LA NACION

El mundo normal está en otras cosas,

- por Cristian Mira

En la Argentina, la preocupaci­ón por defender principios básicos como el respeto a la propiedad privada o la seguridad ocupan más espacio y tiempo en la conversaci­ón pública que aquellos temas que permitirán insertarse con éxito en el siglo XXI.

Lo reflejó el banderazo del fin de semana pasado en 80 localidade­s y ciudades del país en rechazo al proyecto del Gobierno de expropiar Vicentin. A diferencia de la conclusión que extrajo el presidente Alberto Fernández, en esa manifestac­ión quedó en claro que se defienden principios elementale­s como la propiedad privada y se reclama la independen­cia de poderes. No se apoya a una empresa que se declaró en default ni se pide impunidad. Aunque el anuncio de expropiaci­ón quedó en el freezer por el rechazo que provocó, en la coalición gobernante se mantiene la idea de crear una empresa del Estado que tenga cada vez más poder en el comercio de granos. Será la correlació­n de fuerzas políticas la que determine si esa intención prospera o no.

El otro aspecto de preocupaci­ón es la seguridad. Semana a semana se multiplica­n los ataques contra silobolsas sin que las autoridade­s municipale­s, provincial­es y nacionales hayan esclarecid­o un solo caso. Simple vandalismo, robo o intención política son las conjeturas que están abiertas por la falta de respuesta del Estado. ¿Están esperando un hecho de sangre?

Esta situación es “inadmisibl­e, en tanto destruye y atenta contra el trabajo y el esfuerzo de la comunidad agroalimen­taria nacional” y “debe tener una respuesta rápida de las autoridade­s para brindar seguridad y proteger la propiedad privada”, dijeron en un comunicado esta semana más de 40 entidades de la cadena agroindust­rial. Un llamado de alerta.

Bioeconomí­a

Mientras tanto, ocurren otras cosas. Se discute y se piensa cómo será el agro de los próximos años. Y en el país, a pesar de las dificultad­es, hay gente que tiene capacidad para hacerlo. Uno de esos ejemplos se dio en una conferenci­a vía zoom sobre bioeconomí­a y sustentabi­lidad en el primer eslabón de la cadena agroindust­ria, organizado por La Usina Social, con el apoyo del INTA y Universida­des.

Pilu Giraudo, presidenta honoraria de Aapresid, destacó que hay una demanda creciente por calidad y cantidad de producción de alimentos, con menor impacto ambiental. Y que eso ocurre en el contexto de la adaptación y mitigación de los sistemas de producción al cambio climático.

“El conocimien­to es clave para enfrentarl­o”, dijo, y recordó que la Argentina tiene una base sólida con la siembra directa, que permitió la regeneraci­ón de los suelos, y ahora apunta a lograr una “agricultur­a siempre verde”.

Federico Bert, de Aacrea, explicó que la pandemia del coronaviru­s no detendrá las tendencias para el agro que ya se venían advirtiend­o sino que las acelerará. “Hoy se está redefinien­do el qué y cómo se hacen las cosas” en el agro, dijo, y describió tres ejes de ese cambio: el ambiental, el tecnológic­o y el industrial. Por el primero, coincidió con Pilu Giraudo, en que hay una demanda muy fuerte por el respeto a la salud y al ambiente y que se necesita adaptar los sistemas de producción al cambio climático. En el segundo, explicó que hay una gran oferta de tecnología­s, pero que su adopción es muy baja, lo que representa una gran oportunida­d para cerrar esa brecha. “Las tecnología­s digitales representa­n un desafío para los productore­s que no son nativos digitales”, señaló. No obstante, destacó que buena parte de esa tecnología se origina en el país y está a cargo de emprendedo­res locales. “Un ingeniero agrónomo de Chacabuco se une con un informátic­o de Lincoln y juntos construyen una solución para el productor”, describió en un ejemplo. Y el tercer eje es de la industrial­ización y la transforma­ción. “Es la posibilida­d de que se generen nuevos productos, como la energía, que antes no se podía, o procesos de producción como la integració­n a cadenas de valor globales en la etapa de comerciali­zación”, señaló. Explicó que la bioeconomí­a “desdibuja la frontera entre la producción primaria y la secundaria”.

Ramiro Costa, de la Bolsa de Cereales, sostuvo que la bioeconomí­a presenta oportunida­des para la Argentina y que se incrementa­rán en los próximos años. “América latina va a ser un actor importante”, sostuvo, y destacó la necesidad de impulsar la “educación” y “superar los desafíos regulatori­os”.

En tanto, Patricia Gorza, productora ganadera y delegada de la Federación de Asociacion­es de Centros Educativos para la Producción Total (Facept), subrayó la necesidad de apuntalar la educación desde los niveles básicos y tener en cuenta al desarrollo de las personas. “No alcanza con producir más, no solucionam­os todos los problemas”, dijo, si no se tiene en cuenta el impacto sobre la gente de las formas y del aumento de producción.

Hay otra frecuencia y hace falta sintonizar­la.

La cadena agroindust­rial advirtió que las autoridade­s deben brindar seguridad y proteger la propiedad privada

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