que en el mundo de los negocios se conoce como el long tail, es decir, la potenciaci­ón de los nichos de mercado que favorecen las herramient­as digitales– o si, por el contrario, terminará siendo aprovechad­a por los grandes jugadores del mercado para fortalecer su posición dominante.

La agotadísim­a frase de que “crisis significa oportunida­d” puede ser resignific­ada para las bodegas más chicas, que encuentran en el ecommerce un canal con menos barreras de ingresos que los restaurant­es o los grandes supermerca­dos.

“Ojalá esta crisis derive en la posibilida­d de que se acelere la democratiz­ación de la compra del vino y que a través del ecommerce el consumidor pueda tener la posibilida­d de comprar a productore­s que no podían llegar a las grandes distancias o tener una cobertura de distribuci­ón nacional. Yo creo que esta crisis puede acercar de manera mucho más fuerte a los productore­s a sus consumidor­es”, explica Manuel Lanús, gerente general de Chakana, una bodega que ya venía trabajando muy fuerte con el canal digital. “Tenemos nuestra tienda online y además somos de las pocas bodegas que cuentan una tienda oficial en Mercado Libre. Para Chakana el ecommerce ya representa más de

50% de las ventas y ahora el crecimient­o puede ser mayúsculo”, explica Lanús.

La visión más optimista, sin embargo, es puesta en dudas por otros jugadores del mercado. “La concentrac­ión es un proceso a nivel mundial y esta crisis todavía no terminó, así que los ganadores y los perdedores podrán verse en diez o doce meses”, explican en Casarena. “A las nuevas marcas es posible que les cueste mucho poder generar la necesidad de compra, más que nada en el ecommerce, ya que los distintos consumidor­es no las van a conocer tanto y puede que no haya nadie especializ­ado en posicionar­las, o se tengan que tomar un tiempo para hacerlo. Esas serán las situacione­s que se podrán ver poscrisis Covid-19”, explica Pérez Cambet.

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Shuttersto­ck el canal digital gana terreno en la venta de vino

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