YPF notificó la suspensión del pago a una empresa que le alquilaba barcazas para exportar gas
La petrolera adeuda alrededor de US$20 millones a la compañía belga Exmar; la mora empezó en marzo
La crisis económica que generó el coronavirus impactó de lleno en las finanzas de YPF, que debió reducir salarios en hasta 15% a parte de su personal y reestructurar la deuda con los proveedores. Dentro de estos problemas financieros entró el contrato por 10 años que la empresa tiene con la compañía belga Exmar, dueña de la barcaza Tango FLNG, que utiliza YPF para exportar gas licuado (GNL).
Exmar anunció ayer que recibió una notificación por escrito de YPF “en la que alega fuerza mayor” para hacer frente al pago del contrato, que, según fuentes del mercado, se trata de un fee diario de US$100.000 y US$200.000. Según la empresa, YPF dejó de pagarle desde la segunda mitad de marzo, lo que implicaría una deuda pendiente a la fecha de alrededor de US$20 millones.
“YPF afirma que los efectos de la pandemia de coronavirus (Covid-19) en todo el mundo y en la Argentina han obstaculizado la capacidad de YPF de cumplir con sus obligaciones en virtud de los acuerdos, que incluyen, entre otros, su capacidad de pagar las facturas adeudadas por los servicios prestados durante el período que comienza en la segunda mitad de marzo de 2020”, dice el comunicado de la compañía belga.
Para Exmar no se trata de un contrato menor, ya que los ingresos por esa barcaza representaron el 36% del total previo al pago de impuestos (Ebitda) en el primer trimestre del año. A su vez, la empresa belga dijo que considera que la notificación “es ilegal”, y “se ha reservado sus derechos y está considerando su mejor opción para defender sus intereses”.
En YPF indicaron que las “graves consecuencias en la economía mundial en general, su impacto negativo en la industria del petróleo y gas en particular, a los que el sector del GNL no ha sido una excepción, obligaron a YPF a adoptar medidas tendientes a mitigar los severos efectos que tales circunstancias ocasionan en sus finanzas, actuando en todo momento de conformidad con las previsiones legales”.
YPF firmó dos contratos con Exmar, en octubre de 2018, para tener a disposición la barcaza, que le permite pasar el gas a estado líquido.
El proyecto, que fue iniciativa de la gestión de Miguel Gutiérrez y Daniel González, expresidente y ex-ceo, tenía dos objetivos: buscarle una demanda al exceso de gas que hay en verano y comenzar a explorar nuevos mercados.
Vaca Muerta es la segunda mayor reserva no convencional del mundo. Su productividad quedó demostrada con el proyecto de Tecpetrol –el brazo energético de Techint–, cuando, en apenas dos años, logró obtener (ayudado por subsidios) casi el 10% de la oferta total de gas del mercado.
Esto permitió despedir, en 2018, el buque regasificardor (que se utilizaba para importar) del puerto de Bahía Blanca (todavía queda el que está en Escobar) y reemplazarlo por la barcaza de licuefacción (para hacer el proceso inverso y exportar). Desde entonces, la barcaza permitió realizar cinco exportaciones.
Las sucesivas crisis económicas –que incluyen devaluaciones, aumento de tasas de interés, caída del consumo, congelamiento de tarifas y cambios de reglas de juego–, sumado a la sobreoferta que se generó y que desplomó los precios internos, desincentivó la llegada de nuevos proyectos de inversión.
La crisis del coronavirus agravó todos los problemas y puso en jaque a la industria, luego de que se confirmara la extensión por 180 días del congelamiento de tarifas. Ante la preocupación de que en el invierno de 2021 falte de nuevo gas y haya que aumentar las importaciones, el Gobierno espera lanzar en agosto un nuevo Plan Gas. Esto ayudaría a dinamizar al sector, haciéndose cargo con subsidios de la diferencia entre el precio congelado que paga el usuario residencial y el valor de mercado necesario para que las empresas hundan capital en nuevos pozos gasíferos.
La crisis del coronavirus agravó todos los problemas luego de que se confirmara la extensión por 180 días del congelamiento de tarifas. Ante la preocupación de que en el invierno 2021 falte gas y haya que aumentar las importaciones, el Gobierno espera lanzar en agosto un nuevo Plan Gas. Se haría cargo con subsidios de la diferencia entre el precio congelado que paga el usuario residencial y el valor de mercado necesario para que las empresas hundan capital en nuevos pozos gasíferos.
El precio de incentivo podría ser un fijo de US$3,50 por millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector) o un valor más alto al comienzo, que caiga en el tiempo. La explicaciónes que hay muchas empresas que arrancarían con los pozos de cero, y necesitan un mayor ingreso hasta disminuir los costos. Hoy, las tarifas de distribución representan un precio de US$2,66, que está por debajo del costo de producción, según coinciden las empresas petroleras.